Interior acerca al ex jefe de ETA Kantauri desde Sevilla a una cárcel gallega
Prisiones también traslada al etarra que se mofó del asesinato del agente Puelles
El Ministerio del Interior acercó ayer a la cárcel pontevedresa de A Lama al histórico etarra y ex jefe del aparato militar de la banda Javier Arizcuren Ruiz, alias Kantauri, procedente de Sevilla y a Gorka Martínez Ahedo, el terrorista que fue sorprendido celebrando el asesinato del Inspector de Policía Antonio Eduardo Puelles, lo que le costó ser alejado también a la capital andaluza, informaron fuentes penitenciarias.
Las cárceles gallegas como A Lama o Teixeiro (A Coruña) son un elemento clave en el marco de la política de premios y castigos que puso en marcha el Gobierno socialista para fraccionar el colectivo de presos tras la ruptura de la tregua de 2006. En los últimos años, son muchos los internos de la banda en vías de arrepentimiento que han pasado por Galicia procedentes del sur de España antes de dar el salto al País Vasco o a las cárceles laboratorio de Zuera (Zaragoza) o Villabona (Asturias).
En concreto, Arizcuren Ruiz fue trasladado a A Lama procedente del Centro Penitenciario Sevilla II donde ha permanecido los últimos años. Estaba considerado como uno de los duros de la banda terrorista. Antes de llegar a Sevilla cumplió condena en El Puerto de Santa María, donde se agrupa a los presos más irredentos del colectivo etarra.
Fue el jefe de los comandos de ETA durante buena parte de la década de las 90 hasta su arresto en Francia en 1999. La Policía sostiene que dio órdenes directas de matar al Rey en Palma de Mallorca en 1995. Está condenado por su participación en multitud de asesinatos cometidos por la banda, incluido el atentado contra Fernando Múgica Herzog por el que se le impuso una pena de 30 años de cárcel.
La política penitenciaria de Interior para con los presos de ETA no es irreversible a excepción de los que llegan a la cárcel de Nanclares de la Oca (Álava) tras firmar un documento en el que manifiestan su rechazo a ETA. El resto pueden ser alejados de nuevo en caso de que no avancen en su desvinculación de la banda como le ha sucedido las últimas semanas a hasta cuatro presos de la cárcel de Villabona.
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