Rajoy: "Mañana tengo el coñazo del desfile"
El presidente del PP expresa su "máximo apoyo" a la Fiesta Nacional tras hablar del desfile como "un coñazo" delante de un micrófono abierto
Los micrófonos abiertos han vuelto a jugar una mala pasada a un dirigente político, en esta ocasión al líder del PP, Mariano Rajoy, que en un comentario distendido se ha quejado al dirigente del PP andaluz, Javier Arenas, de que mañana le espera el "coñazo" del desfile militar que conmemora la Fiesta Nacional. Apenas dos horas después, Rajoy ha expresado su "máximo respeto, afecto y apoyo" a las Fuerzas Armadas y a la Fiesta Nacional, según recoge un comunicado difundido por el partido.
Antes de que comenzará la clausura de la XIII Unión Interparlamentaria en La Coruña, Rajoy no se percató de que el micrófono estaba abierto y los medios de comunicación pudieron grabar la conversación distendida que mantenía con el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, al que aseguró: "mañana tengo el coñazo del desfile... en fin un plan apasionante".
En el comunicado, el presidente del PP afirma que "al parecer, una expresión coloquial propia de una conversación de ámbito privado ha trascendido de ese ámbito privado al público". "Para despejar cualquier duda o mala interpretación, quiero reiterar mi postura ya conocida de máximo respeto, afecto y apoyo a nuestras Fuerzas Armadas, así como a la celebración de la Fiesta Nacional", sostiene en dicho comunicado.
Es más, el presidente del primer partido de la oposición dice que quiere aprovechar la ocasión para "animar", un año más, "a todos los españoles a celebrar con entusiasmo" la fecha que recuerda la "convivencia en común". Hace precisamente un año grabó una declaración institucional en la que llamaba a todos los ciudadanos a celebrar la Fiesta Nacional del 12 de octubre y a "honrar y exhibir" la bandera española.
El peligro de los micrófonos abiertos
El episodio se añade a otros descuidos famosos de dirigentes políticos que han hecho manifestaciones poco afortunadas sin darse cuenta de que sus palabras eran escuchadas y amplificadas. "¡Vaya coñazo que he soltado!" dijo en 2002 el entonces presidente español, José María Aznar, en el Parlamento Europeo, tras exponer a la Eurocámara los resultados de la Cumbre de Barcelona.
Precisamente en Barcelona durante la Cumbre Euromediterránea de 2005, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, apuntó a un asesor que el acuerdo sobre terrorismo a discusión entre sus participantes debía ser cerrado "como sea".
Zapatero también fue protagonista de otro caso antes de acceder a la Presidencia del Gobierno, en 2003, cuando el entonces responsable de Economía del PSOE, Jordi Sevilla, corrigió algunos errores técnicos que había cometido en una exposición y le apuntó que con "dos tardes" tendría bastante para aprender lo que precisaba.
Ya como jefe del Ejecutivo, tras ser entrevistado en Cuatro durante la última campaña electoral, confesaba al periodista Iñaki Gabilondo que aunque las encuestas electorales iban bien a los socialistas les convenía que hubiera "tensión", palabras que pudieron ser escuchadas porque los micrófonos seguían conectados.
En enero de 2004, el presidente del Congreso, José Bono, que entonces era presidente de Castilla-La Mancha, llamó "gilipollas" al primer ministro británico, Tony Blair, en un comentario privado que fue captado por una cámara de televisión.
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