Pilar Cernuda
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Madrid/Amnistía Internacional acusa a España y Marruecos de cometer "crímenes de derecho internacional" el pasado 24 de junio en la valla de Melilla, donde murieron al menos 37 personas del África subsahariana que intentaban cruzar desde Marruecos a España. Además, otras 77 siguen desaparecidas desde entonces. Así lo denunció en un informe publicado este martes, cuando se van a cumplir seis meses de la tragedia.
"Las autoridades españolas y marroquíes continúan negando cualquier responsabilidad en la masacre de Melilla. Hay una montaña creciente de pruebas de graves y múltiples violaciones de los derechos humanos, incluidas las muertes ilegítimas y los malos tratos a personas refugiadas y migrantes y, hasta el día de hoy, la falta de información sobre la identidad de las personas fallecidas y el destino de las personas desaparecidas", declaró la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard.
"Esto huele a encubrimiento y racismo, y echa sal en heridas ya dolorosas. Es fundamental que ambos gobiernos garanticen la verdad y la justicia por lo ocurrido ese día para evitar que vuelva a ocurrir", añadió.
Basándose en testimonios de testigos presenciales, imágenes de vídeo y de satélite, el informe, titulado Lo golpearon en la cabeza para comprobar si estaba muerto. Pruebas de crímenes de derecho internacional cometidos por España y Marruecos en la frontera de Melilla, detalla lo que sucedió cuando 2.000 inmigrantes y refugiados intentaron cruzar a Melilla a través de un paso fronterizo conocido como Barrio Chino.
Amnistía Internacional escribió a los gobiernos de Marruecos y España para pedirles que compartieran información sobre el estado de las investigaciones y compartió con ambos un resumen de los hallazgos en noviembre pero asegura que no ha recibido respuestas.
El informe señala que los acontecimientos ocurridos aquel ese día eran predecibles y la pérdida de vidas, evitable. Así, revela que en los meses y días previos al 24 de junio, refugiados y migrantes en los alrededores de Melilla, fueron objeto de crecientes ataques por parte de las fuerzas de seguridad marroquíes y que a muchos les quemaron y destruyeron todas sus pertenencias, lo que llevó a miles a caminar hasta la frontera.
Según apunta el documento, a medida que se acercaban, la Policía les arrojó piedras y les lanzó gases lacrimógenos en espacios cerrados, y muchos de los heridos continuaron siendo golpeados y pateados mientras yacían en el suelo, semiinconscientes o inconscientes.
Amnistía Internacional recoge testimonios como el de Zacharias, chadiano de 22 años: "Las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas nos tiraban de todo, bombas de gas, piedras, balas de goma, pelotas de goma. No podíamos ver nada y nos costaba respirar", relata.
A partir del Laboratorio de Pruebas de Amnistía Internacional, un modelo 3D inmersivo y una reconstrucción visual de los hechos, el documento dibuja una perspectiva "escalofriante" de los hechos y las acciones de las fuerzas de seguridad que "pueden equivaler a tortura y pueden haber dado lugar a homicidios ilegítimos".
"Parecía que la policía marroquí nos dio espacio para llegar, luego nos acorralaron. Nos empezaron a disparar con gas, nos tiraron bombas acústicas. Todos intentaban moverse por donde podían, era un caos", explica Omer, un joven de 21 años de Sudán. Por su parte, Salih, sudanés de 27 años, asegura que la policía española les "roció los ojos" mientras la policía marroquí les "tiraba piedras a la cabeza".
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