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Cinco planes que no te puedes perder este fin de semana en Sevilla

Felipe y Guerra cargan juntos contra el sanchismo

Política

Abren una causa general contra un estilo de gobierno, reivindican que son defensores del PSOE y exigen que no haya amnistía para "no humillar" a la generación de la Transición

La influencia del pos-poder: otra visión del acto del Ateneo de Madrid

Felipe González y Alfonso Guerra. / Jesús Hellín

Madrid/Felipe y Guerra cargan juntos contra el sanchismo en el Ateneo de Madrid, como si hubiesen firmado una suerte de manifiesto (algo propio de estas históricas entidades culturales) contra un estilo de gobierno que anoche pusieron en jaque al denunciar sus principales aristas. No dejaron de censurar ningunos de los asuntos de máxima actualidad con motivo de la presentación del libro del ex vicepresidente, titulado ‘La rosa y las espinas’ (La Esfera de los Libros), obra del cordobés Manuel Lamarca.

Los dos coincidieron en su defensa del PSOE de acuerdo con los acuerdos del último congreso. Guerra se refirió al "secretario general" (sin nombrar a Pedro Sánchez) como un “disidente”. Exigió “como socialista” que no haya amnistía porque supondría la “humillación de la generación de la Transición”. Felipe denunció una situación incómoda dirigiéndose a Guerra: “Vivimos la paradoja de defender las posiciones del partido, pero sólo se oye el ruido". Reveló que Santiago Carrillo, secretario general del PCE quiso integrar a su formación en el PSOE en los primeros años de la democracia. "Menos tú todos pueden entrar. Le extrañó y le dolió". Contó ese hecho en particular para defender la necesidad de acuerdos entre los grandes partidos, una reivindicación que plantearon toda la noche.

El chantaje de Puigdemont

“No es digno trasladarse a Waterloo”, afirmó Felipe sobre la visita de la actual vicepresidenta Yolanda Díaz a Puigdemont. A Díaz aludió varias veces como "perdedora de elecciones", pero siempre sin nombrarla. “¡No podemos dejarnos chantajear por nadie! ¡Mucho menos por minorías en extinción!”. exclamó el ex presidente del Gobierno. “No podemos saltarnos la legalidad. Que pidan la autodeterminación y la amnistía, que la pidan, pero no son constitucionales”.

"No sé si arrepentirme de haber hecho la última campaña", le dijo Felipe a Guerra, provocando las risas. "Amigos del alma me han criticado que vaya a actos presididos por la derecha. Me dieron un premio en Sevilla la pasada semana y al acto fueron el presidente de la Junta y el alcalde de Sevilla. Yo no los he puesto en los cargos. Preguntaos quiénes los han puesto", le dijo a sus críticos en referencia a que fueron los ciudadanos en las elecciones. Sí dijo tener un reproche para Feijóo, al que reconoce sus victorias: "Es un error de envergadura no renovar el Poder Judicial". Acto seguido defendió la gestión de Rajoy ante el desafío catalán: “Si nos tomáramos en serio la amnistía... Es que me preocupa que la amnistía hace desaparecer el delito, lo borra. Quienes trataron de corregir por el 155 y por los tribunales la situación que se provocó y que lo hicieron con las mayores garantías que nunca se han visto, resulta que son los represores. El juicio [del procés] fue un espectáculo de garantías y de publicidad. Se habían en dos días la Constitución y el Estatuto, y eso ahora lo quieren borrar".

"Pedirán el referéndum, lo perderán si lo consiguen. Y volverán a pedirlo hasta que lo ganen. Cuando lo ganen no lo pedirán más", vaticinó González. Hay que tener claro, según el ex presidente, que existe un riesgo de "destrucción y la desintegración de España".

Los grandes acuerdos pendientes

“Se tienen que enterar los dos grandes partidos. Sin acuerdo de PP y PSOE no hay grandes reformas. Se dice en la resolución del último congreso del PSOE al que asistí. Estoy defendiendo la posición del partido. Por cierto, no guardo ni un rescoldo de rencor por el “váyase señor González" que ahora me recuerdan que me decía la derecha. No me puse a llorar nunca".

