Arrimadas busca un hueco en el puzzle de la investidura

La portavoz de Ciudadanos en el Congreso expondrá este miércoles al Rey la posibilidad de un acuerdo PSOE-PP-Cs

Y se guardará en la manga, aunque no lo confiese, el as de la abstención para dejar fuera de juego a ERC

La portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas , en el Congreso el pasado 2 de diciembre.
La portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas , en el Congreso el pasado 2 de diciembre. / Paco Campos (Efe)
Roberto Pareja

10 de diciembre 2019 - 19:39

"Con este PSOE, ni a la vuelta de la esquina". Así de tajante se mostraba Inés Arrimadas en marzo, en vísperas de los días de vino y rosas de Ciudadanos, que rozaría el sorpasso al PP en la derecha con 57 diputados en las elecciones generales del 28 abril.

Casi ocho meses después, ése PSOE sigue siendo el mismo, el que ganó con Pedro Sánchez los comicios en primavera y en invierno sin mayoría suficiente para ser investido presidente del Gobierno, el mismo que se ha buscado de costaleros para seguir bajo el palio del poder a Podemos y a ERC.

El que ha dejado de ser el mismo ha sido Ciudadanos después del 10-N. Su candidato a la Presidencia del Gobierno ha desaparecido del mapa político tras el severo castigo de unos electores que en su inmensa mayoría no han entendido ni sus veleidades (ora apoyo a Rajoy, ora pacto con Sánchez) ni su inflexible rechazo teñido de inquina al candidato socialista hasta una semana antes de que sonara la campaña de la repetición electoral. Y con Albert Rivera se ha ido por el sumidero electoral buena parte del puente de mando de la formación naranja, un erial en el que ella brilla con luz propia.

Arrimadas se ha echado a un lado para que no le salpiquen las luchas cainitas de la gestora que dirige Ciudadanos hasta el congreso extraordinario de marzo, que ganará de calle (ni tiene ni asoma rival). La superviviente de la antigua cúpula naranja, la candidata más votada en las elecciones catalanas del 21 de diciembre que voló a Madrid para enrolarse en las listas al Congreso como número uno por Barcelona en los exitosos comicios del 28-A, no está acostumbrada a perder y no se resigna a ser un cero a la izquierda (es un decir) con su magra decena de escaños en la formación del futuro Gobierno.

Renovarse o morir, ha cambiado de postura respecto a una eventual investidura de Sánchez y ahora postula una entente entre el PSOE, PP y Ciudadanos que esquive el "nefasto" acuerdo con Unidas Podemos y, por ende, con ERC. Lo llaman la vía Arrimadas y es lo que planteará a Felipe VI cuando la reciba este miércoles en la enésima ronda de consultas, la vía de los 221 escaños

Arrimadas podría incluso romper los esquemas si dejara caer la posibilidad de una simple abstención, puesto que propiciaría que Sánchez se soltara el corsé independentista al tener garantizados 162 apoyos (120 del PSOE, 35 de Unidas Podemos, tres de Más País, dos de Coalición Canaria, el de Teruel Existe y el del PRC) y con el respaldo del PNV en el bolsillo. El bloque del no aglutinaría al PP, Navarra Suma, Vox y los soberanistas de JxCat y CUP y pongamos que hasta de ERC si rompiera la baraja con el PSOE, una posibilidad siempre latente y más con el botón del pánico de las elecciones catalanas en manos de Quim Torra.

Arrimadas tiene la oportunidad de salir del ostracismo parlamentario y hacer valer sus diez escaños. Todo un brindis al mal menor. Suena descabellado, suicida, que pueda poner la alfombra a Sánchez e Iglesias, pero siempre podría presumir de haber librado a España de un lastre como el de ERC, garantía de inestabilidad y crujir de las costuras donde las haya con tanto preso y tan poca prisa...

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