La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La Sevilla fina en la caja de Sánchez-Dalp
La Junta de Andalucía ha estrenado una estrategia de no confrontación con el Ejecutivo que preside desde ayer Mariano Rajoy. Cuando todo hacía parecer que los meses que restan hasta las elecciones andaluzas iban a generar un torrente de reivindicaciones contra el Gobierno de distinto color político, la Junta de Andalucía reitera una y otra vez una oferta de total colaboración al Gobierno del PP que incluso va más allá de lo cortés.
Ayer, la consejera de la Presidencia y portavoz del Gobierno andaluz, Mar Moreno, sorprendió al alabar el esquema económico esbozado un día antes por Rajoy en su sesión de investidura y al no censurar ninguno de sus pronunciamientos.
"La prioridad es crear empleo y la salida de la crisis y reiteramos la oferta de colaboración en los programas económicos que sabemos que puede ser común en múltiples objetivos" , dijo Moreno. Fue un relato insólito, sin rastro de sus punzantes críticas o de sus esmerados juegos de palabras con los que Moreno acostumbra criticar al PP.
Hubo que excavar para hallar la crítica, velada, porque la oferta de guante blanco contenía una chistera para el juego de manos.
La estrategia de la Junta es no obstante enrevesada. El apoyo a Rajoy no se basó en la acción, sino en la omisión. Como Rajoy no descubrió ninguna receta desconocida o desveló varita mágica para salir de la crisis, la Junta entiende que con su intervención marcó una línea de continuidad con las acciones del anterior Gobierno, socialista. Y el embrollo va aún más allá: como esas acciones son las que también ha realizado la Junta de Andalucía durante los años más duros de la crisis, Rajoy lo que vendría a validar son las políticas que ha desarrollado el PSOE en la Junta durante estos complejos años. "Por fin el PP ha incorporado la naturaleza internacional y financiera de la crisis y por primera vez parece en boca del PP que la responsabilidad de la crisis no recae exclusivamente en el Gobierno de España", expuso Moreno. "Rajoy no ha cambiado las grandes líneas de política económica", añadió.
"Es como si Rajoy le hubiese copiado el discurso a Griñán", expusieron fuentes de la Junta. Esto es lo que quiere transmitir el Gobierno andaluz en esta confusa puesta en escena, de la que es difícil aventurar réditos electorales, ya que hasta el momento lo conocido era la confrontación de modelos, con las comunidades del PP, no la similitud. Lo previsible es que pronto aparezcan las discrepancias y haya un ataque frontal a Rajoy, pero hasta el momento el mar está en calma.
Llegaron las invitaciones de los periodistas a Moreno para arremeter contra el PP, pero ésta, inopinadamente, pasó turno. ¿Puede que Rajoy no cuente la dureza de sus medidas hasta que pasen las elecciones andaluzas? "No quiero pensar que el presidente del Gobierno, con los graves problemas que tiene planteado el país, esté pensando en eso", contestó Moreno. En este mismo perfil, el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, deseó a Rajoy "aciertos en su gestión política" y le garantizó en su Twitter "colaboración para ello".
La contradicción la tendría ahora el PP andaluz, según Moreno, si no apoya esta semana los Presupuestos de la Junta al ser una propuesta económica embrión de una política que comparten Rajoy y la Junta, vino a decir.
Más habitual estuvo el coordinador general de IU, Diego Valderas, que ayer proclamó: "Los recortes de Rajoy han comenzado, que Dios nos coja confesados".
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