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Cifuentes, la 'benefactora' de Andalucía

La presidenta dimitida mantuvo bastantes encontronazos con los partidos andaluces, incluido el PP

Gestos de Cifuentes durante su última comparecencia como presidenta madrileña- / EFE
Juan M. Marqués Perales

25 de abril 2018 - 12:52

Gestos de Cifuentes durante su última comparecencia como presidenta madrileña- / EFE

Cristina Cifuentes no fue una dirigente estimada en Andalucía, ni siquiera dentro de su propio partido. La presidenta de la Comunidad de Madrid, que acaba de dimitir hace unas horas, era uno de los pocos apoyos territoriales que le quedaba a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, enfrentada desde hace años con Juanma Moreno y Javier Arenas. Cospedal hubiera preferido que a Juan Ignacio Zoido le hubiese sucedido alguien de su propia familia política al frente del PP andaluz, pero Rajoy frustró la operación. Pero lo que terminó por enemistar a Moreno con Cifuentes no fueron las pugnas internas, sino las alusiones de la ya ex presidenta a los andaluces.

A finales de 2017, durante un debate parlamentario, Cifuentes dijo que los madrileños estaban pagando la educación y la sanidad de los andaluces, por culpa de un sistema de financiación autonómica "injusto" e "impuesto" por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Esto motivó críticas desde todos los partidos andaluces, incluidos el PP. Su secretaria general, Dolores López, le pidió una rectificación. Cifuentes siempre presumió que la bonanza económica de Madrid se debía a una supuesta magnífica gestión, aunque obviaba que la capitalidad del país beneficia el asentamiento de las mayores compañías en su territorio. Había comenzado a calar en Madrid un discurso similar al iniciado por Convergencia en Cataluña en el sentido de que había que limitar el flujo desde las comunidades ricas, aquellas donde más se recauda, hacia las pobres, flujo que es inherente a la función redistribuidora del Estado.

Madrid, según explicó después Cifuentes, pagaba 3.000 millones de euros al fondo de garantía de los servicios básicos, y de éstos, 1.000 iban a parar a Andalucía y el resto a comunidades, como Galicia o Castilla-Léon.

Un año antes de esto, en enero de 2017, y durante la Conferencia de Presidentes, Cifuentes y la presidenta Susana Díaz tuvieron un agarre dialéctico, también a cuentas de la fiscalidad autonómica. Madrid bonifica la totalidad del impuesto de sucesiones y aun así recauda más. Susana Díaz le acusó de ‘dumping’ fiscal y solicitó que este tipo de impuestos estuviese homogeneizado. Finalmente, Andalucía, por acción de Ciudadanos, siguió el camino de Madrid y bajó este impuesto.

Pero en esa conferencia hubo algo más. Colaboradores de Cifuentes publicaron un tuit donde se leía: "Cuando disfrutas con tu trabajo y cuando no". Era el pie de una imagen donde se veía a Cifuentes sonriente y a Susana Díaz, más seria. Aquello provocó bastante malestar. “No estoy para contestar sobre tonterías”, respondió el vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, en ese momento.

Para redondear estas relaciones, Cifuentes le arruinó a Juanma Moreno la conferencia nacional que hace un mes celebró el PP en Sevilla. Ideada como una plataforma de lanzamiento de su candidatura a la Junta, Cifuentes se convirtió en la estrella, un agujero negro que atrajo todos los focos a causa del falseamiento de su máster en la Universidad Rey Juan Carlos. Fue ella la que abrió la convención con una rueda de prensa sobre este título y fue ella la quien forzó los plausos de los congresistas para blindarse ante la dimisión que solicitaba Ciudadanos.

De nada le ha servido.

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