“Si de lo que sabes no lo enseñas, de nada sirve”
Manuel Titos Martínez | Historiador
Manuel Titos Martínez (Guadahortuna, 1948), historiador y catedrático jubilado de la Universidad de Granada y gran investigador e historiador de Sierra Nevada, acaba de publicar una compilación con más de mil versos que poetas de todos los tiempos y de todas las nacionalidades les han dedicado al macizo montañoso y a la comarca de La Alpujarra. En esta publicación descubre poemas inéditos y casi desconocidos en un trabajo que le ha llevado muchos años. El libro, de más de ochocientas páginas, lleva por título ‘Poemas para Sierra Nevada y La Alpujarra (siglos XI a XXI)’ y está editado por Comares.
Pregunta.–¿Hay mucha poesía en una montaña?
–Eduardo Martínez de Pisón decía recientemente en Granada que el montañismo no se ha hecho sólo con el piolet, sino también con la pluma, que la naturaleza habla a quien la escucha y que el territorio también es poesía. De manera que sí, las montañas son lo último salvaje que nos queda y ese mundo de dificultad, primitivismo, soledad, grandeza, hermosura ha inspirado siempre a los poetas, que han buscado en ellas ese rasgo luminoso del que hablaba García Lorca.
P.–¿Cuándo y por qué se le ocurrió esta antología?
–Llevo trabajando el tema montañero, junto con otros más académicos, durante más de treinta años en los que he revisado la mayor parte de literatura sobre Sierra Nevada, lo que ha sido fuente de numerosos libros. Como buen lector de poesía, he ido recortando, fotocopiando, fotografiando, guardando, los poemas que pasaban por mis manos y que en aquel momento no sabía que hacer con ellos, hasta que llega un momento en que me digo “tengo que hacer algo con esto”, guiado por la sentencia de Platón de que si lo que sabes no lo enseñas, de nada sirve. Pero Sierra Nevada da para tanto y la poesía en Granada ha sido tan fecunda, que pese a aquella acumulación inicial, el resultado final ha requerido dos años más como mi principal dedicación bibliográfica.
P.–Me imagino que hay tantos poemas porque la Sierra granadina y la Alpujarra son dos auténticas fuentes de inspiración.
–Sierra Nevada es un prodigio de la naturaleza desde cualquier punto desde el que se mire: la ciencia, en todos sus ámbitos y saberes, la economía, el deporte, la pintura, la fotografía, la novela, el montañismo y también la poesía. He recogido casi mil poemas escritos por cerca de trescientos autores que a lo largo de los siglos se han emocionado con la montaña y han querido transmitirnos su sentimiento. Creo que es fácil para cualquier persona con sensibilidad, particularmente los poetas, dejarse atrapar por su grandeza.
P.–¿Cuál es el poema más antiguo que se conocer sobre Sierra Nevada?
–Es un poema de entre los siglos XI y XII del poeta andalusí Al-Santarini titulado Sulayr, nombre en árabe de Sierra Nevada, del que en el libro se ofrece la versión original y tres traducciones.
P.–¿Cuáles han sido los criterios que ha llevado a cabo para ordenar las poesías?
–La fecha de nacimiento de los autores y cuando hay varios poemas del mismo autor, la fecha de escritura, si se sabe, o de publicación de los mismos. Todos los poemas llevan su fuente original.
P.–¿Son todos poetas españoles o los hay también extranjeros?
–Gran parte de los viajeros que han pasado por Granada se han sentido atraídos por Sierra Nevada, también lógicamente los poetas, de manera que en libro hay poetas y poemas en árabe, latín, ruso, japonés, francés, inglés, alemán y catalán, que se ofrecen en la lengua original y con traducciones expresamente hechas para esta ocasión. Por ejemplo, los cinco poemas escritos por Théophile Gautier al pie del Mulhacén en 1840.
P.–¿Y los criterios a la hora de elegir los poemas?
–He sido generoso a la hora de valorar el esfuerzo realizado por los autores, de manera que la calidad, vista desde los criterios actuales, es muy heterogénea. Pero la poesía es un género muy esquivo que te lo encuentras extremadamente disperso en libros, sí, pero muchas veces en ediciones de autor prácticamente sin circulación, en inasequibles revistas y hasta en programas de fiestas. Junto con los grandes, los conocidos por todos, desde Lope de Vega o Calderón de la Barca, que están presentes, a esa otra gente había que darle voz y he buscado un hueco para todos.
P.–¿Cuál o cuáles son los poetas que más poemas han dedicado a estos parajes?
–Desde luego, Enrique Morón, que daría él solo para una gran antología, pero también Antonio Carvajal, Rafael Guillén, José Lupiáñez, Fernando de Villena, José Ganivet, Paco Acuyo, Agustín Collado del Hierro y el modernista malagueño Salvador Rueda, que subió a Sierra Nevada en 1913 y le dedicó veintiséis sonetos que están entre lo mejor del género.
P.–Dígame a su juicio el mejor poema o piropo que le hayan hecho a Sierra Nevada o a la Alpujarra?
–Hoy me quedo con los versos de Rafael Guillén: “La Sierra es la medida de aquel que se le enfrenta / si es que la puede un hombre mirar de altura a altura”.
P.–¿Usted escribe poemas?
–Lo hice de jovencillo, como todos. Luego abandoné, pero siempre estuvo la poesía en mi horizonte como lector.
P.–Pero después de este enorme trabajo que ha hecho me imagino que le entrarán ganas de ser poeta.
–Algún intento he hecho, con poco resultado. La poesía –escribió García Lorca– requiere una larga iniciación como cualquier deporte y los tiempos ya no dan para tanto.
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