Etarras del comando Madrid y arrepentidos, entre los últimos excarcelados por la Audiencia Nacional

Efe

14 de noviembre 2013 - 18:41

Madrid/Miembros del sangriento comando Madrid como Inmaculada Noble, condenada entre otros por el asesinato de Ricardo Sáenz de Ynestrillas, o arrepentidos como Andoni Alza figuran entre los quince presos que la Audiencia Nacional ha decidido excarcelar. Además de Antxon López Ruiz, Kubati, asesino de la arrepentida María Dolores González, Yoyes, y que acumula condenas de 1.210 años por 13 asesinatos y ocho atentados con muerte, la Audiencia Nacional ha aplicado el fallo de Estrasburgo sobre la doctrina Parot y ha ordenado la salida de prisión de otros doce etarras, una grapo y un español condenado en Bolivia por asesinato.

Uno de los beneficiados ha sido Andoni Alza, que en mayo de 2010 suscribió con otros siete históricos presos etarras una carta en la que planteaban nuevos "pasos" para construir un proceso de paz en Euskadi, entre ellos la necesidad de reponer y reparar el daño causado a las víctimas. Incluido en la vía Nanclares, que cuenta ya con una treintena de reclusos que rompieron con la banda terrorista, Alza, carnicero de profesión, participó en la campaña de verano de ETA, que colocó bombas en instalaciones de Renfe, en el Levante y la Costa del Sol.

Como su compañera de comando de Inés del Río, Inmaculada Noble, de 53 años, saldrá de la cárcel de Algeciras después de haber permanecido en prisión 26 años por asesinar al teniente coronel Ynestrillas y participar en uno de los atentados más sangrientos de la historia de la banda, el que en 1986 segó la vida de doce guardias civiles en la plaza de la República Dominicana en Madrid. Junto con Del Río, la terrorista participó también en un atentado en la calle de Juan Bravo de Madrid en el que murieron cinco personas.

El miembro del comando Vizcaya de ETA José Félix Zabarte también saldrá de la cárcel de Puerto III en Cádiz tras cumplir 23 años de prisión por diversas acciones terroristas, entre ellas la que costó la vida a dos policías de Bilbao en 1983 y a la mujer embarazada de uno de ellos. Dos años más tarde, Zabarte intervino en un atentado en Basauri con coche bomba que provocó la muerte de un policía e hirió a otros diez agentes y a tres civiles.

Tras dos décadas en prisión, el etarra Gonzalo González Cordero abandonará el centro penitenciario de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), donde ha cumplido condena por la acción terrorista de 1992 en la plaza de la Cruz Verde de Madrid, donde murieron cuatro militares y un civil. González formó parte del comando robacoches o Mangui y se le atribuye la carga del explosivo en el coche utilizado para ese atentado, así como el robo del vehículo que se usó para matar al coronel del Ejército José Martínez Moreno.

Otro etarra beneficiado por la derogación de la doctrina Parot es Jesús Díaz de Heredia, condenado por el asesinato del subcomisario Agustín Ruiz Fernández de Retama en Vitoria en 1985. Saldrá de la cárcel de Topas (Salamanca) tras 27 años encarcelado. Pedro Juan Odriozola, ingresado en la cárcel de Zuera (Zaragoza), también disfrutará de libertad después de un cuarto de siglo privado de ella por, entre otras acciones, el atentado fallido del comando Madrid al entonces presidente del Tribunal Supremo Antonio Hernández Gil, aunque también se le atribuye su participación en el ataque a un autobús militar en la capital aragonesa con dos muertos y 28 heridos.

Juan María Gabirondo, Chispas, ha pasado 27 años en la cárcel y abandonará el centro penitenciario de A Lama (Pontevedra) por el asesinato del jefe de la Ertzaintza Genaro García de Andoain durante el secuestro del industrial Lucio Aguinagalde y el del coronel José María Picatoste. La Audiencia ha excarcelado a los etarras Pedro María Rezabal, recluido en la prisión de Monterroso (Lugo) y Miguel Turientes, en Herrera de la Mancha, ambos miembros del comando Haizea y condenados por, entre otras acciones, el asesinato del guardia civil retirado José Herrero Quílez.

Saldrán de la cárcel de Albolote (Granada) la etarra María Josefa Uzkudun, miembro del comando Goierri que actuó en Guipúzcoa y perpetró un atentado contra el cuartel de Guardia Civil de Deba, y de la prisión de Herrera Francisco Javier Lujambio, que integró el comando Adarra que operó en la zona de Hernani y actuó también en Navarra, donde asesinó a dos guardias civiles. Veintinueve años ha permanecido en prisión Lujambio, uno de los favorecidos por el fin de la doctrina Parot y que tenía que haber salido de la cárcel en 2008 si no se le hubiera aplicado.

Raúl Ibáñez Díez, cuyo recurso dejó pendiente la Audiencia Nacional el pasado viernes, dejará el penal de Dueñas (Palencia) tras permanecer encarcelado durante 22 años por su integración en el comando Vizcaya, que fue desarticulado por la Ertzaintza en 1991 en una operación en la que fue detenido este etarra, falleció otro y resultó herido grave un policía autonómico.

No solo a presos de ETA ha decidido la Audiencia Nacional dejar en libertad. La grapo Olga Oliveira, condenada a casi 98 años de cárcel por el atentado con muerte del coronel Manuel López Múñoz en Valladolid en 1990 y por participar en acciones contra Repsol en Tarragona, también será excarcelada. Bolivia fue el país en que el español Pompeyo Miranda asesinó a dos personas, su novia, que era cooperante estadounidense, y a un recluso cuando ya estaba en una cárcel del país andino. En 1999 fue trasladado a España y es aquí donde en su día se le aplicó la doctrina Parot.

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