Rajoy y Mas abren una vía de diálogo pese a discrepar sobre la consulta soberanista

Mariano Rajoy y Artur Mas han abierto este miércoles una vía de diálogo pese a constatar que sus posiciones sobre la consulta son irreconciliables, ya que mientras el presidente del Gobierno ha garantizado que ni puede ni va a celebrarse, el de la Generalitat ha asegurado que no tiene un plan B y que la convocará para el 9N.

Durante dos horas y cuarto Rajoy y Mas han intercambiado puntos de vista sobre esa consulta y sobre otros asuntos en una reunión en el Palacio de la Moncloa que era la primera en casi un año pese a que ambos han coincidido en diversos actos, tanto en Madrid como en Barcelona. Sus posiciones respecto al referéndum que pretende Mas no se han movido un ápice respecto a lo que han venido defendiendo, y, así, el presidente de la Generalitat ha asegurado en rueda de prensa que no tiene prevista ninguna alternativa a la consulta, que la convocará dentro del marco legal y que es la que ofrecería una solución "estable" y "duradera" al encaje de Cataluña en España.

Sin concretar nada respecto a lo que puede decidir en el futuro, Mas ha explicado que si se obstaculiza la consulta, se pasará a otra "fase" y ha reconocido tener la "impresión" de que Rajoy impugnará la ley de consultas que tramita el Parlamento catalán. "No me ha dicho explícitamente que la llevará al Constitucional pero a buen entendedor pocas palabras bastan", ha señalado antes de reprochar a Rajoy que no ofrezca alternativa alguna.

Las palabras de Rajoy no dejan lugar a la duda según el comunicado que ha hecho público la Moncloa exponiendo el mensaje que ha trasladado al presidente de la Generalitat. Esa consulta, le ha dicho, "ni se puede celebrar ni se va a celebrar" porque es ilegal, al tiempo que le ha recordado que esa posición es compartida tanto por el Tribunal Constitucional como por el Congreso de los Diputados. Además le ha advertido de los riesgos de la inestabilidad política para el incipiente proceso de recuperación de la economía.

Pero pese a que ambos han dejado patente que es imposible pactar una posición sobre la consulta, sí han coincidido en que la entrevista en la Moncloa ha abierto un camino al diálogo sobre cuestiones futuras. Si el Gobierno central ha considerado que la reunión se ha desarrollado en un clima de respeto y consideración por ambas partes, Mas (que ha comparecido ante los periodistas en la sede de la Generalitat en Madrid y más moderado en su exposición que en otras ocasiones) ha reconocido que se ha dejado abierta la puerta a la negociación para una salida "civilizada". "Podría haber dicho que aquí se termina todo, pero hay un clima de diálogo abierto", ha remarcado el presidente catalán, que ha planteado en la reunión 23 asuntos distintos a la consulta y ha augurado que para alguno de ellos podría haber acuerdos antes de final de año.

Son propuestas sobre diversos aspectos de la economía, las finanzas públicas catalanas, las infraestructuras, la sanidad o la dependencia, y, todas ellas, según Moncloa, Rajoy se ha comprometido a estudiarlas "con ánimo constructivo". Además, el presidente del Gobierno ha garantizado su disposición a seguir colaborando "franca y lealmente" en todo aquello que beneficie a los catalanes y ha abogado por una cooperación más intensa en la consolidación y aceleración de la recuperación económica y la creación de empleo. Esa es, a su juicio, la principal prioridad tanto de los ciudadanos catalanes como del resto de españoles. En ese contexto, ha aprovechado para exponer una serie de datos sobre la positiva evolución de la economía española y para destacar el beneficio que para las comunidades (y para Cataluña en particular) ha supuesto la adopción de medidas como el Fondo de Liquidación Autonómica (FLA) y el Plan de Pago a Proveedores.

En su comparecencia ante los periodistas, Mas ha reiterado su argumento de que la noticia de que el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol ha tenido durante años dinero en el extranjero no supone una debilidad para las tesis soberanistas. Esa conferencia de prensa, que ha durado hora y media, ha sufrido una breve interrupción al inicio cuando un hombre, desde fuera de la sala, ha lanzado varios gritos en catalán de Visca Espanya (Viva España).