El PP sufre las primeras disensiones internas contra la reforma del aborto

La opinión en el seno del PP sobre el aborto no es unánime. La sensibilidad en el partido de Rajoy hacia este asunto no es uniforme. Y ya han brotado las primeras disensiones internas que han alzado la voz contra el anteproyecto de reforma de la ley del aborto, aprobado el pasado viernes. Entre ellas, una muy notable ha sido la de la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, quien se muestra más partidaria de una regulación de plazos en lugar de la de supuestos. Personalmente, Cifuentes está más favor de una regulación de plazos, aspecto en el que no comparte la opinión mayoritaria de su partido. No obstante, la dirigente popular considera que "aunque es un tema muy complicado" debe aceptar la medida que se ha adoptado.

La delegada gubernamental recordó, en una entrevista en RNE, que el texto está en fase inicial y que falta una tramitación parlamentaria en la que puede haber modificaciones. Cifuentes insistió en que la reforma responde al cumplimiento de un compromiso del PP en su programa electoral. La dirigente popular sí se mostró partidaria de modificar la "ley socialista" porque no comparte aspectos de la misma como que las menores de 16 años puedan abortar sin conocimiento paterno.

La de Cifuentes no es la única opinión crítica dentro del partido, ya que la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, elevará al Ministerio de Justicia su disconformidad con la reforma auspiciada por el titular de ese departamento, Alberto Ruiz-Gallardón. "Es verdad que la ley anterior puede necesitar una actualización, pero lo que no es razonable es que se elimine el aborto cuando haya riesgo de malformación del feto", señaló Valdeón, miembro de la directiva del PP.

A su juicio, supone "una incongruencia" que en el sistema sanitario público español, "que es de lo mejor que existe en el mundo", se hagan pruebas para ver el estado del feto y, en el caso de detectar algo, no se ofrezca la posibilidad de decidir libremente si se quiere interrumpir el embarazo.

El presidente del PP de Guipúzcoa, Borja Sémper, admitió, por su parte, que hay aspectos de la reforma de la ley que "no le gustan" y ha defendido que el proyecto se vote "en conciencia" porque "los partidos políticos no deben ser sectas". Sémper explicó que no cree "en un Estado que se meta en la vida de las personas hasta el punto de imposibilitar tomar decisiones sobre su propia vida".

"La clave está en el equilibrio, en respetar el derecho de una mujer a decidir sobre su propio cuerpo y su propia vida y hacerlo compatible con proteger a quien no puede hacerlo".

En su opinión, el anteproyecto de ley debe "afinar un poco más" en lo relativo al supuesto de malformaciones en el feto, porque "hay situaciones muy dramáticas para muchas parejas que tienen que afrontar una situación extrema cuando un médico les dice que el feto tiene una malformación", resaltó Sémper.

En Andalucía, el Parlamento instará al Gobierno central, en el primer pleno ordinario del próximo periodo de sesiones, a que retire el anteproyecto de ley del aborto, una iniciativa que contará al menos con los votos del PSOE e IU. El portavoz parlamentario del grupo socialista, Mario Jiménez, anunció ayer la presentación de una proposición no de ley para que dicho anteproyecto "no salga a la luz bajo los actuales principios", y subrayó que la intención del PSOE es que la iniciativa sea consensuada por los tres grupos políticos de la Cámara andaluza (PP, PSOE e IU). Es obvio que los populares no la apoyarán.

El anuncio de la presentación de esta proposición no de ley, con la que el PSOE pretende que los ciudadanos conozcan la posición de cada grupo, se produce unos días después de que el Gobierno andaluz remitiera un escrito al ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, exigiendo la retirada del anteproyecto, a instancias del Consejo Andaluz de Participación de las Mujeres.

"Han hecho una ley bananera, al dictado de la Conferencia Episcopal y de los grupos más radicales de la derecha", denunció Jiménez.

En el otro extremo de la polémica, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, sentenció en su carta semanal que "el aborto es siempre un fracaso de la humanidad", además de "un crimen".