Besos, vítores, ausentes y manos caídas
El beso de la Reina brilló entre las muestras de cariño que se prodigó la Familia Real y la falta de entusiasmo del lehendakari y del presidente catalán, entre la ovación cerrada al Monarca.
Los catalanes fueron los únicos nacionalistas que participaron activa y profusamente en la elaboración de la Constitución de 1978, de la mano de Miquel Roca, actual abogado de la infanta Cristina, la segunda ausencia más sonada de la solemne proclamación por las Cortes de Felipe VI como Rey de España.
Un hemiciclo abarrotado por casi todos los diputados y senadores y representantes de todas las altas instituciones del Estado coronó ayer con un aplauso de un minuto y 46 segundos el primer discurso (25 minutos y 17 segundos) del nuevo Monarca, que agradeció con sobriedad el gesto, que recordó al que tuvo la Cámara Baja con los Reyes (la salva también duró casi dos minutos) el 27 de enero de 2011, cuando arrancaba esta X legislatura y el caso Urdangarín empezaba a salpicar a la Familia Real.
Pero la ovación al aterrizaje del rey Felipe VI en el trono no fue ni mucho menos cerrada. Además de la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarín, ayer brillaron por su ausencia los diputados de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), Amaiur, ERC, BNG, Compromís y Geroa Bai. Sí se dejaron ver los del PNV y CiU, pero como estatuas de sal, al menos a la hora de vitorear al nuevo Monarca. Como toda regla, el coro de indiferencia tuvo su excepción: el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, que sí batió las manos.
El presidente del Congreso, Jesús Posada, abogó por que "las ideas de pacto, acuerdo y consenso que tan felices y operativas se revelaron en 1978" no sean sustituidas por "la disensión, el enfrentamiento y la rivalidad". Quizá tomaron nota, pero el ataque de indolencia nacionalista se hizo exponencial a la vista de las manos de las respectivas manos entrelazadas del lehendakari y del presidente catalán, Íñigo Urkullu y Artur Mas, con cara de póquer, reconcentrados y con aire pensativo mientras el hemiciclo se rendía a la proclamación de Felipe VI, apenas conmovidos por el gesto del Monarca de rematar su alocución en las cuatro lenguas cooficiales. Sus quejas fueron calcadas: sin novedad en el discurso y sin rastro del Estado plurinacional en el discurso del Rey. No obstante, no se perdieron el eterno ulterior besamos a los cerca de 3.000 invitados a la celebración en el Palacio Real, donde al menos ambos intercambiaron unas palabras con el Jefe del Estado.
El que lo era hasta hace dos días, don Juan Carlos, fue el ilustre ausente en la proclamación de su hijo ante las Cortes. Antes le había impuesto el fajín de capitán general de las Fuerzas Armadas en La Zarzuela, desde donde Felipe VI (que ya se había levantado Rey tras la publicación de la ley orgánica de abdicación en el BOE) partió al Congreso. El orgulloso padre se quedó en palacio viendo los fastos parlamentarios por televisión. No quería privar de un gramo de protagonismo a su sucesor, aunque luego arropó al resto de la nueva Familia Real en su presentación en sociedad al pueblo desde el balcón del Palacio Real.
Las muestras de cariño fueron una constante durante la proclamación de Felipe VI. Doña Letizia además de Reina es madre y estuvo todo el día pendiente de sus hijas. Y de su marido, al que acaricia la cara en el Rolls Royce camino del Congreso. La más llamativa fue el beso que doña Sofía -a la que casi desarman a saludos en la tribuna del Congreso- le lanzó desde el cielo del hemiciclo a Felipe VI al agradecerle éste "toda una vida de trabajo impecable al servicio de los españoles". Mujer de corte imperturbable, admitía luego que se había emocionado.
Felipe VI se estrenó luego presidiendo desfiles a las puertas del Congreso. Escoltado por el decimonónico halo de la Guardia Real, se dio después un baño de masas por las calles de Madrid. Y el Congreso vuelve a la normalidad. Se acabaron los besos.
Artur Mas hubiera preferido que el Rey hablara de "un Estado plurinacional"
Artur Mas ha dicho que no ha encontrado "nada nuevo" en el discurso del Rey Felipe VI y que le hubiera gustado que hubiera hablado de un "Estado plurinacional". Ese ha sido el motivo por el que no ha aplaudido el discurso de Felipe VI en su proclamación, según ha afirmado Mas en un encuentro con periodistas en la sede de la Generalitat en Madrid. Artur Mas ha señalado que ha conversado con los Reyes y que lo ha hecho en catalán, lo que va "en la línea de un Estado plurilingüístico", y que también ha hablado con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con quien se ha saludado "de manera protocolaria" en la recepción, pero sin abordar ningún asunto de interés para Cataluña.
"España es un Estado con distintas naciones, una de ellas la catalana", ha afirmado Mas, antes de añadir que "se expresa siempre que España es una nación" cuando ello es un concepto limitado y ha agregado que "no es una nación, sino un Estado que tiene varias naciones". Aunque ha considerado que es pronto para valorar lo que va a hacer el nuevo Rey, ya que un discurso no es suficiente, ha dicho que quiere ver qué pasos se van a dar en esta nueva etapa. En este sentido, ha recordado que el Gobierno practica una política de recentralización frente al estado autonómico y que ante la realidad de la pluralidad lingüística impone la nueva ley de Educación, sin dar margen, además, a las comunidades desde el punto de vista de la financiación.
"Esta es la realidad de España" y en vez de incrementar el autogobierno de Cataluña, "estamos en el desmontaje de la autonomía", lo que "constato cada día", pero si a partir de ahora "las cosas fueran de otra manera" no habría problemas en considerarlo positivo, ha señalado. Preguntado por qué comparecía en la sede de la Generalitat en vez de en el Congreso, ha dicho que porque tenía dudas de poder expresarse en catalán en la Cámara.
Respecto a si ha pedido ya una audiencia con el nuevo Rey, Mas ha dicho que aún no, porque hay que dejarle un tiempo para que se instale y "coja las riendas", aunque ha manifestado su disposición para entrevistarse con Felipe VI, como lo está para reunirse con Rajoy. Mas ha reconocido que su encuentro con el presidente del Gobierno ha sido protocolario y normal, pero que no han profundizado en ningún asunto de los que interesan a Cataluña, al estar rodeados de gente. No obstante, ha insistido en su disposición para tener ese encuentro y, a la pregunta de "si le hubiera gustado hacer más con Rajoy", el presidente ha hecho un juego de palabras y ha respondido "yo me llamo Mas".
El presidente de la Generalitat ha mostrado deseos de "suerte, éxito, acierto y talento" a Felipe VI en su reinado. Ha restado importancia a que no haya aplaudido el discurso y ha puesto en valor su presencia en los actos de Madrid, que ha hecho "con gusto" y "por ese respeto institucional, al entender que tenía que estar presente" por ser el presidente de la Generalitat, y aunque haya tenido que suspender parte de su viaje por Estados Unidos.
También te puede interesar