Rajoy ofrece diálogo en todo y entrega la Lomce
Debate de investidura
El candidato del PP propone pactos en educación, pensiones, financiación autonómica y corrupción.
“Tengan la absoluta certeza de que sabré interpretar lo que han dicho los españoles”. Mariano Rajoy ha entendido el mensaje de las elecciones generales, un PP en minoría que necesita para gobernar el apoyo de, al menos, otros dos partidos del Congreso. Lo que ahora solicita es que los demás también lo comprendan. El candidato no conseguirá hoy el apoyo necesario de la mayoría absoluta de la Cámara para ser investido presidente, necesitaría 175 votos de los 350 diputados.
Deberá esperar al sábado por la tarde, cuando le bastarán más síes que noes; será entonces cuando los otros, Ciudadanos y el PSOE, o la mayoría del un grupo socialista fracturado, atiendan a su llamada para romper el desbloqueo.Rajoy pronunció su segundo discurso de investidura en esta legislatura, fue más breve que el anterior, 18 folios sobre los 36 de agosto, y consumió sólo 52 minutos, pero el planteamiento fue más correcto, consciente de que esta vez sí cuenta con posibilidades de salir investido. Si en aquella ocasión, el debate fue un cuerpo a cuerpo con Pedro Sánchez, ahora ha desplegado un paraguas de ofertas de diálogo y el compromiso de llegar a cuatro grandes acuerdos: en educación, la Lomce, la actual ley de educación ya está muerta; en financiación autonómica, cuyo modelo actual caducó hace meses; en pensiones, para lo que reunirá el Pacto de Toledo, y uno sobre corrupción. Eso sí, se negó a dar marcha atrás en otras reformas de índole económica, como la laboral. Sin citarla, dijo lo siguiente: “No podemos dar marcha atrás en las reformas que nos han permitido crear medio millón de empleos al año”.
La palabra más repetida por Mariano Rajoy fue diálogo. El candidato reconoció que se encuentra ante una situación inédita, que le va a obligar a “construir una mayoría día a día” por lo que todos los acuerdos, leyes e iniciativas deberán pasar por el tamiz del consenso. El PP necesitará en todas las ocasiones a Ciudadanos y a un partido más, puede ser el PSOE en algunas cuestiones y el PNV en otras. La fractura en el grupo parlamentario socialista, cuya magnitud se visualizará el próximo sábado, no parece que ayude a que sea el PSOE el partido que saque adelante el Presupuesto de 2017. Es posible que Rajoy, por la vía de las amables concesiones en inversiones públicas, se tenga que atraer al PNV. La gestora socialista no da para más, asegura la investidura, pero no tiene apoyos internos para seguir exponiendo al partido a un acuerdo estable con el PP.
Por ello, Rajoy insistió en que necesita un Gobierno estable. Así lo expresó: “España necesita un Gobierno, pero no cualquier Gobierno. Necesita un Gobierno que pueda gobernar; estable, duradero, sólido y tranquilizador. Y un Gobierno sustentado en acuerdos. Esta es la propuesta que vengo haciendo de manera ininterrumpida desde el mes de diciembre, de amplia base parlamentaria, que haga por consenso las grandes reformas, esa es la mejor manera de interpretar la voluntad de los españoles. Es un modelo inédito en España, pero similar a los de muchos países comunitarios”. El presidente puso al Congreso frente a la urgente realidad, que es la convocatoria de otras elecciones si no hay un Gobierno este lunes. “Dada la composición de la Cámara -sostuvo-, el Gobierno está lejos de ser estable (...) Si el Gobierno está en minoría, tendrá que buscar colaboraciones, tengo asumido que cada día tendremos que construir una mayoría. Estoy dispuesto a negociar todas las decisiones. No me faltará tiempo para escuchar, tenga la total y absoluta certeza de que sabre interpretar lo que han dicho los españoles. Me gustaría que todos asuman esos compromisos”. “No basta con cubrir la vacante del Gobierno, esto no puede ser un mero trámite”, concluyó.
Una vez que Rajoy parece que ha conseguido lo primero, lo imprescindible, llegar a ser presidente del Gobierno, viene el otro hito, casi tan importante como el primero: la aprobación del Presupuesto de 2017. En los próximos días, enviará al Congreso el techo de gasto para el próximo año y su previsión de horizonte financiero, pero después, antes de acabar 2016, necesita aprobar los Presupuestos Generales del Estado. El asunto se complica por cuanto debe atender a las llamadas de ajuste que ha realizado Bruselas.
El socialista Javier Fernández, presidente de la gestora del PSOE, ya le ha adelantado que no negociará estas cuentas, aunque sí pueden dialogar sobre las otras reformas. A diferencia de lo ocurrido en el discurso anterior, Rajoy fue más generoso con el otro partido que le apoyará, con Ciudadanos, con cuyo líder, Albert Rivera, prácticamente ha roto la comunicación. Si el PSOE ha tenido que cambiar a marchas forzadas, con un desgarro histórico en la organización, el Gobierno y el grupo popular en el Congreso también deberá transmutar su forma de gobernar.
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