La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¿Dónde está el límite de la vergüenza?
Pulso social y político de Metroscopia
Pedro Sánchez y Albert Rivera se erigen como los líderes natos de los dos grandes campos ideológicos. Desde hace dos años, Albert Rivera ha sido el político mejor evaluado entre los representantes de los principales partidos, a gran distancia del resto. Ahora pasa a compartir esta posición de primacía con Pedro Sánchez, al ser aprobados ambos por el 43% de la población española, según el sondeo Pulso político y social, elaborado por Metroscopia.
La reactivación del electorado del Partido Popular a raíz de la elección de Pablo Casado como su presidente no ha impedido que Albert Rivera siga detentando claramente el liderazgo dentro del espectro electoral del centro-derecha. El 86% de los votantes del partido naranja aprueba la labor de su líder, pero éste también recibe la valoración positiva del 76% de los electores del PP. Entre estos últimos, Albert Rivera supera incluso al propio Pablo Casado, que es aprobado por el 69% de los suyos. Este aprecio no es recíproco. Sólo el 31% de los electores de Ciudadanos aprueba a Casado, un porcentaje 38 puntos inferior al de votantes del PP que ven positiva la labor de Albert Rivera.
Pedro Sánchez también logra capitalizar un amplio respaldo en el ámbito de la izquierda. El presidente del Gobierno es aprobado por el 76% de su electorado, y dos de cada tres votantes de Unidos Podemos. A su vez, Pablo Iglesias, que mantiene el apoyo del 75% de sus votantes en 2016, no suscita el mismo aprecio entre los socialistas. Sólo el 32% de los electores del PSOE aprueba al líder de Unidos Podemos.
Estos datos apuntan que tanto Albert Rivera como Pedro Sánchez tienen un potencial de atracción de apoyos a sus partidos desde las formaciones contiguas con el que no cuentan ni Pablo Casado ni Pablo Iglesias. PSOE y Ciudadanos también comparten parte de un campo electoral, pues existe una apreciable franja de votantes que se ubican en torno a la frontera ideológica que separa a ambas formaciones.
La activación de esta capacidad de atracción dependerá en buena medida de la coyuntura política, y sobre todo, del acierto o desacierto de los líderes para lograr captar votantes sin perder su base electoral. No hay que olvidar que el 46% de los españoles aprueba la labor del Gobierno, frente a un 48% que la desaprueba. Dado el escenario de debilidad parlamentaria en el que se encuentra Sánchez, es imposible vaticinar si finalmente logrará elevar su valoración y ampliar su base electoral en los próximos meses.
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