"Sin transición militar no hay transición política"
carlos sanjuán de la Rocha. abogado y ex diputado del congreso
-Diputado en el Congreso entre 1977 y 2004. De Pasionaria a Leire Pajín...
-Desde 1977, el año que me retiré, que me retiraron de la Armada. Ya en 1976 me militarizan y me trasladan a Madrid, al Ministerio de Marina, una planta por encima del despacho del ministro Pita da Veiga.
-¿Una represalia?
-En 1975, en vida de Franco, salí elegido secretario general del PSOE de Málaga. Era asesor jurídico y juez militar de la Armada, que me dio tres opciones: reingresar en el Ejército renunciando a mi militancia en el PSOE y la UGT; retirarme definitivamente del Ejército; si no hacía ninguna de las dos, me iba a un castillo. Elegí la segunda.
-¿Cómo llega a Málaga un aragonés?
-Hay muchos intermedios. Mis nueve primeros años de vida los paso en Cataluña. Mi padre muere cuando tengo nueve años siendo juez de Vic y Olot. Nos vamos a Madrid. Estudio Derecho y quiero hacer oposiciones a juez, pero ese año no se convocan. Sí las hay a jurídico de la Armada, otra tradición familiar. Por mi madre hay muchos marinos, incluido un bisabuelo que fue capitán general de Cuba. Las apruebo, me destinan a Cádiz y en 1966 queda vacante la plaza de Málaga.
-¿Cómo llega un militar al PSOE?
-De familia muy tradicional, yo siempre fui un liberal. De los liberales del siglo XIX, no estos neoliberales conservadores de hoy. A mi despacho de la comandancia de Marina de Málaga llegaban los pescadores para cobrar los remolques y salvamentos. Tenían mi edad o más jóvenes y por su aspecto, machacados por la vida, podían ser mi padre. También tenía un despacho de abogado laboralista y entré en contacto con el de Felipe.
-¿Fue su padrino?
-Ya había relaciones, pero no ingreso hasta 1974, después de que en la Armada me trasladaran a Madrid cuando supieron que había sido abogado defensor de los trabajadores de Intelhorce en Málaga, que se habían puesto en huelga.
-¿Cómo llega a la UMD?
-Felipe González le da mi nombre al comandante Julio Busquets, que desde Salamanca se pone en contacto conmigo para revitalizar la organización después de las nueve detenciones que se produjeron en julio de 1975.
-Unión Militar Democrática. Hoy suena a redundancia, pero entonces se jugaron el pellejo...
-Por eso soy de la opinión de que no hay transición política si no se consuma una transición militar que reconozca la primacía del poder civil.
-¿Gutiérrez Mellado encarnó el espíritu de la UMD en el 23-F?
-A él probablemente no le gustaría. Gutiérrez Mellado es un militar democrático. Éramos muy pocos en un colectivo de treinta mil. Fuimos un foro, una luz, para que ahora el Ejército sea una de las instituciones más valoradas.
-¿Le sorprende que fuera Aznar y no Felipe quien acabara con la mili?
-Hay regímenes no democráticos que sólo tienen soldados profesionales y países tan democráticos como Suiza o Finlandia en los que existe un servicio militar obligatorio, que en realidad, como hijo de la Revolución Francesa, el pueblo en armas, es una garantía de democracia y de igualdad. Por lo que se refiere a España, bien está lo que bien acaba.
-¿Por qué las feministas nunca reivindicaron ese servicio para las mujeres?
-Porque son feministas, pero no son tontas. Son las más listas, no iban a echar sobre las mujeres más cargas de las que tenían.
-Ha sido el único secretario general del PSOE andaluz (1988-1994) que no fue presidente de la Junta. ¿Por qué?
-Porque sigo manteniendo, y el tiempo me ha dado la razón, que el partido debe tener una voz independiente de la institución.
-¿Usted sustituye o defenestra a Borbolla?
-Me eligen con una mayoría importante y en el congreso siguiente salgo con unanimidad. En 1990 podía haber optado a ser candidato a la Junta, pero seguí fiel a ese principio. Por eso no puedo tener buenas palabras respecto a la actitud de Chaves, que defendía este criterio cuando llegó a la Presidencia de la Junta y no dudó en cambiar de criterio.
-¿El partido gobierna la Junta?
-Hay cosas que desde el Gobierno no las puedes decir, puedes explicarlas si tienes un buen comunicador. Afortunadamente, el partido tiene ahora una gran comunicadora como Susana Díaz con las ideas muy claras.
-¿Cómo vivió su parte militar el 23-F?
-Yo era el portavoz de la Comisión de Interior del PSOE.
-Entró un medio paisano.
-Tejero es de Alhaurín el Grande. Ya dio el espectáculo en Málaga interrumpiendo una manifestación legítima. Le reproché a Martín Villa que debía estar más vigilado. De todas formas, aquella puesta en escena tan estrafalaria, esperpéntica, tercermundista, actuó de catarsis en las Fuerzas Armadas.
-¿Le decepcionó no ser nombrado ministro?
-Cuando se constituye el primer Gobierno socialista, la gente esperaba que yo fuera el ministro de Interior, pero había pisado muchos callos y fui nombrado subsecretario del gabinete de Barrionuevo.
-¿Además de la política?
-Soy socio de una enoteca en Mijas y fundador hace más de cuarenta años de una librería de Málaga, Prometeo y Proteo. Tenemos catorce empleados.
-Librero como Alfonso Guerra. ¿Y guerrista?
-He coincidido mucho con Alfonso y con su modelo de partido. Estoy más cerca de él que de los líderes de esa falsa renovación.
-¿A qué castillo se habría ido?
-No podías elegir. Si pudiera, al de Santa Catalina.
-¿Ha habido algún diputado en Málaga con más legislaturas?
-No sé si Cánovas estuvo más tiempo. Malagueño de derechas, una derecha civilizada, no la montaraz de ahora, que tira mucho al monte. Como siga, me alcanza Celia Villalobos.
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