Alfonso Guerra anticipó la intensidad que tendría la cita. “Alguna menta lunática ha dicho que este acto es un complot”, comenzó. "¿Queremos o no nuestras siglas? Ahora toca hablar de eso. Me gusta lo de obrero y lo de español. Amo a España y eso lo aprendí de los socialistas. Una persona de izquierdas tiene obligación de no callarse si ve injusticias o errores en una zona conservadora o progresista". Y se llevó un fuerte aplauso. Y siguió a tumba abierta contra Sánchez. “Yo no cambio, es el secretario general. Yo con Podemos no podía dormir, estaba de acuerdo en eso. Pero después me quedé en el aire con la brocha y sin escalera. ¿Indultos? Dije que no. Pero luego se cambió. El disidente ha sido el otro. Yo no he cambiado. Ha sido el otro… Están en las tesis contrarias a las de siempre”.

La "estafa descomunal" de Podemos

Confesó haber sentido un "desgarro" cuando el historiador Juan Pablo Fusi tildó la posible amnistía de una "derrota" de toda una generación. "Ahora se ha habla del derecho autodeterminación y de la amnistía, pese a que fueron claramente rechazados por los constituyentes. Siempre hay gente que dicen que no caben durante una temporada y después lo pasan mal para cambiar de planteamiento...". E hizo honor a aquellos Alfonso, dales caña de los años ochenta: "Los nacionalistas son siempre tramposos. Antes de preguntarnos si la amnistía cabe en la Constitución habría que preguntarse si es justa, si nos conviene y si se la merecen. ¡Es la humillación deliberada de la generación de la Transición! Significa condenar la Transición que es lo que buscan los jóvenes inmaduros de la nueva política, que son una estafa descomunal", en alusión a Podemos.

"El indulto es el perdón, la amnistía es la desaparición de lo que hicieron. Y eso no se hace con medio Parlamento en desacuerdo. Tendría que haber unanimidad. Pido como socialista que no haya amnistía porque se falsificaría la historia. La pregunta no es si cabe en la Constitución sino si se puede extinguir la responsabilidad. La hipoteca sería enorme y lastraría el futuro. Aceptar en silencio la agresión nos convertiría en cómplices", sentenció Guerra.

"Los niños en Cataluña no pueden hablar en español"

La crítica a Sánchez incluyó alusiones directas a sus planes tras el resultado de unas elecciones anticipadas. "Se adelantaron las elecciones. El pueblo habló, que es lo que se dice cuando se adelantan, que el pueblo hable. El 73% es de PSOE y del PP. Pero se depende del 1,6% de Junts. ¿Cómo es posible?", se preguntó Guerra. Criticó el Pacto del Tinell que oriló al PP: "Fue una aberración". "Ahora hay partidos que usan mucho el encalador o el blanqueador" para maquillas a minorías. "Los políticos olvidan a la nación frente a las minorías. Ocurre más en la izquierda. Se olvida la base del socialismo, que es la libertad. Se prefieren cuestiones de identidad. Libertad no hay en Cataluña para el español. Los niños en Cataluña no pueden hablar castellano en el recreo. Pero en el Congreso sí. ¿Para qué hacemos lo del Congreso si hay que traducirlos a todos al español?. Y otro aplauso para Guerra. Se refirió a cuál debe ser la posición de los dos grandes partidos: "La izquierda debe alejarse del nacionalismo, que es regresivo. La derecha tiene que asumir la condena de la dictadura y la izquierda dejar de mirarse en una República que no representa ninguna de las ensoñaciones que creen". Y proclamó sobre la situación actual de un PSOE dispuesto a negociar con Puigdemont: "Esta situación no va a durar. No debe durar. No durará"

Los dos políticos andaluces compartieron mesa con Ymelda Navarro, directora de La Esfera de los Libros, y Manuel Lamarca, escritor cordobés, autor del libro y del documental sobre Guerra.

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