Editorial: Fracaso histórico del independentismo
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LOS ciudadanos de Cataluña rechazaron ayer inequívocamente el órdago independentista lanzado por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, en una fuga hacia delante que trataba de rehuir su responsabilidad en el empobrecimiento de su comunidad, sometida a recortes sociales más profundos que ninguna otra y necesitada de la ayuda financiera del Estado español para no llegar al colapso. El mensaje de Mas no ha colado: los partidos defensores de planteamientos soberanistas sobre el futuro de Cataluña han sumado ayer menos escaños que en las elecciones de 2010. La propia formación liderada por Artur Mas, Convergència i Unió, ha obtenido un resultado estrepitosamente malo (50 diputados, frente a los 62 de la legislatura disuelta a mitad de mandato por el presidente), que la deja en condiciones de gran debilidad para seguir gobernando. Al contrario de lo que pretendía Mas, que reclamaba una amplia mayoría absoluta con la que liderar el proceso para la construcción de un Estado catalán, el partido que más ha avanzado ha sido ERC, que representa el independentismo radical y enemigo de España, aunque también han sido notables los progresos del PP y de la agrupación Ciutadans. Fracasado el proyecto independentista, la situación política de Cataluña es difícil y preocupante. Artur Mas sólo tenía una salida digna y a la altura de las circunstancias: su dimisión, como máximo impulsor y representante de una política fracasada. Al no haber asumido, al menos anoche, su responsabilidad en el fiasco, tras haber sometido a Cataluña y a España a una tensión nunca vista, se deduce claramente que pretende seguir al frente de la Generalitat. La "solución" de un pacto entre CiU y Esquerra Republicana de Cataluña, insinuada por Mas, es puramente aritmética -los dos partidos suman mayoría en el nuevo Parlamento-, ya que el radicalismo de ERC choca frontalmente con los liberales y democristianos de CiU, y su política económica y social es antitética. Esto es lo que ha conseguido Artur Mas con su aventura.
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