Carlos Navarro Antolín
La pascua de los idiotas
El cese general de la actividad económica decretado este domingo por el Gobierno es más un enunciado que una realidad. Por dos motivos: buena parte de los sectores han parado durante estas dos semanas de confinamiento, caso de toda la hostelería y el comercio minorista, por lo que el margen ya era estrecho. España ya estaba casi hibernada. Y, segundo, el anexo del decreto con las excepciones es muy abultado, seguirá funcionando todo lo relacionado con la alimentación, incluida la comida a domicilio; el transporte; los asesoramientos a empresas y trabajadores; los quioscos de prensa y hasta aquellas fábricas, como las de Airbus, dedicadas a la industria espacial, aeronáutica y de defensa.
Es como si el decreto se hubiese elaborado para dormir a un sector en concreto: el de la construcción. Las obras, tanto públicas como privadas, sí tendrán que echar el cierre. El Gobierno ha cedido a las presiones que, tanto desde dentro, en especial de Unidas Podemos, como desde fuera, por parte de algunos presidentes autonómicos y sindicatos, buscaban un agravamiento del confinamiento. El presidente Pedro Sánchez se resistió hasta este sábado, cuando los datos de nuevos infectados le llevaron a decretar este permiso forzoso para muchas empresas.
El Consejo de Ministros ha aprobado este domingo el decreto que regula el permiso retribuido recuperable desde mañana lunes hasta el próximo 9 de abril. El pago de este permiso, cuyo objetivo es reducir la actividad social en España a los niveles de los fines de semana, corresponde a las empresas, que deberán llegar a acuerdos con los trabajadores para la recuperación de estos días de vacaciones forzadas. Las dos ministras que han explicado el desarrollo de las medidas han evidenciado diferentes valoraciones. Mientras la portavoz y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha subrayado que este cierre parcial es una medida "creativa e inteligente", la de Trabajo, Yolanda Díaz, ha reñido a quienes intenten presionar en sentido contrario.
Las horas deben recuperarse antes de la finalización de 2020. La ministra portavoz ha explicado que hay que mantener la esperanza ante la pandemia de coronavirus, aunque el pico más importante de personas hospitalizadas se producirá en un plazo de dos semanas. Las empresas podrán seguir presentando ERTE durante este período especial. En palabras de María Jesús Montero, se trata de "hibernar" a la economía española, para tratar de "resucitarla" a lo largo de los meses venideros con
"Este paso adicional que damos hoy sirve para salvar vidas", ha indicado Montero, en una intervención en la que ha estado acompañada por Yolanda Díaz. La titular, de Unidas Podemos, ha advertido que "no aceptaremos presiones" de algunos sectores para modificar el endurecimiento de estas medidas y que prima "el interés general sobre el particular". Mucho más dura que Montero, Díaz ha demostrado que su postura estaba más cercana de los sindicatos que venían pidiendo el cierre de fábricas y del sector de la construcción. En determinados momentos, el tono que ha empleado la ministra de Trabajo ha sido de reprimenda a quienes temen que el cese de la actividad económica provoque daños irreparables en el sector productivo del país.
La titular de Trabajo ha declarado, no obstante, que "hay empresas que están siendo ejemplares, no imponemos medidas, hablamos de tan sólo ocho días laborables y que sean éstas quienes lleguen a acuerdos, dejamos por eso de límite para el acuerdo hasta diciembre de 2020".
En términos generales, el decreto no afecta a quienes ya trabajan de modo presencial, a quienes estén afectados por Expedientes de Regulación de Empleos Temporales (ERTE) y los que se encuentran de baja médica o por maternidad. El texto aprobado en el Consejo de Ministros extraordinario de este domingo desarrolla un amplio anexo con aquellas actividades económicas que se consideran esenciales. Son todas las relacionadas con la producción y comercialización de alimentos, los servicios públicos activos contra la pandemia, la producción de medicamentos y textiles de seguridad, así como los medios de comunicación.
El anexo es tan amplio que parece destinado a cerrar algunos sectores muy concretos, como el de la construcción y el de algunas fábricas de manufacturas no esenciales. Montero ha llegado a decir que esto "no es un cese de actividad". Montero y Díaz han hecho valoraciones diferentes sobre la radicalidad de las medidas. Mientras la portavoz las ha definido de "creativas", Díaz ha apelado varias veces al "interés general" frente a unos "particulares", que tampoco ha acabado de explicar.
El Gobierno decreto hace dos semanas el confinamiento general de la población y no quiso adoptar medidas restrictivas sobre la actividad económica. 15 días después lo ha hecho. ¿Por qué? Esta ha sido la pregunta general que los medios de comunicación han enviado a la ministra Montero. Su respuesta ha sido que el comité científico que ha creado el Gobierno les indicó que había una diferencia grande entre la movilidad de los días laborables y la de los fines de semana. Esto es algo que ya habían señalado algunos presidentes autonómicos, como el andaluz Juanma Moreno, el catalán Quim Torra, además del murciano, Fernando López Miras, que por su cuenta decretó un cierre total, aunque no pudo llevarlo a cabo por falta de competencias.
Las explicaciones de Montero, como las del día anterior de Pedro Sánchez, han intentado elducorar este cese general. Es como si, básicamente, se ampliasen las vacaciones de Semana Santa, aunque España y Andalucía, en particular, cuentan con sectores económicos muy potentes que cuando más trabajan y facturan es precisamente en estos días de fiesta. María Jesús Montero ha subrayado, por eso, que sólo son ocho días laborables.
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