Visto y Oído
Francisco Andrés Gallardo
Emperatriz
Desde las pasadas elecciones de junio, todas las semanas se anuncian como decisivas, pero todas frustran su cometido porque nunca se decide nada. La segunda repetición de las elecciones, los terceros comicios, no son una posibilidad remota. Ni mucho menos. El candidato del PP y presidente en funciones, Mariano Rajoy, sostuvo ayer que si no consigue sacar adelante su investidura, "lo más probable es que se repitan las elecciones". Rajoy, por tanto, va a colocar al PSOE y a Ciudadanos ante esta tesitura: o se le apoya en una de las dos primeras sesiones o no volverá a presentar su candidatura. Ni el PP tampoco. El problema es que Rajoy tampoco hace mucho. Después de que demorase la respuesta a la propuesta de Ciudadanos una semana, su Comité Ejecutivo se reunió ayer por la mañana, pero ni abordó las condiciones que Albert Rivera impuso ni fijó la fecha de investidura. Ni siquiera se sabe si Rajoy se presentará, finalmente, tal como se comprometió ante el Rey.
Ciudadanos había expuesto seis requisitos para comenzar a negociar su sí a la investidura. Entre éstos, el presidente debía aclarar la fecha y comprometerse a que ningún imputado por corrupción siguiese en sus cargos. Además, los naranjas exigían la supresión de los aforamientos y la inclusión de listas desbloqueadas en las elecciones. "Nosotros no hemos venido a hablar de condiciones", contestó el líder del PP a los periodistas. A pesar de sus afirmaciones, Rajoy sí había convocado a su comité con ese motivo. Aunque ayer lo negase, hace una semana publicó en su cuenta de Twitter lo siguiente: "Una vez conocidas las condiciones de C's para negociar, las someteré a debate y aprobación en el Comité Ejecutivo del Partido Popular".
Esta mañana se reúnen Rajoy y Albert Rivera en el Congreso, y Ciudadanos espera que sea entonces cuando el candidato le comunique que acepta sus condiciones. El Comité Ejecutivo del PP le dio "carta blanca" a Rajoy para negociar, pero pasó por alto unos condicionantes que Ciudadanos considera imprescindibles para comenzar a negociar. "Si lo que se propone no afecta al interés general ni a la Constitución, se pueden aceptar muchas cosas. O no". Rajoy, en estado puro, contestó así en la rueda de prensa posterior. De hecho, incluso al ser preguntado por la investidura, aseguró que quiere que sea el socialista Pedro Sánchez el que se la diga; es decir, que mientras no consiga la abstención de los socialistas, no se presentará ante el Congreso. "Lo que procede es una conversación con Sánchez para dos cosas: si prefiere la repetición de las elecciones y su criterio sobre la fecha del debate de investidura. En una conversación entre los dos, si se puede producir, o lo puede anunciar públicamente", dijo el presidente.
Si esto es así, si Rajoy espera el cambio de opinión del PSOE, la propuesta de Ciudadanos caducará. José Manuel Villegas, uno de los dirigentes de este partido, mostró su sorpresa, sino estupefacción, por el resultado de la reunión del PP. Y es que Rajoy le pidió a Albert Rivera unos días para tratar y votar con su dirección los requerimientos de los naranjas. No ha sido así. Villegas explicó que la propuesta no está pensada para que caduque, aunque si el PP sigue sin contestar, se extinguirá.
"El señor Rivera -explicó Villegas- no se va a sentar con el señor Rajoy para empezar a negociar; se va a sentar para que le diga si firma el documento con las seis medidas y si pone fecha al debate de investidura". Pero Villegas tampoco quiso decir que se romperán las negociaciones si Rajoy no acepta los requisitos previos pedidos por Ciudadanos. Explicó: "No podemos romper una negociación que no se ha iniciado. Lo que hemos puesto encima de la mesa son condiciones serias para negociar; en tanto no se cumplan esas condiciones nosotros no nos sentaremos a negociar un posible sí, nos mantendremos en la abstención técnica".
La iniciativa de Ciudadanos había abierto una vía para acabar con la crisis institucional. Si los de Rivera votaban sí a Mariano Rajoy como consecuencia de la negociación, y además conseguía el apoyo de Coalición Canaria, sumarían 170 escaños, con lo que faltarían 11 abstenciones para la investidura. Estas podrían venir del PSOE si el partido de Pedro Sánchez cambiaba de opinión. Los 170 síes hubiesen supuesto el mejor instrumento de presión sobre los socialistas. Lo que no se sabe ahora es si Rajoy vincula su acuerdo con Ciudadanos a otro paralelo con el PSOE.
Han pasado 21 días desde que Rajoy aceptó el encargo del Rey de someterse a un debate de investidura para solicitar el apoyo del Congreso a su Presidencia, pero desde entonces no se ha avanzado nada. El presidente sigue sin despejar la duda de si, finalmente, irá al Congreso.
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