María Gámez dimite como directora general de la Guardia Civil
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Gámez renuncia por las investigaciones que afectan a su marido por adjudicaciones de la Junta de Andalucía
La directora general de la Guardia Civil, María Gámez, ha presentado su dimisión al frente del Instituto Armado, un cargo que asumió en enero de 2020, en la segunda legislatura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.
María Gámez, la primera mujer que ha dirigido la Guardia Civil, ha dimitido después de tres años en los que la imagen de la Guardia civil se ha visto enturbiada por los casos Mediador y Cuarteles, aunque han sido los negocios de su marido los que han motivado su adiós.
Las palabras de Gámez para poner punto y final a su etapa al frente del Instituto armado han sido que toma esta decisión por "principios, por honestidad y por responsabilidad", "una decisión difícil, pero la única posible para alcanzar dos objetivos que para mí son irrenunciables: proteger a mi familia y proteger a la Guardia Civil".
Ella misma ha comunicado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que su marido ha sido citado en un procedimiento judicial. Se trata del caso Santana, que investiga desde hace años el juez de refuerzo del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, José Ignacio Vilaplana, en relación con las ayudas millonarias de la Junta de Andalucía recibidas por Santana Motor.
Ese juez decidió en julio del año pasado sobreseer la causa para la pareja de Gámez al entender que no había "indicios racionales de criminalidad que supongan una probabilidad" de su participación "relevante, finalista y deliberada" en la perpetración de los delitos investigados como responsable de la Agencia Idea (perteneciente al sector público de la Junta de Andalucía).
Pero las pesquisas han continuado y, como ha desvelado la propia Gámez, el juez ha decidido investigar a su marido, razón por la que este miércoles ha presentado su dimisión.
Gámez se convirtió en 2020 en la primera directora general de la Guardia Civil en su 179 años de historia, un cuerpo con 78.450 efectivos y que conocía de cerca pues era la subdelegada del Gobierno en Málaga.
Allí precisamente conoció a Marlaska y el trabajo de los agentes con quienes estuvo al pie del terreno durante los trece días que duraron las difíciles tareas de rescate de Julen, el pequeño de dos años que cayó por un pozo en Totalán (Málaga) en enero de 2019.
Ocupó durante doce años diversos cargos con el PSOE; es licenciada en Derecho por la Universidad malagueña y funcionaria del cuerpo superior de administradores generales de la Junta de Andalucía.
De 53 años, casada y con tres hijos, es hija de un farero, tiene 11 hermanos y pudo completar sus estudios gracias a un benefactor anónimo.
Sus tres años al frente de la Guardia Civil han tenido más de un "sinsabor". El primero tuvo que tragárselo al poco tiempo de ocupar su despacho en la calle de Guzmán el Bueno en Madrid cuando el ministro cesó al entonces coronel jefe de la Comandancia de Madrid Diego Pérez de los Cobos, el mando que con el anterior Gobierno del PP dirigió desde Interior la operación policial contra el referéndum ilegal de Cataluña del 1 de octubre de 2017.
De los Cobos fue cesado después de que miembros de la policía judicial de la Comandancia de Madrid entregaran un informe suyo a la jueza que llevaba el caso en relación con la manifestación del Día de la Mujer en 2020 y su posible influencia en la expansión del coronavirus.
Sin embargo, ha sido en las últimas semanas cuando la imagen de la Guardia Civil ha sido más zarandeada por los casos Mediador y Cuarteles, con la implicación de varios generales retirados; uno de ellos, Francisco Espinosa Navas, incluso en prisión provisional desde hace un mes por su presunta implicación en delitos de cohecho, tráfico de influencias y participación en grupo criminal organizado.
Mientras, María Gámez se ha afanado en seguir con su agenda, visitando las instalaciones del instituto armado y presentando obras de mejora en los cuarteles, el último el pasado jueves en la localidad malagueña de Benaoján, donde aseguró que no quería que "algunos garbanzos negros enturbien el nombre de la Guardia Civil".
Al mando de más de 78.400 guardias civiles, Gámez también ha tenido un empeño especial durante estos tres años por aumentar la presencia de mujeres en el instituto armado, que supone ya el 9,01 por ciento de la plantilla - 6.605 agentes- y que en las últimas promociones supera el 20 por ciento.
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