"Para educar no se necesita grandes medios, sino tener ganas"
Xuxo Ruiz | Profesor de Primaria y mago
Xuxo Ruiz (Cádiz, 1975) es profesor de Primaria en un colegio de Albaida del Aljarafe (Sevilla). Acaba de proclamarse ganador del Premio Global Teacher Award 2019, certamen a nivel mundial que premia la originalidad de los docentes, por aplicar la magia en sus clases. En 2016 recibió el Premio al Mérito Educativo de la Junta de Andalucía y en 2018 resultó seleccionado entre los 50 mejores profesores del mundo por la Fundación Varkey, considerado el premio Nobel de la educación. También es autor de Educando con magia (Narcea, 2013), prologado por Juan Tamariz, al que considera su maestro.
-¿Cómo llega la magia a su vida?
-Mis padres me llevaron de vacaciones a una residencia de tiempo libre San Rafael (Segovia) y un mago me sacó una moneda de la cabeza. Me quedé asombrado y pensando qué tenía que hacer: si lavarme mejor la cabeza o convertirme en mago. E hice las dos cosas. Desde los siete años, devoraba cualquier cosa relacionada con la magia que caía en mis manos. Siempre iba con barajas de cartas a las reuniones familiares...
-Es un mago al que la vida llevó ser profesor, y no viceversa.
-Totalmente. Cuando empecé a ejercer mi función como docente, me di cuenta de las carencias por la desmotivación de los niños. Y todo eso se ha visto incrementado con la hiperestimulación que tienen ahora con los dispositivos digitales, internet, las consolas...
-Lleva más de veinte años dando clases. ¿Es evidente el cambio de los niños?
-Doy clases desde 1996 y se nota muchísimo. Estamos en la cultura de la inmediatez. Lo quieren todo y lo quieren ya, igual que los adultos. Ese no es el camino por el que debemos ir. Tenemos que educar en la cultura del esfuerzo y de la paciencia porque si no, no llegamos a nada.
-¿Qué trucos de magia aplica a la enseñanza?
-Muchos me preguntan si mis clases son un show continuo. Y no es así. Yo soy docente y tengo los pies en el aula. La magia es un recurso que utilizo para llamar la atención y desarrollar el pensamiento lógico-matemático y la creatividad. Por ejemplo, les explico mediante un juego de magia cómo funciona el sistema circulatorio del cuerpo humano. Cuando ellos aprenden esa magia, se la pueden repetir a sus familiares y en realidad lo que hacen es repasar de una forma activa y divertida los contenidos que han dado la clase. La neuroeducación prueba ahora algo que muchos docentes han sabido de siempre y es la necesidad de llamar la atención para que el cerebro se active.
-El showman y el profesor buscan lo mismo, que es la atención de su público.
-Son roles muy similares. El mago tiene que transmitir a su público la pasión que siente por su magia. Y el docente sale a su escenario, que es la pizarra, y tiene que captar la atención de su público, que son todos los pequeños que están ahí, y transmitirles sus conocimientos. Y todo eso con ilusión y entusiasmo.
-¿Cómo ha recibido el sistema educativo sus métodos de docencia?
-Hasta ahora he tenido mucho suerte. Siempre he encontrado apoyo para utilizar este recurso. Tanto la inspección como mis compañeros y sobre todo, las familias, están contentos con el recurso que yo uso. Y lo más importante es que los primeros que son felices son mis niños.
-Es un cruce entre Juan Tamariz y el profesor Keating de El club de los poetas muertos.
-Juan es mi maestro. He tenido la suerte de que venga a Cádiz y pase largas temporadas aquí, donde nos enseña juegos, y con el que compartimos experiencias mágicas. Además, él escribió el prólogo a mi libro Educando con magia (Narcea, 2013).
-¿Su método puede ser seguido por otros docentes?
-Desde 2001 he dado cursos de formación por todo el mundo para profesores y familias. No es necesario habilidades especiales. Los maestros llegan a los cursos un poco reacios y después de la primera sesión, se van encantados con un mínimo de cinco recursos que pueden aplicar de forma inmediata.
-No hace falta tanta pizarra electrónica...
-Lo que hace falta para educar es tener ganas. No es necesario contar con grandes medios para hacer grandes cosas. Hace cuatro años estuve en una clase de 5º en la que trabajamos durante todo el curso con el mundo del cine. Ellos hicieron el guión para hacer una película. Lo único que necesitábamos era una cámara reflex y muchas ganas.
-¿Un ejemplo práctico de magia en sus clases?
-Por ejemplo, hay conceptos que con un juego de magia se explican de forma mejor. Cojo un vaso y le pongo un globo encima. Pongo encima una moneda de un euro y otra de cinco céntimos, y pregunto qué moneda quieres. Si me dices la de cinco céntimos, la aprieto, cae al vaso y no rompe el globo, con lo que estamos explicando cómo funciona la ósmosis celular y lo van a recordar.
-¿Explica los trucos a los niños o se lo guarda, como buen mago?
-Claro que sí. Hago una magia que no explico y otra que sí la explico, porque aumenta su autoestima y ayuda a desarrollar algo que en las escuelas no se suele enseñar y que es muy importante: hablar en público. Además, una vez al mes hago magia solidaria en el hospital. Y muchos alumnos se vienen conmigo para hacer magia a niños de otras edades, con lo que aplican lo que han aprendido en clase para repasar asignaturas y, sobre todo, hacer felices a los demás.
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