Doble fondo: 'Espantos'

REBELIÓN contra el Estado (El Mundo). Todo listo para suspender la autonomía de Cataluña (Abc). Choque a la vista (El Periódico de Catalunya). La tensión entre el Gobierno y los separatistas catalanes se eleva (New York Times). El Estado prepara una dura respuesta al secesionismo (servidores). Ni el espantoso Ibarretxe llegó tan lejos. Se plegó a la ley.

Llueve sobre mojado. Por cuarta vez. El primer intento de proclamar un Estado catalán federado se remonta a marzo de 1873, al mes de instaurarse la Primera República. Duró dos días. El segundo, en 1931, liderado por Francesc Macià, presidente de Esquerra, en cuanto Lluís Companys proclamó la Segunda República en el balcón del Ayuntamiento de Barcelona. Dio marcha atrás con la promesa de que el Estatut que aprobaran los catalanes iría a misa, a las Cortes. La tercera fue en octubre de 1934. Barcelona acabó siendo un espantoso campo de batalla.

80 años después, el clan familiar de un honorable anciano que presidió 23 años la Generalitat desfila por los juzgados mientras rastrean una fortuna multimillonaria que se asocia con el 3% de las comisiones ilegales del pinchaúvas y del partido que ahora lidera la cuarta intentona de romper con España, Convergència, mientras el protomártir de la catalanidad del siglo XXI, Artur Mas, se encomienda a unos antisistema que odian todo lo que es y representa con tal de seguir en el machito. ¿No son también espantosos los huevos cuadrados?

Todo el tiempo que algunos perdieron en esquivar el problema les falta ahora (Rajoy versus Rajoy), como a todos los que lo han malgastado en discusiones sobre el derecho a decidir (Sánchez versus PSC). Lo más espantoso es no saber a ciencia cierta quién tiene más legítimas razones. ¿La mayoría absoluta del Parlament o los que defienden la unidad rodillo legal en mano? Algunos nos sentimos incapaces. Y horrorizados ante tanto clarividente de pacotilla. A poco que se escarba en las respectivas trincheras, salen espantosas miserias. Tierra (España), trágame.