Resacón sin brindis para Sánchez
Ni ribeiro, ni albariño, ni 'txacoli' para el líder del PSOE, sólo calimocho peleón
No hubo brindis con ribeiro ni con albariño ni con txacoli en el PSOE. No había nada que festejar. En todo caso, calimocho peleón como quitapenas de una noche que certifica la deriva socialista. Un vasazo, o un botellón, de cruje y rasga para otra noche electoral más, la sexta, que el secretario general suma a su currículum de derrotas. Las urnas le son esquivas. Con Sánchez al frente, el PSOE circula haciendo eses entre ellas con una visión cada vez más borrosa con la que sólo acierta a atisbarlas cada vez más difuminadas, como algo que se aleja.
Sólo ha paladeado Sánchez la victoria en vez ocasión desde que accedió al cargo de jefe del socialismo español. Y por delegación. No fue él quien acumuló los votos. Fue Susana Díaz, la candidata de su partido a la Presidencia de la Junta, la que ganó la carrera. La misma que, junto a otros barones territoriales, ya ha apretado el botón de alerta máxima que sonará en la ejecutiva de hoy y en el comité federal del próximo sábado con la machacona insistencia de una alarma antiaérea.
El resacón socialista del 25-S viene acompañado de sudor frío, taquicardia y temblores. Un shock que lo acerca cada vez más a la parada multiorgánica para la que precisa no ya sólo un tratamiento urgente, sino una operación quirúrgica a corazón abierto. Es la realidad de las urnas, muy lejana de ese "optimismo moderado" con que algunos miembros de la dirección federal se inyectaron ánimo en vena para afrontar los primeros instantes después del cierre de los colegios electorales.
Esa esperanza se evaporó. En Galicia y en el País Vasco ha habido sorpasso. En ninguna de las dos autonomías ni siquiera es ya el PSOE la segunda fuerza política. Esa plaza se la adjudicado En Marea en el bastión que conserva el PP, mientras que en Euskadi la debacle ya no deja lugar a dudas: la candidatura liderada por Idoia Mendia quedó en cuarto lugar, por detrás de PNV, de Bildu y de Podemos.
Con este escenario, era de esperar que Sánchez no compareciera. Dar la cara fue competencia de la candidata, que reconoció "un mal resultado" que no es el que el PSE "esperaba". Mendia, sin motivos para descorches, ve un mapa político que obliga a "dialogar y a buscar acuerdos". Cariacontecido la vio y escuchó Sánchez en la sede de Ferraz junto a sus fieles, entre ellos el secretario de Organización, César Luena, y los portavoces en el Congreso y el Senado, Antonio Hernando y Óscar López, enclaustrados desde minutos antes de las ocho de la tarde para seguir el escrutinio. A su alrededor disipaban los presagios de un varapalo en Galicia a cargo de En Marea, que terminó superándolos. Intentaban convencerse entre ellos de que los resultados serían mejores en Galicia que en el País Vasco. Pero la borrachera de decepción y desilusión fue descomunal en las dos citas electorales. Y hoy por la mañana toca resaca bestial en la reunión de la ejecutiva. No va a haber vitamina B suficiente para combatir los estragos de una noche en la que, si se bebió, no fue para celebrar nada, sino para olvidar.
Y más fúnebre fue aún la jornada para otro partido constitucionalista. Ciudadanos marcará la fecha de ayer en el calendario de fracasos. Consciente de que en Euskadi poco había que hacer, el partido de Albert Rivera conservó un mínimo de esperanza en rascar simpatías en Galicia. Negativo. Es territorio PP. Ahí no hay fisuras ni concesiones. Ni siquiera vale como rival, los populares no lo tienen como tal en una comunidad en la que Núñez Feijóo revienta récords y atornilla su mayoría absoluta. Ciudadanos es un partido marginal, si espacio que ocupar en el sistema, para gallegos y vascos.
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