García Albiol se estrella con un soberano batacazo

Los populares pierden nada menos que 130.000 votos y protagonizan una de las grandes derrotas de la jornada electoral

Juan De La Huerga

27 de septiembre 2015 - 23:20

Barcelona/La estrategia del Partido Popular para este crucial 27 de septiembre no dio el resultado previsto por la formación que lidera Xavier García Albiol. El ex alcalde de Badalona se llevó un soberano sopapo en unas elecciones con muchísima relevancia, ya que desde Madrid, con Rajoy al frente, impulsaron también la confrontación para seguirle el juego a Artur Mas y su coalición independentista para propiciar un pulso en las urnas con tintes maniqueos (España sí, España no), beneficiando el discurso que le venía bien precisamente a los catalanistas. El resumen de la cita para los populares fue bastante desalentador, teniendo en cuenta que en 2012 había logrado su más rico botín en estas autonómicas, alcanzando su tope de 19 escaños en el Parlament.

Gobernaba entonces el barco pepero en Cataluña Alicia Sánchez-Camacho, exultante cuando logró incrementar un diputado el resultado de los anteriores comicios. El cambio de guardia al elegir para este 27S a otro candidato, García Albiol, un político que había protagonizado episodios controvertidos con inmigrantes durante su etapa como regidor badalonés -aunque intentó por activa y por pasiva negarlos durante esta campaña electoral-, ha supuesto un tiro en el pie, un desplome importante, en las huestes del PP.

De aquellos 19 escaños festejados con cava hace tres años a estos 11 diputados que saben a muy poco, a dura derrota, después de movilizar durante las últimas semanas a todas sus fuerzas nacionales para truncar las encuestas que barruntaban un resbalón de tomo y lomo para el partido que gobierna España. No pudo ser.

El frío y analítico dato es incontestable. El PP convenció a cerca de medio millón de ciudadanos (471.681) para que depositaran la papeleta con el símbolo de la gaviota en los comicios autonómicos anteriores y en esta ocasión sólo agarró cerca de 340.000, alrededor de 130.000 votos menos. Obviamente, esta gran bolsa de sufragios se trasladó de la candidatura popular a la de Ciudadanos, que estuvo al borde de triplicar sus cifras de 2012.

Cierto es que la tendencia indicaba que los populares catalanes se resentirían mucho de las políticas y los mensajes de Rajoy, más aún cuando estas elecciones tenían un carácter especial al ser tratadas por todos como un frente a frente entre constitucionalistas y secesionistas, pero no por eso deben cuestionarse en el PP que hay algo que deben variar por completo en su forma de vender su producto, puesto que Albert Rivera e Inés Arrimadas sí han sabido conectar con el electorado cuando también rehúyen de todo lo que huela a independencia. Tendrán que plantearse muchas cuestiones en el Gobierno central a partir de ahora para tratar de reconducir la situación en Cataluña. Al menos, les quedará el pobre consuelo de que los partidos secesionistas lograron menos votos que quienes no quieren la independencia de forma unilateral.

A García Albiol no le quedó otra que reconocer lo evidente, que había fracasado en la cita electoral. El candidato popular admitió sin medias tintas la cuesta abajo de su partido desde haber obtenido 19 escaños en 2012, aunque los pronósticos eran ciertamente oscuros para su formación: "Los resultados que hemos obtenido no son los que esperábamos y los que queríamos. No podemos estar satisfechos", zanjó el ex alcalde badalonés.

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