Aizoon contrató como administrativa a una empleada doméstica de la Infanta
La mujer trabajó con su esposo para el matrimonio Urdangarín-Borbón de 2006 a 2009
La sociedad Aizoon, propiedad al 50% de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, contrató en 2007 como auxiliar administrativa a una mujer que realizaba tareas de cocina y limpieza en la casa de la pareja, declaró ayer la empleada en su declaración como testigo en el juicio del caso Nóos.
La compareciente, que testificó por videoconferencia, trabajó junto a su esposo para la pareja Urdangarín-Borbón desde 2006 a 2009. Inicialmente, estaban contratados directamente por el matrimonio como empleados del hogar y cuando se creó Aizoon fueron dados de alta en esa sociedad.
La trabajadora doméstica, que supo a posteriori que fue registrada como auxiliar administrativa, justificó el contrato con Aizoon en que también limpiaba el despacho profesional que Urdangarín tenía en su domicilio familiar del barrio barcelonés de Pedralbes.
En la misma línea testificó antes que ella su marido, quien relató además que la contratación por parte de una empresa les facilitaba la obtención de un crédito bancario para comprar un piso.
Los testigos se contradijeron respecto al origen de la iniciativa de cambiar la modalidad del contrato, ya que mientras él aseguró que fue una propuesta de Urdangarín, la mujer manifestó que se lo pidieron ellos para tener acceso al crédito hipotecario.
Ante esta contradicción, la abogada de Manos Limpias, Virginia López Negrete, advirtió que en sus conclusiones finales podría solicitar que los antiguos empleados del hogar sean imputados por falso testimonio.
La testigo incidió en que, básicamente, sus funciones no cambiaron cuando pasó de estar contratada por el matrimonio a ser empleada de Aizoon, pero se les sumó el trabajo de limpiar la oficina de Urdangarín, que aunque estaba en la casa tenía un acceso independiente.
Además de ese trabajo, en ocasiones hizo "algún café" para personas que visitaban por motivos profesionales al marido de la Infanta, agregó la testigo, que indicó que el cambio de contrato no representó ningún incremento en su retribución.
Su esposo contó que hacía labores de mantenimiento, primero sólo en la parte familiar del chalé de los Urdangarín-Borbón y después en la sede de Aizoon, aunque definió esas tareas añadidas como "muy poca cosa".
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