Susana fulmina la pasarela
Conferencia Política del PSOE
La presidenta de la Junta abre la Conferencia de su partido con autocrítica y una defensa de España. Rubalcaba pactó con Andalucía salvar el cónclave sin hablar de candidatos.
Alfredo Pérez Rubalcaba temía que la Conferencia Política del PSOE se convirtiera en una pasarela de candidatos, Chacón, Patxi López, el otro y el photocall, así que tranquilizó a las federaciones con un pronto anuncio de la convocatoria de las elecciones primarias, y la presidenta de la Junta, Susana Díaz, se encargó del resto: escenificó el acuerdo y apremió a los suyos a que se olvidasen del "ruido mediático" y del "ruido interno". Es decir, que en el Palacio de Deportes de Madrid los aspirantes no fueron las estrellas. En cualquier caso, el protagonismo se lo dejaron al presidente de Asturias, Javier Fernández, y a Susana Díaz, que sorprendió a los suyos con un discurso autocrítico en el que defendió el concepto de España como proyecto común de los socialistas. Como en otros escenarios madrileños, el discurso de la presidenta no es de los que hace historia, pero los socialistas llevan tantos años sin entenderse a ellos mismos y sin ser comprendidos que bastan dos o tres ideas básicas bien explicadas para levantar al auditorio. Eso fue lo que ocurrió en Madrid, que los socialistas se levantaron después del discurso de Díaz. Una delegada de Castilla y León, situada al lado de la militante sevillana Mercedes Gordillo, le preguntó: "Me ha emocionado. ¿De dónde la habéis sacado?".
El discurso de Díaz tuvo tres ejes: el de la autocrítica hacia las políticas del último Gobierno de Zapatero -"nosotros mismos no nos reconocíamos"-, pero también contra la falta de ánimos de los socialistas -"no esperamos a que falle la derecha"-; el de la defensa de España -"el proyecto común de los socialistas"-, y el interno, fabricado para la Conferencia: "Os pido que pongamos los intereses de los ciudadanos por delante de los intereses del partido o de los particulares". Es decir que, con su discurso, fulminó la tentación de las pasarelas, que era lo que Rubalcaba deseaba. Y por si fuera poco, el otro asunto que el secretario general del PSOE también quería evitar, el de Cataluña, también fue zanjado por Díaz, con una alusión a la necesidad de contar con el PSC, aunque matizó que la reforma constitucional que desea debe respetar la igualdad entre comunidades autónomas. Por tanto, nada de un trato fiscal para Cataluña.
Algunas crónicas on line parecían tan excitadas con la presidenta andaluza como los propios delegados, hasta el punto que algunas la comparaban con Beyoncé, con estrellas capaces de levantar un concierto. No obstante, Felipe González aseguró que Susana Díaz había conseguido "ilusionar al partido". Es más, un veterano crítico socialista andaluz comentaba a este medio: "Si quiere, podría ser hasta la secretaria general".
Pero, dejando a un lado estos tributos de los socialistas al susanismo, lo cierto es que la presidenta ejecutó el acuerdo con Rubalcaba y condujo la Conferencia hacia los términos que la dirección quería: definir al PSOE en su Ponencia Marco y aclarar el reglamento de las elecciones primarias sin hablar de candidatos. "Las personas vendrá luego". Esa fue la consigna que corrió por los pasillos. Los temerosos del poder de los aparatos consiguieron que el porcentaje de avales necesarios haya bajado del 10% al 5%, pero el candidato se elegirá en una sola vuelta con lo que el PSOE corre el riesgo de nombrar a un aspirante con un porcentaje muy bajo en el caso de que se presenten, como parece, tres o cuatro.
Según fuentes del PSOE, el comité director puede anunciar en diciembre cuándo se convocarán las elecciones primarias, que serían después de las europeas de mayo. En teoría, ello beneficia a Susana Díaz, que podría llegar a esas fechas aún más consolidada si el PSOE gana las europeas en Andalucía, con lo que se rompería la tendencia de victorias populares, que han sido tres consecutivas: municipales, generales y autonómicas. Y, de momento, ningún candidato andaluz: quizás Carmen Chacón, Patxi López y el alcalde de Toledo, Emiliano García Page.
¿Y Rubalcaba? "Rubalcaba no ha tirado la toalla", comentaron fuentes próximas al secretario general. Verá cómo le va al candidato elegido su cita en las elecciones generales. Aunque ambos recelan, los tiempos de Rubalcaba y de Susana Díaz concuerdan. La presidenta andaluza no se plantea, de momento, dar el salto a la política nacional, deberá esperar a ganar unas elecciones en Andalucía y, quizás y mientras tanto, otro avezado joven, tal como ha explicado Felipe González esta semana, se queme en el intento de llegar a la Moncloa. Todos en el PSOE intuyen que el camino de Susana Díaz no acaba en San Telmo.
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