Antonio Hernández Rodicio
'Borraxeira' política
Madrid/La sesión de control a la que se ha sometido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Senado, ha demostrado que los senadores de su grupo arropan a su líder contra viento y marea, en el día en que la bolsa se ha desplomado y la prima de riesgo ha vuelto a dispararse. La expectación por la comparecencia de Rajoy era grande, entre los periodistas y en el hemiciclo, donde los senadores del PP le han recibido con aplausos cuando ni siquiera había abierto la boca, y le han jaleado al acabar sus respuestas con una de las ovaciones más entusiastas y prolongadas de la legislatura. Las tres preguntas del día no tenían mucho que ver con la caída de la bolsa o los problemas de España en los mercados financieros, aunque la cosa haya sido abordada tangencialmente en la sesión.
Joseba Zubia, del PNV, ha preguntado al presidente por las "verdaderas" razones que impiden trasladar el Guernica de Picasso al País Vasco, y Amelia Salanueva, de UPN, por la aplicación a los ayuntamientos de Navarra de las medidas para pagar a proveedores. Pero, conscientes de "la que está cayendo", ambos han hecho alguna referencia a la situación económica; el nacionalista vasco, para apuntarle que su pregunta era más sencilla que cuantas pudiera formular sobre la deuda, el déficit o los presupuestos. Y Salanueva, para ponerse en su lugar por "los días y las noches que debe pasar" el presidente, un comentario que ha desatado rumores en la bancada socialista.
Los periodistas, entretanto, aguardaban en el pasillo a que Rajoy terminara para hacerle sus propias preguntas, pero su paciencia no ha tenido fruto, ni siquiera cuando han montado una férrea barrera humana en el pasillo que ha obligado al presidente a darse la vuelta y salir por otra puerta del recinto, que da al garaje.
La tercera pregunta era más económica, porque el portavoz del grupo socialista, Marcelino Iglesias, quería emplazar al Gobierno a dialogar sobre la reforma laboral tras la huelga general del 29M. Aunque Iglesias ha hablado también de "la que está cayendo": de los récords que bate la prima de riesgo, de la "descoordinación y caos" en el Gobierno al anunciar sus últimos recortes, y de las "líneas rojas" que para el PSOE son la sanidad y la educación a la hora de ajustar, como lo eran para Rajoy hasta hace bien poco. Y de la reforma laboral ha dicho que no sirve para nada, salvo para crear más desempleados.
Rajoy se ha recreado en su respuesta al portavoz opositor, cosechando aplausos cada vez más enfáticos de la bancada popular. Se ha dedicado a recordar a su interlocutor que el PSOE también sufrió una huelga general por una reforma laboral, momento en que él, como líder de la oposición, tomó partido "claramente en contra". Por el contrario, el PSOE, ahora en la oposición, sí ha respaldado la huelga, actuando como si no tuviera pasado o no hubiera gobernado nunca, algo que a su juicio "no tiene ningún sentido" porque ni siquiera va a dar más votos a los socialistas.
Cuando más ha gustado a los suyos ha sido al evocar que el propio Iglesias llegó a anunciar públicamente que los senadores del PSOE iban a hacer huelga y a buscar alguna "fórmula" para que se les descontara su sueldo de la jornada correspondiente. Entre carcajadas y aplausos del PP se ha preguntado si ya han encontrado esa fórmula para detraer de sus salarios el importe del día de la huelga. Al finalizar su intervención, el grupo popular ha aplaudido con fuerza y ganas a Rajoy mientras, desde la bancada de enfrente, el secretario general del grupo socialista, José Miguel Camacho, les daba a entender su "mucha cara" golpeando con la mano su mejilla.
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