“Lo urgente se ha convertido en lo importante”

Fernando Trías de Bes. Economista y escritor

Fernando Trías de Bes
Fernando Trías de Bes / Antonio Navarro Wijkmark

El economista y escritor Fernando Trías de Bes (Barcelona, 1967) es autor de numerosos libros, tanto en los géneros de ficción como no ficción, primordialmente ensayos de economía y empresa. Colabora asiduamente en radio y prensa como articulista de opinión. Acaba de publicar Siete cuentos para toda una vida (Diana), una compilación de cuentos de todas las etapas.

-¿Cómo surge esta obra que aúna algo tan lúdico como un cuento con un fondo filosófico como el sentido de la vida?

-Todas las fábulas tienen esa característica. Hay un relato y hay un mensaje. Es verdad que en estos cuentos la conclusión es más filosófica o tiene que ver con el sentido de la vida. Quizás eso los hace algo distintos, pero creo que toda la fábula inspiracional reúne un poco estas características. Dicen que los cuentos están para que los niños se duerman y los adultos se despierten. Es el espíritu de estos cuentos.

-Cada cuanto aborda una etapa vital y, con ella, un valor. ¿Por qué esa relación?

-Porque creo que los diferentes valores de la vida se aprenden a diferentes edades. Es el momento cronológico y biológico en el cual te enfrentas a determinadas situaciones que antes no aparecen. Quizás lo más interesante es eso que aprendemos en aquel momento y no sólo lo necesitamos para ese momento. El aprender sobre nuestra propia identidad y lo que queremos ser lo aprendes en la adolescencia, pero luego, cada siete u ocho años, volvemos a enfrentarnos a crisis de identidad. Son valores que aprendes a esa edad, pero que utilizas a lo largo de toda la vida. Eso, probablemente, sea también lo que significa la experiencia.

-¿Qué etapa le ha costado más?

-Sin lugar a dudas la de la vejez, porque todavía no he entrado en esa etapa y he tenido que basarme más en lo que he leído y en lo que me han explicado otras personas . No es que me haya costado más, pero no está basada en la experiencia y podría ser más cuestionable.

-¿Cree que alguno de estos valores debe 'primar' sobre el resto?

-Sí, el de la niñez. Creo que la mirada inocente es la que debería primar, el seguir sorprendiéndote de todo, el no dar nada por sentado. Es una cualidad esencial, es de las primeras que aprendemos y también de las primeras que perdemos a medida que nos hacemos mayores. Y es una cualidad muy básica, pero muy necesaria para que la vida no sea una rutina y no caigamos en el desánimo, el hastío e incluso la depresión.

-¿Todas las personas nacemos con un propósito?

-Es difícil demostrarlo. Es una hipótesis, pero pienso que sí, que ese propósito está de alguna manera implícito. Creo que somos mente y conciencia, pero sobre todo conciencia, y eso es lo que va a perdurar. Y la conciencia está vinculada a un propósito. ¿Nacemos con él en el ADN o se va construyendo? Eso es más difícil, pero sí que pienso que de alguna manera está con nosotros. Igual que cuando un padre tiene dos hijos y son superdistintos, aunque los ha educado igual, y ya los psicólogos y todos los expertos en biología te explican que el 80-90% va a depender de la biología y no de como eduques a la persona, del mismo modo pienso que nacemos con un propósito que está implícito de alguna manera.

"Hemos convertido la economía en PIB, inflación y euríbor, pero es una disciplina profundamente humanística"

-¿La vida es descartar o elegir?

-Elegir supone descartar, porque si hay algo para elegir significa que hay más de una opción. Si no eliges, estás actuando por obligación. Pero cuando eliges puedes tener dos actitudes: concentrándote en la pérdida por lo que descartas y seguir con la mirada en lo que no pudo ser, o bien concentrarte en la alegría por lo que eliges y cómo vas a trabajar con aquello. Y eso es lo importante: no cuántas cosas descartas, sino cómo vas a trajinar o abordar aquello que escoges para sacarle todo el jugo y disfrutarlo.

-Usted es economista y ha escrito ensayos sobre esta materia. ¿Con qué faceta disfruta más? ¿Qué le hace alternar entre géneros?

-Disfruto con todo. Si no, no las abordaría. Pero más con la ficción porque tiene un campo mayor. La economía o cualquier disciplina científica está acotada por una serie de restricciones como son la corrección, la incorrección, lo que hay que demostrar, etc. Las inquietudes, la curiosidad es la que me lleva a alternar entre un género y otro. El mundo de la economía y de la empresa son una parte importantísima de mi profesión y de mi educación, a la cual dedico mucho tiempo profesional. Trabajo un año en un libro de ficción, otro año en uno de no ficción, y eso de algún modo también oxigena y me da espacio antes de acometer el siguiente proyecto.

-Este libro es muy humano y, aparentemente, la economía tiene poco de "humanidad".

-Eso es algo que hemos hecho muy mal los economistas porque hemos convertido la economía en el PIB, el dato de la inflación y el Euríbor. Y eso es frío, aséptico y parece totalmente deshumanizado. Hacia eso tiende cada vez más y más en el ámbito económico. La economía es una disciplina profundamente humanística vinculada a la antropología, a la sociología, a la psicología. No se puede entender a la economía sin entender al ser humano. De hecho, es una disciplina social que está al servicio de la prosperidad de las personas y su prioridad debería ser la humanización del mundo a través de la prosperidad, el bienestar económico y material, la buena administración de los recursos y el reparto de la riqueza.

-Va casi a libro por año. ¿Cómo lo hace?

-Pues trabajando un montón. No hay otra. Me encanta escribir, corregir mis textos, pulirlos. Tengo muchos proyectos que van avanzando en paralelo, algunos que inicio, otros que descarto. Algunos de estos cuentos los empecé en 2006, incluso en años previos. Pero no pienso tanto en libro por año.

-En una sociedad como la actual, en la que se vive todo rápido y todo es tan inmediato, ¿nos falta tiempo para abordar lo importante?

-Hoy en día lo urgente se ha convertido en lo importante. Esto es un problema. Un hermano siempre me habla de la frase de parar el reloj. Cuando paras el reloj es cuando lo importante y lo urgente se separan, y entonces puedes concentrarte más o decidir a qué dedicar tu energía y tu tiempo. Pero sí, es verdad, la vida es trepidante. Todo es difícil y complicado. Lo ha sido en todas las épocas. Cada generación se ha enfrentado a retos, eso no es distinto, y lo que hay que saber hacer es de vez en cuando parar y decidir dónde concentrarse.

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