Gabilondo es arrollado por Ayuso y pierde el liderazgo de la izquierda
Elecciones en Madrid
El candidato socialista pierde 13 escaños respecto a los comicios de 2019 y Más Madrid lo iguala en escaños y lo supera en votos
Era la segunda vez que Ángel Gabilondo se veía las caras en las urnas con Isabel Díaz Ayuso, pero una historia y otra no tienen nada que ver. Hace dos años, el candidato socialista salía victorioso con 37 escaños, siete más que esa joven desconocida por la que apostó Pablo Casado y que apenas tenía curriculum más allá de haber trabajado para Esperanza Aguirre.
Gabilondo derrotó a la entonces bisoña Ayuso pero no consiguió llegar a la Puerta del Sol. Dos años más tarde ha vuelto a presentarse tras haber sido designado por el partido (sonaba para Defensor del Pueblo) sin pasar por primarias “por la emergencia” de las elecciones anticipada que convocó a toda pastilla la presidenta regional temerosa –arguye– de que la moción de censura que presentaron PSOE y Ciudadanos en Murcia se reeditara delante de sus narices.
Se presentó a estos comicios como un candidato “soso, serio y formal”, al que le sobró “espectáculo” y “ruido”. Además, reconoce que no es un “político de marketing”, que “el descaro, el insulto, el odio y la tensión” no le representan y que quería ser el presidente de la Comunidad de Madrid para “gobernar en serio”. Ni en broma tras el resultado del 4-M: ha perdido 13 de sus 37 escaños... es que el PP hasta ha superado a la izquierda (a toda) en el conjunto de la Comunidad de Madrid y hasta en barrios tan emblemáticos como Vallecas...
'Lo bueno por conocer'
Los socialistas gobiernan en todas las ciudades madrileñas de más de 100.000 habitantes, salvo la capital y Torrejón de Ardoz. “Somos lo bueno por conocer, aquí estamos!”, se reivindicó el vencedor de las elecciones de 2019 en el cierre de campaña en Entrevías, uno de los barrios más humildes de la capital. La izquierda confiaba en que una gran movilización se tradujera en una remontada y en acabar con la inveterada hegemonía del PP en Madrid desde que hace 26 años Alberto Ruiz-Gallardón se hiciera en las autonómicas con la mayoría absoluta con un 50,98% de los votos de los ciudadanos. En las elecciones de 1999 revalidó el cargo, nuevamente con mayoría absoluta, que luego coroló Esperanza Aguirre, uno de los grandes mentores de Ayuso.
Anoche empezaron a aflorar en Ferraz las críticas a su estrategia en campaña. que ha sido teledirigida desde Moncloa, que apeló primero al centro y a los votantes de Ciudadanos, y luego fió todo a la suma de las izquierdas. Sonado al respecto fue el volantazo de Gabilondo en su disposición inicial a pactar con Pablo Iglesias. “Con este Pablo no”, afirmaba antes de recular en vivo y en directo ante millones de televidentes: “Tenemos doce días para ganar las elecciones Pablo”, le dijo ante la indisimulada mirada incrédula del candidato de Unidas Podemos.
Tampoco parece una buena idea que se sumara con poco (o ningún entusiasmo) al dilema entre fascismo o democracia... Tan soso no le pega eso de las barricadas.
Las interferencias entre el candidato y Moncloa y Ferraz han sido otra de las piedras que Gabilondo cargó en su mochila. Así, mientras prometía no tocar la fiscalidad en la Comunidad, el presiente del Gobierno y la ministra de Hacienda ratificaban a su vez la necesidad de aumentar impuestos escudándose en los imperativos de Bruselas.
No son pocos los dirigentes socialistas que se preguntan cómo es posible que Ayuso haya salido prácticamente de rositas con sus catastróficas cifras del balance de la lucha con el coronavirus en Madrid, con un Gobierno regional más preocupado de la confrontación con Moncloa que de la lucha contra la pandemia.
Otro motivo de preocupación entre los socialistas es que la suma de escaños de la otra izquierda, la de Unidas Podemos y Más Madrid, con la que los críticos con la campaña de Gabilondo critican su mimetismo, supera (en votos, empata en escaños) al PSOE con una de sus dos marcas, la de Íñigo Errejón, que disputa al PSOE la hegemonía de la izquierda en Madrid.
Nació en San Sebastián hace 72 años, pero se siente madrileño por haber formado su familia en la capital de España. Se licenció en Filosofía y Letras en la Autónoma, donde ha sido catedrático de Metafísica. En 1979 colgó los hábitos de fraile, tras años dedicado a la enseñanza en el colegio de los Corazonistas de Madrid. Fue nombrado ministro de Educación por José Luis Rodríguez Zapatero en 2009.
Se define como “sosegado” con un sentido del humor que le permite reírse de sí mismo. “Sé que aplaudís para que termine” ha dicho jocoso en campaña... Pero anoche no estaba para filosofar con el fiasco humeando: “No he logrado abrir los espacios para un debate sosegado”, lamentó. Se pasó (le pasaron) de revoluciones.
También te puede interesar