Y el Congreso se vistió de azul
Después de casi ocho años como jefe de la oposición, con dos derrotas electorales y aislado durante años por el resto de partidos en el Congreso, Mariano Rajoy probó ayer por primera vez el sabor de la mayoría absoluta y entre decenas de aplausos.
Y el Congreso se vistió de azul para escuchar al futuro presidente del Gobierno. El uniforme popular de camisa y corbata de ese color hizo furor entre los ministrables: Alberto Ruiz-Gallardón, Esteban González Pons, Miguel Arias Cañete y Federico Trillo, entre otros.
Precisamente Pons y Ruiz-Gallardón protagonizaban una animada charla en sus escaños minutos antes de la entrada de Rajoy, a la que se unieron otros pesos pesados del partido como Ana Pastor, Celia Villalobos o el nuevo portavoz popular en el Senado, José Manuel Barreiro.
Atentamente, desde el lugar reservado para los invitados, siguió el discurso por la mañana la esposa de Rajoy, Elvira Rodríguez, flanqueada por las presidentas de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, y de Madrid, Esperanza Aguirre.
Pero no sólo parte del poder nacional quería oír las primeras palabras de Rajoy en el Parlamento tras el 20-N, ya que también se encontraban allí los embajadores de Estados Unidos, Alan D. Solomont, y de Francia, Bruno Delaye.
Frente a la bancada popular, los socialistas. En primera fila, el Gobierno en funciones, con Zapatero a la cabeza, que siguió atento y en silencio las intervenciones.
A Alfredo Pérez Rubalcaba, presidente del grupo parlamentario socialista, le tocó dar la réplica a Rajoy, y por primera vez en mucho tiempo tuvo que pedir al presidente del Congreso, Jesús Posada, más tiempo para intervenir.
A pesar del dominio de la informática, los equipos políticos siguen haciendo llegar a los líderes notas en papel para las réplicas. En este circuito de notas se puede identificar al nuevo núcleo duro parlamentario de Rajoy, que va desde el portavoz en el Congreso, Alfonso Alonso, hasta la diputada por Huelva Fátima Báñez.
Lo dicho, a partir de hoy, a Rajoy le quedan cuatro años de dramas y comedias.
También te puede interesar
Lo último
Solas | Crítica de danza
Carne fresca para la red
Orquesta Bética de Cámara. Concierto 1 | Crítica
El regreso de Turina a Sevilla