Pilar Cernuda
¿Llegará Sánchez al final de la legislatura?
Carrera sucesoria del PP
Pablo Casado ha elevado este jueves el tono de la campaña para la elección del nuevo presidente del PP al denunciar "zancadillas" de sus rivales e insistir en las presiones de las candidaturas a priori más fuertes, las de María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría.
Casado, además, ha echado su órdago particular al anunciar que no piensa entrar en una futura dirección del partido si es otro el ganador y al asegurar que tampoco será candidato a la Alcaldía ni a la Comunidad.
Pero Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal apenas han entrado al trapo de las acusaciones, y aunque se han defendido de alguna de ellas han coincidido en insistir en la necesidad de integración y unidad en el partido.
El vicesecretario de Comunicación del partido sorprendía esta mañana asegurando que no piensa integrarse en la próxima dirección si no es el quien lidera el partido, como tampoco quiere ser candidato -a pesar de haber estado siempre en las quinielas para Madrid-.
Ha asegurado que no es "la liebre de nadie" e incluso ha sugerido que podría dejar la política si no gana, pero se quedará para asegurarse de que no haya "represalias" de quienes le han apoyado, y de que tienen el puesto que se merecen.
La actitud de Casado no ha sentado bien en las candidaturas de Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, y fuentes consultadas han advertido de que hace daño al conjunto del partido cuestionando todo el rato el proceso.
Un partidario de la ex vicepresidenta ha achacado la forma de actuar del vicesecretario de Comunicación a los "nervios" por estar "experimentando defecciones", el abandono de lealtades que creía tener.
Ni María Dolores de Cospedal ni Soraya Sáenz de Santamaría han querido públicamente devolver a Casado sus recriminaciones.
"Yo no voy a entrar en reproches", ha dicho la secretaria general, quien ha animado a Casado a denunciar si cree que ha habido malas prácticas, ha asegurado no haber visto nada de lo que el vicesecretario dice y ha recalcado que ella siempre le pide a los cargos y militantes que "ni presionen, ni tensionen, ni creen heridas que luego no se puedan cerrar".
Sáenz de Santamaría, por su parte, ha vuelto a señalar que sus adversarios no están en el partido, sino que son "Pedro Sánchez, los independentistas que gobiernan con él y los populistas de Pablo Iglesias".
Ha recalcado que solo ha visto, por el contrario, la "máxima colaboración" de todos los responsables territoriales hacia los candidatos, y ha prometido que hará todo lo posible para que del congreso salga un partido unido.
Sí ha querido responder la ex vicepresidenta a una de las críticas de Casado que la aludían, la de la operación diálogo en Cataluña.
"Algunos llevamos en el currículum tener una querella criminal de los independentistas sencillamente por defender la unidad de España", ha dicho, recordando la querella contra ella y Mariano Rajoy interpuesta por el presidente de la Generalitat, Quim Torra.
Y un día más, desde las candidaturas Sáenz de Santamaría y de Cospedal se sigue hablando de integración.
Como ha repetido la ex vicepresidenta, es partidaria de que los candidatos hablen entre sí "antes, durante y después" del proceso, mientras que Cospedal ha recordado su disposición a hablar de integración no solo con la exvicepresidenta sino con otros aspirantes, aunque ha recordado que Casado no quiere hacerlo.
En cualquier caso, el hecho de que se esté poniendo en cuestión constantemente el proceso interno para suceder a Rajoy está sentando mal en el partido, y hoy el presidente de la Comisión Organizadora del congreso extraordinario, Luis de Grandes, ha pedido a los candidatos que no desprestigien el partido.
"Yo he dicho que no van a ser unos juegos florales, pero tampoco debe ser un juego de tronos", ha dicho de Grandes, quien ha considerado una "temeridad" que se pida ampliar los plazos para que los militantes se puedan inscribir para votar.
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