La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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El secretario general de CiU y líder de UDC, Josep Antoni Duran Lleida, admitió ayer que "no hay una gran mayoría de ciudadanos de Cataluña que deseen un escenario de independencia", ya que, a su juicio, "es malo para España no tener a Cataluña y es malo para Cataluña no tener a España".
En declaraciones a Punto Radio, Duran insistió en que Cataluña podría verse fuera de la UE porque España podría vetar su admisión: "Es lo que dice la ley, es lo que yo pienso", añadió el portavoz de CiU en el Congreso, que pidió que cuando hace estas afirmaciones "no se mate al mensajero".
En contraste con la opinión de muchos dirigentes de CiU, Duran opinó que hoy "no hay una gran mayoría de ciudadanos de Cataluña que deseen" la independencia y se muestra a favor de "sentarse a hablar en serio" tras las catalanas del 25-N para "buscar acuerdos que permitan a Cataluña tener un estatus propio" dentro de España, que satisfaga no sólo las demandas catalanas de financiación sino que también dé garantías a la lengua y cultura catalanas. Además, abogó por celebrar un referéndum legal para decidir el futuro de Cataluña: "No tiene sentido que nosotros convoquemos un referéndum que no sea legal", recalcó.
Tras las elecciones del 25-N, habrá que "intentar un cambio de legislación para permitir ese referéndum" y, "si no llega ese pacto, creo que Cataluña no debe hacer nada que no sea legal", agregó Duran, que reconoció que la última reunión que mantuvo con Artur Mas fue el 24 de septiembre por la noche, justo antes de que el president anunciara elecciones anticipadas.
En este contexto, y a través de su carta a los militantes de Unió, Duran advirtió a sus socios de Convergéncia Democrática que su partido antepone por encima de todo su "lealtad" a Cataluña, volvió a alertar de que una hipotética independencia la dejaría fuera de la UE y recetó "diálogo".
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, llamó ayer de nuevo a la reflexión al presidente de la Generalitat ante sus planteamientos soberanistas y le recordó que ya en 2004 la UE dejó sentado "con claridad" que si una región se independizara, saldría de la Unión y no se aplicarían los tratados.
Sáenz de Santamaría se expresó en estos términos en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde no quiso hablar sobre la posición de España ante una hipotética independencia de Cataluña por ser un hecho de gran trascendencia y que espera que no se produzca nunca.
La portavoz del Ejecutivo popular subrayó que en este sentido es muy clara la carta remitida al Gobierno por la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, en la que aclara que comparte el análisis del Gobierno de Mariano Rajoy de que una Cataluña independiente de España implicaría su salida de la Unión Europea.
El Colegio de Comisarios de la UE contestó "claramente" a una pregunta por escrito en 2004 sobre la posible independencia de una región francesa, señaló la vicepresidenta, que especificó que se recogía con "claridad" que esa región saldría de la UE, no se aplicarían los tratados en su territorio y debería iniciar negociaciones con el acuerdo unánime de los socios si quisiera ingresar como Estado miembro.
Sáenz de Santamaría aseguró que tiene la sensación de que en esta "dinámica de reclamaciones independentistas" ha sobrado por parte de algunos dirigentes políticos, especialmente de CiU, y del presidente Mas, "bastante improvisación" y, sobre todo, "escasa valoración de lo que pueden ser las consecuencias legales y reales" de una decisión sobre la independencia. Por ello, llamó a la reflexión a los dirigentes nacionalistas para que sean "conscientes" y analicen las implicaciones legales, económicas y europeas.
Preguntada sobre si España vetaría la entrada de una Cataluña independiente a la UE, señaló que el Gobierno no se pronuncia sobre hipótesis de situaciones como esta, de gran trascendencia y sobre las que no va a elucubrar.
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