Delfín en la meseta y tiburón en el litoral

perfil. alberto núñez feijóo

El sacrificio por su amigo Mariano Rajoy para no dar el salto a Madrid lo digiere mejor con otro triunfo aplastante en casa y la certeza de que cada vez tendrá más voz en el PP

Redacción

26 de septiembre 2016 - 05:03

Pleno. Tres de tres. Una apuesta segura. No gana, arrasa. El Partido Popular tiene a su mejor baluarte regional en su gran caladero en la figura de Alberto Núñez Feijóo (Os Peares, Orense, 10-09-1961). Esta vez, además, le ha echado un espléndido capote a su jefe y paisano, Mariano Rajoy, que puso todos los huevos en la misma cesta y apostó firmemente por el incontestable triunfo de Feijóo en su tierra para quitarse un peso de encima y acorralar más a Pedro Sánchez, que sufrió otro batacazo -uno más tras los dos resbalones de aúpa en las elecciones generales- que presumiblemente derivará en trágicas consecuencias para él, aunque cuenta con más vidas que un gato.

Galicia volvió a confiar con fe ciega en la gestión de Feijóo, que igualó los datos respecto a las elecciones de 2012. El orensano, que luce por igual su condición de gallego y de español, aspiraba a dar el salto a la meseta, donde desde hace años se le viene considerando como el principal delfín para suplir cuando toque al presidente de su partido. Su ambigüedad acerca de su futuro fue interpretada como un pulso con el líder popular, aunque tras muchos rumores zanjó la cuestión: "Esto me sigue mereciendo la pena, sólo me importa Galicia". Amén. Y alivio para muchos, empezando por La Moncloa y continuando por la calle Génova.

Feijóo sabe que su casa se le ha quedado pequeña y aspira a un hogar mejor; sin embargo, Madrid tendrá que esperar. Mientras, el sustituto del histórico Manuel Fraga, que también amagó en los anteriores comicios con hacer el petate con destino a la villa y corte, se maneja sobre la marea gallega como un tiburón. Es un depredador y se ha merendado a las fuerzas de izquierdas: PSOE, Podemos-En Marea y BNG.

Le costó decidirse, pero ha aprovechado la oportunidad de convertirse en el primer líder del Partido Popular capaz de revertir la tendencia y poner coto a las mareas de izquierdas. Aunque la incertidumbre es grande, muchos de su entorno avanzan que el orensano escribirá aún páginas en la política nacional. Cada paso, a su tiempo.

Licenciado en Derecho y con experiencia en política desde los 23 años, Fraga y José Manuel Romay Beccaría lo impulsaron desde que era un jovenzuelo en la Xunta y después el segundo, cuando era ministro de Salud en la etapa de José María Aznar, se lo llevó a Madrid para para presidir el Insalud y Correos, donde fraguó su fama de buen administrador y gran trabajador.

Muy unido a sus ancianos padres, Feijóo decidió hace tiempo cambiar su imagen de chico de familia bien, repeinado con gomina, para mostrarse más campechano y aldeano. También es un apasionado del deporte y cada vez que puede lo practica. La jugada de suavizar el envoltorio y convertirse en alguien más de la calle le salió de perlas.

Dicen que su amistad con Rajoy es inquebrantable. No sólo ha tenido el tremendo gesto de continuar su carrera política en Santiago de Compostela, sino que también se permite decirle las verdades del barquero a su presidente sin que ello suponga un menoscabo de su estrecha relación. No se mordió la lengua para criticar la elección de José Manuel Soria para trabajar en el Banco Mundial. Su voz, por tanto, siempre tiene valor para Rajoy.

Sus enemigos políticos le achacan la fusión de las cajas gallegas. De este proceso financiero asoma una de las fotos más duras para el dirigente autonómico: celebrando en Monte Pío la unión con los entonces directivos de Caixa Galicia y Caixanova, después polémicos por su dudosa gestión y sus indemnizaciones millonarias. Otro de los dardos que suele escuchar con frecuencia remite a aquella instantánea en la que aparecía en alta mar con un empresario acusado de contrabando. A la vista está que no han causado mella en su excelso currículo político.

Es el soltero de oro del PP -"el matrimonio no es para mí, lo veo poco democrático", dijo alguna vez con socarronería-, pero aunque no haya pasado por la vicaría, mantuvo una relación de más de una década con la periodista Carmen Gádir y ahora está emparejado con Eva María Cárdenas, alta ejecutiva del imperio Zara y mano derecha de Amancio Ortega, que le dará su primer hijo. Le esperan a Alberto Núñez Feijóo largas noches de trabajo para apuntalar el futuro de Galicia, distraer al bebé cuando dé la lata durante las noches y seguir pensando en Madrid.

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