"La sociedad se aburre y eso lleva a las infidelidades de las parejas"
Elena López-Casares. Comunicadora y experta en 'coaching'
Imparte formación en comunicación, coaching, habilidades directivas, liderazgo y desarrollo personal, tanto para empresas como para universidades.
-¿Es más difícil el amor en el siglo XXI?
-El siglo XXI está dominado por la hipervelocidad y los cambios constantes. Estamos en un circuito de consumo rápido y masivo. Esto se ha trasladado también a las relaciones.
-¿Se aguanta menos?
-No es que se aguante menos. El ser humano aspira a ser feliz. Si existe una relación de pareja tóxica, tengo que hacer algo. Pero, cuidado, el problema no está en la otra persona, está en mí. Si no lo resuelvo yo, aunque me divorcie, después vendrá más de lo mismo. Cuando no está resuelto, atraigo lo negativo.
-¿Lo externo no influye?
-Bueno, han cambiado los roles en las familias, con la incorporación generalizada de la mujer al mercado laboral. Eso obliga a compartir todo. Lo que hace falta es comunicación, confianza y transparencia.
-Han aumentado las infidelidades en las parejas.
-En la infidelidad ocurre que buscan fuera lo que no tienen en su pareja. La sociedad se aburre y lleva a eso. También debemos revisar el aburrimiento, incluso para despertar el ingenio. No se debería huir hacia delante para buscarlo fuera, sino trabajar el desarrollo personal.
-¿Internet es una tentación para las relaciones?
-Hay aplicaciones informáticas que permiten flirtear en plan anónimo. Eso lo facilita. Gusta por la novedad y la curiosidad. Pero puedes tener alicientes con tu pareja, si estás seguro con esa persona. Si uno va mariposeando, es porque está confuso y desorientado. Algo no funciona.
-¿Es peligrosa la infidelidad de pensamiento?
-La infidelidad emocional no se debe tomar a la ligera. Erosiona la relación, hace daño, y lleva a la desconexión de la pareja.
-¿La infidelidad física se puede perdonar?
-Depende... Hay gente que no perdonaría una infidelidad física, y gente que no perdonaría una infidelidad emocional. Para mí, sería muy duro. Lo físico también es emocional. Si buscas fuera a otra persona, es porque hay algo roto.
-¿Siempre es culpable la persona infiel?
-No hay que buscar culpables. No se trata de culpas, sino de mensajes. Hay que ver los motivos, lo que se está diciendo, por qué falla su modo de vida.
-¿Hay demasiado miedo al compromiso?
-Hablando con otros compañeros, hemos detectado que las franjas de edad están entrometiéndose en los comportamientos de las personas. La adolescencia empieza antes, en lo que era la infancia. Pero también vemos a personas de más de 30 años que se comportan como si tuvieran 19. Hay un rechazo al compromiso. Y eso ocurre porque no saben gestionar los conflictos. Unas parejas los eluden, otras se acomodan, pero no los afrontan. Hace falta madurez emocional.
-¿Deberíamos tener más paciencia?
-Somos la sociedad del corto plazo. Falta paciencia y se necesita más voluntad.
-Ha escrito un libro sobre corazones rotos. ¿Por qué se rompen?
-Cuando nos sentimos decepcionados. La desilusión deja heridas. Cualquier circunstancia negativa puede dejarlas, pero hay que solucionarlo. Quienes son capaces de superar los procesos de duelo tienen un nivel emocional muy superior.
-¿Las mujeres son más vulnerables y sensibles?
-No creo, depende de las personas. La mujer lo expresa más, quizá por la educación que hemos recibido. El llanto de la mujer no llama la atención y el del hombre sí.
-Un libro sobre corazones rotos suena a femenino.
-Cuando escribí el libro quise que todos se sintieran identificados. Incluso parejas heterosexuales y homosexuales. No es una cuestión de sexo, ni de edad. El libro es también para adolescentes, para todas las edades.
-En general, un corazón roto siempre es triste.
-La tristeza es una emoción fundamental, es una introspección. Si se aprovecha esa situación y se resuelve, llegarás a ser más fuerte. A veces la alegría se busca como evasión.
-¿Qué opina sobre las relaciones abiertas?
-Yo, personalmente, no quisiera tenerlas. Aunque, si ambas partes están de acuerdo, no tengo nada que decir. Pero si no están de acuerdo los dos, es un agujero en la pareja, y eso lo deben tener claro.
-¿Y qué le parece cuidar a los niños en tribus, como dijo Anna Gabriel?
-Son formas diferentes de vivir… El totum revolutum suele originar fricciones. El ser humano tiene un instinto de nido. Incluso en las tribus, cada uno suele volver a su cabaña. Aunque me parece interesante, en relación con eso, el concepto de manada.
-¿A qué se refiere?
-A la importancia de la ayuda, de la colaboración. Estamos volviendo al sentido de manada. Vivíamos en una sociedad egoísta, que decía: "No es mi problema". Esto nos llevaría a la psicología transpersonal. Somos independientes, pero hay problemas que son de todos. Para eso tenemos la convivencia y la tolerancia. El ser humano necesita a los otros.
-¿La comunicación es esencial en el siglo XXI?
-Sí, es fundamental. No consiste sólo en hablar en público. La comunicación debe ser interpersonal e intrapersonal. También debería ser una asignatura transversal en la Enseñanza. La palabra puede levantar o hundir una vida.
-¿Y en la política?
-La comunicación necesita la voluntad de dos partes para llegar a un escenario diferente. En la política, lo que quieren es atraparnos. Lo que vemos en la política no es comunicación.
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