Manuel Campo Vidal
La política española da el espectáculo
La resistencia es numantina. El proceso que vive el PP en estos momentos se parece mucho al sufrido por el PSOE el 1 de octubre de 2016, cuando Pedro Sánchez fue defenestrado en un comité federal. Pero es más largo, y con una acusación de corrupción de por medio. Más grave. El siguiente episodio será cuando se reúna la Junta Directiva Nacional, el órgano que puede convocar un congreso extraordinario para elegir un nuevo líder. Pablo Casado ha aceptado convocar a esta junta el Día de Andalucía, pero finalmente lo retrasará por el malestar del presidente andaluz, Juanma Moreno, por la coincidencia con el día de la región.
El líder nacional se ha resistido a convocar un congreso, a pesar de que es lo que solicitan varios barones territoriales. Entre ellos, y el más importante, por su fortaleza electoral, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. El actual líder ha mantenido reunida a su cúpula durante ocho horas, ha medido sus fuerzas pero no hay nada concluyente. Mientras tanto, se suceden los posicionamientos para que zanje esta crisis que comenzó con las acusaciones del líder nacional a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, por un supuesto caso de corrupción.
Los presidentes del partido en Galicia, Asturias, Cataluña, Castilla-La Mancha y Extremadura están a favor de que se convoque el congreso de modo urgente. Esto supondría el relevo de Casado. Por su autoridad en la formación, la aseveración de mayor peso ha sido la de Núñez Feijóo. "Le toca asumir [a Casado] esa última decisión. Es el presidente del partido y le toca asumir esa última responsabilidad", ha indicado Feijóo en un acto en Orense, donde ha reconocido que ha trasladado su opinión "de forma clara" a Casado en las últimas horas. Ha subrayado que es "imprescindible" adoptar decisiones "inmediatas" dadas las consecuencias del enfrentamiento con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
Casado acusó a la presidenta madrileña de haber permitido que su hermano cobrase una comisión por una venta de mascarillas a la comunidad que ella dirige. Díaz Ayuso había manifestado horas antes que era objeto de una operación de espionaje por parte de la dirección de Génova.
La duración de la reunión del comité ejecutivo del PP, que se prolongó desde primera hora del lunes hasta las ocho de la tarde, ha evidenciado que se han producido las primeras fisuras en la cúpula casadista. Algunos de su núcleo más directo apostaban esta mañana por una reordenación de la dirección, de modo que el secretario general Teodoro García Egea, dejase el cargo y pasase a ocupar otros puestos de responsabilidad.
El presidente andaluz, Juanma Moreno, trata de mantenerse en una neutralidad que cada hora es más complicada, aunque Casado no ha logrado el respaldo explícito del malagueño. Alberto Núñez Feijóo ha transmitido a Casado que la situación en el PP es insostenible, por lo que se debe solucionar de modo urgente. Aunque no lo ha explicitado el público, el presidente gallego le ha pedido al dirigente nacional que debe convocar el congreso y que una salida de su número dos, Teodoro García Egea, no solventará esta situación.
Isabel Díaz Ayuso ha querido dejar claro que ella no está pensando en competir por el liderazgo, por lo que buena parte del PP ya piensa en Núñez Feijóo. La presidenta madrileña ha realizado unas declaraciones en Boadilla del Monte, donde se ha mantenido en sus críticas a Casado, ha solicitado una solución urgente, pero se ha descartado como posible contrincante por la dirección nacional. Aunque esta guerra dentro del PP se ha originado por la disputa personal entre Ayuso y Casado, quienes están pensando en su relevo no se posicionan en torno a la madrileña. Quien surge como alternativa es Núñez Feijóo.
Como Casado no ha convocado el congreso, sólo se podrá hacer mediante la petición de dos terceras partes de la Junta Directiva Nacional, que está formada por más de 400 personas. Esto es lo que le está permitiendo resistir al líder nacional, que fue elegido para ello en un congreso, antecedido de unas primarias parciales. Aunque las baronías regionales son importante por su valor, no tienen el suficiente peso orgánico para provocar un congreso extraordinario por una vía estatutaria.
En la cultura del PP no ha estado la renovación democrática de sus líderes. José María Aznar fue nombrado sucesor por Manuel Fraga, después de la corta presidencia de Antonio Hernández Mancha, y el mismo Aznar eligió después a Mariano Rajoy. El último presidente del Gobierno del PP sí dejó que la formación eligiese a un nuevo líder mediante una combinación de primarias y congreso. Los militantes debían escoger a dos candidatos para que la pugna fuera resuelta en un congreso de compromisarios. Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado quedaron en primera y segunda posición, y los compromisarios terminaron por desplazar la balanza hacia el último.
Esta elección por primarias no está recogida en los estatutos del PP, sino en un reglamento. Ello añade compeljidad a una salida mediante una vía reglamentaria.
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