Zapatero incorpora a su nuevo Gobierno al 'núcleo duro' del PSOE

Como se había anunciado días atrás el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hizo ayer oficiales los cambios en su Gobierno. A los ya esperados nombramientos de Elena Salgado, como vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía, de Manuel Chaves, ex presidente de la Junta de Andalucía y ahora nuevo ministro de Cooperación Territorial, y de José Blanco, como ministro de Fomento, el jefe del Ejecutivo incorporó a su Gabinete a Trinidad Jiménez como ministra de Sanidad y Política Social, a Ángeles González-Sinde como ministra de Cultura, y a Ángel Gabilondo como ministro de Educación con el objetivo de dar una "nueva energía" e "impulso" a su Ejecutivo para salir de la crisis cuanto antes.

Son cinco caras nuevas, incluyendo a Chaves, y un cambio de Ministerio, el de Salgado, que pasa de Administraciones Públicas a Economía en sustitución de Pedro Solbes. Aparte de Solbes, también abandonan el Gobierno otros cuatro ministros: la andaluza Magdalena Álvarez, que deja Fomento; César Antonio Molina que sale de Cultura, Bernat Soria que abandona Sanidad, y Mercedes Cabrera que deja Educación.

Estos cambios dejan una lectura. Zapatero recurre a los "pesos pesados" del PSOE, como su presidente, Manuel Chaves; el vicesecretario general, José Blanco, y la integrante de la Ejecutiva Federal del PSOE, Trinidad Jiménez, para "fortalecer políticamente al Gobierno". Se trata del Gobierno con más peso político en los gabinetes de Zapatero. También incluye a personas destacadas en sus ámbitos como Ángel Gabilondo, presidente de los rectores universitarios, y Ángeles González-Sinde, presidenta de la Academia del Cine, "personas que pueden dar una nueva energía y un nuevo impulso" para dotar de un "cambio de ritmo" a la puesta en práctica de las medidas económicas en tiempos de fuerte deterioro económico.

El objetivo es salir cuanto antes de la crisis, preparar la recuperación económica y crear un nuevo modelo de crecimiento económico, según explicó el presidente del Gobierno, que compareció en rueda de prensa acompañado por la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega. "Estamos obligados a preparar con más fuerza este momento", añadió.

Así, explicó que la figura de Salgado responde a dos razones: la eficacia en la gestión y su visión. "Ha sido ministra desde que obtuve la confianza en el Parlamento y en todos los gobiernos y en todas las tareas he visto una extraordinaria eficacia en gestión", indicó.

Zapatero restó también importancia a la rapidez con la que se ha producido este cambio de Gobierno, tan sólo un año después de ganar las generales de marzo de 2008, y recordó que solamente se han cambiado cinco de los 17 ministros. "Todos los responsables de los ministerios más políticos permanecen", explicó Zapatero en referencia a las carteras de Interior, Exteriores, Defensa, Justicia y a la vicepresidenta primera que además, tras la desaparición del ministerio de Administraciones Públicas, se hará cargo de las políticas que afectan a los funcionarios.

La única concesión a la autocrítica la hizo al referirse al hecho de que la competencia de universidades retorna al Ministerio de Educación después de haberse vinculado al Ministerio de Ciencia e Innovación. "Se puede considerar una rectificación", admitió.

Otras modificaciones son el traspaso de Asuntos Sociales -hasta ahora en Educación- a Sanidad. Finalmente, no habrá Ministerio de Deporte, como había prometido el propio Zapatero, sino que la Secretaría de Estado de Deportes, que lidera Jaime Lissavetzky, la asumirá él personalmente.

Tras 48 horas de especulaciones, Zapatero dijo que tenía previsto anunciar hoy los cambios. Sobre el malestar que le habrían causado las filtraciones, Zapatero recurrió al sentido del humor y explicó que en España "hay muy buenos periodistas", y además se pone de manifiesto la "vocación" por la "transparencia" del Gobierno.