Pedro Sánchez deberá esperar al martes para conseguir un resultado muy ajustado

Votación

El candidato ha obtenido 166 síes frente a 165 noes, pero necesitaba en esta ocasión la mayoría absoluta

El candidato Pedro Sánchez, este domingo en el Congreso de los Diputados. / Efe

Pedro Sánchez tiene asegurado los 167 síes frente a 165 noes para ser investido presidente del Gobierno el próximo martes. Este es el resultado obtenido en la tarde de este domingo 5 de enero, víspera de Reyes, en el Congreso. Al tratarse de la primera votación, se necesitaba una mayoría absoluta de votos, Pedro Sánchez no es aún presidente, pero lo será en 48 horas. La tensión y bronca que se han vivido en la Cámara se prolongará hasta el martes, ya que el resultado es muy ajustado y que hay muchas presiones sobre algunos diputados para que cambien el sentido de su voto, tal como ha hecho la canaria Ana Oramas. El representante de Teruel Existe, Tomás Guitarte, ha denunciado desde la tribuna que su partido está sufriendo presiones "en medios, redes y con pintadas, esta mañana, en mi pueblo, en mi comarca, en mi región". Guitarte ha votado sí.

La primera votación en el Congreso ha concluido, según lo previsto, antes de las 13:00 horas, era la intención de la presidenta Meritxell Batet, acabar lo antes posible para que los diputados pudiesen pasar con su familia la víspera de la epifanía. El resultado ha sido de 166 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones, uno menos para Pedro Sánchez debido a la ausencia de una diputada de Unidas Podemos que no ha podido votar el encontrarse enferma y no haber tramitado en tiempo la votación telemática. El pleno volverá a reunirse a las 12 del mediodía y no se votará antes de las 12:45 horas.

Tamayazos

Ese margen de un solo voto es el que ha levantado todo tipo de especulaciones sobre lo que se ha venido en llamar un "tamayazo", un cambio de opinión a última hora motivado por oscuras razones. No obstante, Sánchez cuenta con 18 abstenciones activas, las de Bildu y ERC, que también podrían movilizarse hacia el sí en caso de algún giro. Si ningún diputado se ausenta el martes y todos mantuviesen el mismo sentido, Sánchez saldría elegido por dos votos de diferencia. La portavoz del PSOE, Adriana Lastra, es quien ha acusado a la dirigente de Ciudadanos Inés Arrimadas de buscar este cambio bastardo, aunque la parlamentaria jerezana sólo ha solicitado un "voto patriótico". Lo que buscaría Ciudadanos, por tanto, es un nuevo apoyo pero legal, no negociado bajo las sombras de la corrupción como hizo Eduardo Tamayo y otra parlamentaria en Madrid en 2003, cuando se ausentaron de una votación para impedir la elección de Rafael Simancas como presidente de la Comunidad madrileña.

La sesión de este domingo ha sido aún más bronca que la anterior, con un pleno dividido, fracturado, entre el bloque de izquierdas, nacionalistas e independentistas y el de derechas, de PP, Vox y Ciudadanos. Las acusaciones entre ambos han sido de lo más grave. El momento más bronco llegó con la intervención de la parlamentaria de Bildu Mertxe Aizpurúa. El hijo de Suárez, Adoldo Suárez Yllana, le dio la espalda durante todo su parlamento desde su escaño de la Mesa de la Cámara y el líder de Vox, Santiago Abascal, se ausentó junto a diputados víctimas de ETA, como la sevillana Teresa Jiménez Becerril. Pero los insultos y gritos llegaron cuando Aizpurúa tachó de "autoritario" al Estado español y expuso como prueba de ello el discurso del Rey el 3 de octubre de 2017, cuando Felipe VI se vio obligado a hablar a la nación después del referéndum de independencia.

Desde la bancada de Vox y del PP se oyeron gritos de "asesinos", "pida perdón" y "fuera, fuera" a la parlamentaria vasca. Los populares solicitaron a Batet que suspendiese esta oratoria puesto que era el Rey quien había sido criticado. La presidenta del Congreso no lo hizo y el candidato socialista tampoco hizo alusión a esto, lo que motivó otras intervenciones muy duras con el socialista.

Ya antes de iniciarse el pleno, otro parlamentario de Bildu, Óscar Matute, calentó el ambiente al proclamar que era la izquierda independentista la que pone y quita presidentes del Gobierno. Y es cierto que los votos de ERC y Bildu fueron sustanciales en la moción de censura contra Mariano Rajoy y lo será ahora a favor de Pedro Sánchez.

Sánchez se convertirá en presidente con los votos de su grupo socialista, de Unidas Podemos, Más País, BNG, PNV, Teruel Existe y Nueva Canarias, pero las abstenciones de ERC y de Bildu son casi tan importantes como los síes, de ahí que el socialista se sienta comprometido con estos partidos independentistas. El presidente quiere nombrar a los nuevos ministros esta semana, de modo que el viernes 10 de enero pueda reunir al Consejo en Moncloa. Será el primer Gobierno de coalición de izquierdas, será socialista pero con un vicepresidente de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, más cuatro ministros más de estas mismas siglas: Irene Montero, Alberto Garzón y el catedrático de Sociología Manuel Castells, que dirigirá el departamento de Universidades.

De los ministros socialistas actuales, se da por hecho que seguirá la vicepresidenta Carmen Calvo; la ministra de Economía, Nadia Calviño, que será vicepresidenta económica; la titular de Hacienda, María Jesús Montero, y el de Fomento, José Luis Ábalos.

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