Antonio Hernández Rodicio
'Borraxeira' política
El vicepresidente primero del gobierno español, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtió a los indignados de que no podrán seguir con sus acampadas en las plazas de España por mucho más tiempo.
"No puede ser que unos ciudadanos acaben con los derechos de otros ejerciendo los suyos", dijo Rubalcaba en declaraciones a la Cadena Ser.
El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se ha mostrado hasta el momento tolerante con los campamentos de los indignados. No ordenó intervenir a las fuerzas de seguridad ni cuando las concentraciones fueron prohibidas por la Junta Electoral Central (JEC) en la jornada de reflexión y en la de las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo.
Pero Rubalcaba se ha referido a las quejas de los comerciantes de la zona de la Puerta del Sol, en Madrid, convertida en epicentro y símbolo de las protestas que comenzaron el 15 de mayo. Los comerciantes alegan que sus ventas están disminuyendo por la acampada que hay allí.
"Cuando hay unos derechos que interfieren en otros, hay un problema y habrá que buscar un entendimiento", dijo.
Tanto el ayuntamiento de Madrid como el gobierno regional madrileño han instado al ministerio del Interior a actuar para acabar con la acampada en la Puerta del Sol.
El vicepresidente primero y ministro del Interior, sin embargo, no apuntó un desalojo inminente de los allí acampados.
"La Policía tiene que actuar con proporcionalidad. Hay que hacer las cosas bien, no vaya a ser que las hagas y el resultado sea mucho peor", dijo, en una crítica velada al violento desalojo, la semana pasada, de la Plaza de Catalunya, en Barcelona, por parte de las fuerzas de seguridad dependientes del gobierno regional catalán.
Los indignados volvieron a levantar un campamento una vez se fueron los agentes y en la noche del domingo, tanto los de la Plaza de Catalunya como los de la Puerta del Sol de Madrid decidieron continuar con sus acampadas. En ésta última están debatiendo su posible "reestructuración".
El movimiento de los indignados irrumpió el 15 de mayo, en medio de la campaña electoral española, exigiendo un cambio del modelo político y social del país y descolocando a los partidos.
Decenas de miles de personas se concentraron a diario en plazas emblemáticas de unas 150 ciudades españolas. Las concentraciones de la Puerta del Sol de Madrid han sido las más multitudinarias.
Tras los comicios del domingo 22 de mayo, el número de personas fue no obstante reduciéndose en las concentraciones, si bien las cargas policiales del viernes en Barcelona reavivaron las protestas durante el pasado fin de semana.
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