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La Policía detiene a un reclutador de yihadistas histórico en Melilla

Mustafa Maya Amaya durante el juicio en el que fue condenado en 2018 a ocho año de prisión. / Emilio Naranjo / Efe

melilla/La Policía detuvo este lunes en Melilla es Mustafá Maya Amaya, excarcelado hace solo unos meses tras ser condenado por la Audiencia Nacional en 2018 por ser el líder de una célula yihadista dedicada a la captación y envío de combatientes desde Malí, Siria o Libia para su integración en organizaciones terroristas como Estado Islámico (Daesh) y Al Qaeda, según informaron a Europa Press fuentes de la investigación.

Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía en Melilla confirmó por la mañana que se había producido una detención de un vecino de esta ciudad española en una operación de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional contra el terrorismo yihadista, en una investigación que aún sigue abierta. Se le investiga por delitos de adoctrinamiento y enaltecimiento del terrorismo, según añadieron fuentes policiales.

El detenido es el español de origen belga Mustafá Maya Amaya, converso al Islam de ascendencia gitana y postrado en silla de ruedas, según confirmaron las citadas fuentes de la investigación. Tras su primera detención, la Policía Nacional lo calificó como el "mayor reclutador yihadista", una actividad que se remonta al menos a 2012.

Acusado

En su sentencia, los jueces calificaron a Maya Amaya como el "promotor, director y coordinador" de "una de las mayores redes de captación y envío de radicales para su incorporación a organizaciones terroristas de corte yihadista" que realizó "una incesante labor" desde 2012 "nutriendo a otras organizaciones" como el Estado Islámico o Jabhat Al Nusra.

El acusado, un melillense de mediana edad con una discapacidad que le obliga a ir en silla de ruedas, estaba en "permanente comunicación" con otros musulmanes europeos "a los que captaba por Internet para su desplazamiento" a países como Siria, Libia o Mali y actuaba "de forma concertada con otros individuos" para conseguir su objetivo.

Además, también hacia labores de asesoramiento de los captados y "desplegaba una permanente actividad de propaganda para la causa yihadista por internet".

Cómplices

Para su labor, Maya Amaya contó con la ayuda de los cuatro integrantes de la red (de nacionalidad belga, tunecina y francesa), que fueron condenados a seis años de prisión y que reconocieron en el juicio que contactaron con el líder de la célula porque tenían interés en viajar a Siria "para luchar contra el régimen de Bashar Al Assad y hacer la yihad".

A todos ellos se les aplicó la atenuante de confesión, ya que reconocieron los hechos durante el juicio. Alcanzaron un acuerdo de conformidad con la Fiscalía, que inicialmente solicitaba entre ocho y 14 años de prisión.

Durante la vista oral, celebrada entre 11 y 13 de diciembre de 2017, el propio Maya Amaya confirmó que dio "información" a través de redes sociales a una cifra "exagerada" de personas que "querían trabajar, que querían buscarse una vida" o que querían "aprender el Corán" para después hacer la yihad. Apuntó que él no sabía concretamente en qué grupos yihadistas iban a ser integrados.

Redes de captación

La sentencia, con fecha del pasado 18 de enero de 2018, destacó que se trata de "una de las mayores redes de captación y envío de radicales para su incorporación a organizaciones terroristas de corte yihadista, insertadas en el movimiento e ideario de la 'yihad global". Una red que, según la Sala, ayudó al menos a una treintena de personas a llegar desde Malí, Siria o Libia para su integración en Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), Estado Islámico o Jabaht Al Nusra.

Se trata de la segunda operación antiyihadista con detenidos por parte de la Policía desde que el Ministerio del Interior ordenó el pasado martes medidas complementarias de seguridad, dentro del nivel de alerta 4 sobre 5, por el contexto de escalada de tensión derivado del conflicto entre Israel y Hamas.

El pasado viernes, la Policía Nacional informó de otra operación de la Comisaría General de Información con cuatro jóvenes detenidos por delitos de yihadismo residentes en las localidades de Huetor-Tajar (Granada), Cubelles (Barcelona) y Madrid.

Nivel de alerta

Los agentes detectaron un "punto de inflexión" al detectar a dos de ellos, un matrimonio que contó con la autorización del cabecilla, que se hacía llamar Califa, que habían aumentado exponencialmente su nivel de radicalización, ya que grabaron un vídeo reclamando "derramar sangre para recuperar Al Andalus y restaurar el Califato". El juez de la Audiencia Nacional dictó orden de prisión para los tres.

El viernes por la tarde, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, convocó a todos los grupos parlamentarios a una reunión para hablar del actual nivel de alerta antiterrorista de 4 sobre 5, con medidas complementarias de seguridad, debido al contexto de creciente tensión por el conflicto entre Israel y Hamas.

El ministro, que pidió sentido de Estado y no caer en un alarmismo excesivo, reclamó confiar en la labor diaria que realizan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y reiteró que era "peligroso" mezclar terrorismo e inmigración irregular.

Operaciones antiterroristas

En Melilla, la última operación antiterrorista se remonta al 6 de octubre de 2022 con la detención de diez personas por su presunta participación en los delitos de pertenencia a grupo terrorista, enaltecimiento, adoctrinamiento y autocapacitación terrorista.

En el marco de ese operativo, la Policía Nacional detuvo en Granada a una persona más y la DGST marroquí efectuó simultáneamente en su país dos detenciones más. Según los investigadores, los detenidos compartían los postulados de la organización terrorista DAESH y ejercían labores de adoctrinamiento a terceros, principalmente a jóvenes.

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