Julio Anguita considera la crisis actual superior ya a la de 1929
La conferencia organizada por el IES Torre Almirante es un éxito de público en el Millán Picazo
Y, pese a todo, es optimista. Julio Anguita dio toda una lección ayer de crisis, debacle y grandes verdades. A veces es necesario que se hable claro y más si los receptores son mentes blancas, ávidas de conocimiento y realidad. El auditorio Millán Picazo se quedó muy pequeño ayer ante la gran acogida que tuvo la conferencia de quien fuera coordinador general de Izquierda Unida entre 1989 y 2000; y elegido secretario general del Partido Comunista en 1979 hasta 1988.
El patio de butacas estaba lleno de jóvenes estudiantes que respondieron a la llamada de las VI Jornadas sobre Historia Reciente de España organizadas por el IES Torre Almirante de Algeciras, que inauguró Anguita y en la que también fueron entrando sin cesar, como un goteo constante, numerosos ciudadanos interesados por saber qué vendría el líder político a contar, a desentrañar.
"La palabra crisis está en boca de todos, ¿quién no la dice?", explicaba, y en los periódicos mientras se lee aquello de crisis sistemática. Los primeros que la nombraron fueron "unos señores muy mal vistos", Karl Marx y Friedrich Engels, impulsores del manifiesto comunista, libro que agarró en varias ocasiones el ponente. A finales del siglo XVIII apareció el vapor y la democracia representativa, un paso para el capitalismo que aguardaba en su interior una enfermedad, la llamada sobreproducción.
En ese encaminado a la introducción de la historia de la crisis en un mundo en el que se crea mucho y se tira más ofreció datos como que las fábricas de automóviles actuales, que tienen un 30% de capacidad que no usan; o que se produce como para 12.000 millones de personas, cuando en el mundo existen 6.800 millones, "fijaros lo que se tira".
Además recordó la famosa crisis de 1929, la que calificó "de menos calado que esta que tenemos, me atrevo a decir que ésta es superior". Esta gran depresión llevó a necesitar una salida, apareció Roosevelt en la presidencia de EEUU y se inició la estimulación al consumo, los trabajadores no sólo trabajan. Entre los años 45 y 75 fueron los mejores el sistema de bienestar. Anguita destacó que EEUU puso sus fábricas de automóviles a crear armamento, "por eso no es raro escuchar a una persona mayor decir que esto no lo arregla nada más que una guerra". Ya en la década de los 70 aparece la llamada crisis del petróleo y se unen dos conceptos: el desempleo y la inflación, una situación que se mantiene hasta hoy, pero a veces más disimulada.
Anguita introdujo un concepto personal: la "financialización", que parte de entender que el dinero se hace independiente de la economía. Puso como ejemplo el poder salir a la calle sin 1 euro, sólo con una tarjeta.
Destacó los países emergentes que están saliendo del subdesarrollo y que querrán consumir como la clase media europea de antes, " ¿todos podremos vivir con la civilización del derroche?". Afirmó que las fuerzas políticas "obedecen" las órdenes del mercado, a su vez subrayó que "la capacidad de creación y de saber se ha disparado mientras el avance ético apenas se la levantado". Aunque el "hundimiento" no es inminente, Anguita reconoció que "caminamos hacia una catástrofe si no paramos esto". Antes todo se resolvía con guerras, hoy se acabaría con la humanidad. "Salir de esto será muy duro", pese a todo no dudó en matizar aquello de "soy optimista".
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