Pilar Cernuda
¿Llegará Sánchez al final de la legislatura?
Reunión en Moncloa
Madrid/Pedro Sánchez ha dejado hablar de todo al presidente de la Generalitat, Quim Torra. Y de todo es de todo, incluso lo impensable por poco adecuado para este tipo de reunión. Por ejemplo, sobre Franco, el legado ideológico del franquismo y el Valle de los Caídos. O del discurso del Rey el pasado 3 de octubre. La terapia que el presidente del Gobierno ha aplicado al conflicto catalán se parece a la del diván de un psicoanalista. Dígame, ¿qué le pasa? Y Torra ha hablado este lunes durante dos horas y media, a solas con el presidente en Moncloa. Con su lazo amarillo. El acuerdo básico al que han llegado es que seguirán este tipo de reuniones. Una primera en Barcelona entre ambos y, a la vez, entre distintas comisiones bilaterales entre el Gobierno y la Generalitat. El Gobierno eliminará el veto a algunas leyes sociales aprobadas en el Parlamento, y hablarán de los asuntos mundano que ocupan a dos ejecutivos.
Cuando José María Aznar pactó con Pujol el acuerdo parlamentario a su primer Gobierno, en 1996, el catalán también fue a una reunión sólo para conversar con el presidente, aunque en aquella ocasión fue Pujol quién preguntó: ¿Cuál es tu idea de España? Y Pujol salió satisfecho. Después, en el Majestic, pasó factura.
Torra y Sánchez han hablado de autodeterminación, pero el presidente del Gobierno le ha explicado que ni en ésta ni en ninguna contra constitución cabe ese derecho. Y Torra no se ha levantado, sino que han seguido hablado y oyendo. Esto es un paso importante, ya que, hasta ahora, el presidente de la Generalitat no se sentaba a hablar con el del Gobierno, y éste a su vez con el otro, porque la autodeterminación no era tratable. Ambos han dejado constancia de sus diferencias, pero han seguido hablando.
Torra se lleva para Barcelona lo que él considera un éxito parcial, el reconocimiento de Sánchez de que con Cataluña existe "un problema político que requiere de una solución política". Es por eso por lo que no se levantó cuando escuchó la opinión del presidente sobre la autodeterminación, que es la misma que defendía Mariano Rajoy.
"No renunciamos a ninguna vía para conseguir la independencia". "Cualquier solución política pasa por el derecho de autodeterminación". A pesar de estas lapidarias palabras pronunciadas por Torra al término de la reunión, ya en la sede de la Generalitat en Madrid, no en Moncloa, ambos gobiernos van a seguir negociando. Según la vicepresidenta Carmen Calvo, nunca sobre la autodeterminación. Según Torra, hay que seguir hablando, porque él no se va a bajar de esa reclamación.
Pedro Sánchez y el presidente de la Generalitat han acordado que el Gobierno participará en Barcelona en el aniversario de los atentadosde las Ramblas, pero Torra ha dejado claro que él no invitará al Rey. Ni a éste ni a ningún otro acto, y así se lo ha explicado al presidente.
No hay, por tanto, un cambio de sentido en el Gobierno catalán, no hay una rectificación hacia la constitucionalidad, pero, al menos, se ha avenido a hablar de otros asuntos después de lo que sí ha sido una fructífera reunión de deshielo. "Ha sido sincera y larga", ha sostenido Torra, mientras que desde el Gobierno se central se ha apuntado que ha ido mejor de lo esperado.
¿Cabe prever una solución del conflicto a medio plazo? No, pero de momento se han vuelto a colocar las vías donde chocaron los dos trenes. En términos taurinos, diríamos que Sánchez sacó el capote y aguantó la rabia. Y, eso, pues poco más. Torra es sólo un autómata de Puigdemont, y mientras ERC y el PdeCAT, al que el presidente no pertenece, no abran las vías de la rectificación, no habrá soluciones en el horizonte. De no ser, claro, que Sánchez esté dispuesto a ceder. Y no parece.
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