Zapatero no coge impulso

Presidencia española El balance del semestre sigue siendo bastante gris

El maratón de reuniones entre la Unión Europea y América Latina finaliza con mucho ruido y pocas nueces en unas cumbres fundamentalmente anodinas

J. Vogelsanger (Dpa) / Madrid

23 de mayo 2010 - 05:05

La VI Cumbre entre la Unión Europea (UE), América Latina y el Caribe y las otras seis cumbres regionales que España acogió hasta el miércoles estaban llamadas a ser el acontecimiento estrella de la presidencia española de la UE, que hasta ahora ha tenido una trayectoria más bien gris.

Pero aunque la cita eurolatinoamericana arrojó algunos resultados concretos, esto no se antoja suficiente para otorgarle brillo al semestre español al frente de los Veintisiete, que ya se encuentra en su recta final, ni para darle un respiro al presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acorralado por la crisis económica que mantiene atenazada a España.

"Ésta ha sido una cumbre de resultados", repitió en varias ocasiones el líder socialista, haciendo hincapié en el éxito de las reuniones entre los representantes de más de 60 países de ambos lados del Atlántico.

En ese balance entran el desbloqueo de las negociaciones para un acuerdo de asociación entre la UE y el Mercosur, paralizadas durante seis años, y la firma el día de hoy de sendos pactos comerciales con los países de Centroamérica, Colombia y Perú. Además, se impulsó un plan de subvenciones y créditos para América Latina y se creó una fundación para apoyar la integración de ambos bloques.

Pero, como suele ser usual en estas cumbres, hubo también mucha retórica y abundantes declaraciones de buenas intenciones. Incluso el propio presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, advirtió que, de momento, lo que hay es bastante teórico: "Nuestra relación permanecerá por debajo de su potencial si no hay una decidida inversión política por ambas partes", dijo.

Además, ya hay polémica a la vista. Francia y hasta quince países europeos más se oponen férreamente a un tratado de libre comercio con el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) porque temen perjuicios para sus agricultores. De momento, París parece mantenerse a la espera, pero es de suponer que en algún momento lanzará una ofensiva contra el proyecto.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, no tuvo demasiado tiempo para hablar de ello con los líderes reunidos en Madrid, ya que apenas estuvo durante unas horas. Más corta fue la visita de la canciller alemana, Angela Merkel, que sólo asistió a la cena que el príncipe Felipe y la princesa Letizia ofrecieron a los mandatarios en el Palacio Real.

El nuevo primer ministro británico, David Cameron, ni siquiera se desplazó a Madrid, y su colega italiano, Silvio Berlusconi, tampoco. Por parte latinoamericana faltaron los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez, de Nicaragua, Daniel Ortega, de Cuba, Raúl Castro, y de Uruguay, José Mújica, éste último por problemas de salud.

Estas ausencias también contribuyeron a deslucir la cita de Madrid, en la que inicialmente España aspiraba a convencer a sus socios europeos de suavizar la política hacia Cuba. Sin embargo, ante la oposición de países como Alemania y el voto negativo del Parlamento Europeo, Madrid dio marcha atrás.

La cumbre tampoco sirvió para hacer olvidar a Zapatero sus problemas internos: durante los tres días de reuniones, el presidente del Gobierno se vio confrontado una y otra vez en las ruedas de prensa con preguntas sobre su plan de austeridad o el endeudamiento del país.

En alguna ocasión, sus interlocutores se vieron por ello relegados a un segundo plano, como cuando Zapatero tuvo que contestar a una pregunta sobre las pensiones mientras Rompuy, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y la presidenta argentina, Cristina Fernández aguardaban impertérritos.

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