Rasel: “Se está perdiendo la magia de la música”
Rasel Abad (Sevilla, 1981) tiene la vocación y las ideas claras. Sin pelos en la lengua habla con pasión de su trabajo, de su familia y de la indignación que ve en el actual mundo de la música. Las prisas no son buenas compañeras para el arte, pero en plena era de las plataformas digitales este artista, amante de la fusión flamenca y uno de sus pioneros, aunque reconoce la visibilidad que aportan, critica la falta de integridad de las mismas. “La gente está muy desubicada”, sentencia.
Pregunta.–¿Qué es Son de lunares?
Respuesta.–El flamenco es nuestro estilo, de donde venimos. Ese toquecito nos hace diferentes. En este caso he querido contar con Demarco Flamenco y con Sara de Las Chuches que, para mí, son dos referentes de la era moderna del flamenco y que le han dado un toque espectacular. Así, con lo que yo llevo dentro, con lo urbano, hemos hecho una fusión muy bonita.
P.–¿Qué es el sampleo?
R.–Hay muchísimos temas que han significado mucho en mi vida y los incluyo en canciones porque, además, enganchan a mucha gente.
P.–Podría decirse que le gusta rescatar temas de gran recorrido y darles ese aire contemporáneo, ¿no?
R.–Correcto, correcto. Así es.
P.–¿Es algo que se necesita ahora mismo, renovar los estilos o simplemente es que se identifica con eso?
R.–Yo he sido fiel a mi estilo. Las modas van cambiando, los estilos unos vienen y otros van. Ahora se lleva un poquito más lo urbano, pero yo desde 2006 siempre he sido fiel a esa fusión con el flamenco y lo llevo dentro.
P.–¿Por qué le ha atraído tanto el flamenco fusión?
R.–He escuchado desde crío mucho flamenco. Mi base es el flamenco pero también lo urbano. Es lo que llevo dentro. El hip hop y el rap siempre me han gustado. Yo empecé a hacer fusión con mi hermana, aunque no tengo un registro flamenco muy marcado. Éramos muy poquitos los que lo hacíamos cuando empecé. Al principio la gente era un poco reacia porque había mucho purista, decían era un sacrilegio, pero, poco a poco, se ha convertido en uno de los más escuchados en España.
P.–¿Cómo se respira internacionalmente este estilo tan nuestro?
R.–Es un orgullo. Hemos estado de gira por Europa y hay una comunidad flamenca increíble. Yo soy muy de aquí, muy de la tierra y estoy muy orgulloso de llevar nuestro estilo por bandera.
P.–¿Andalucía tiene mucho que dar al mundo?
R.–Por supuesto, es la cuna del flamenco y del arte sin duda, hay muchísimos artistas que han salido de la tierra y que han sido referentes mundiales y que vendían lo que es la palabra flamenco, que está muy ligada a Andalucía.
P.–¿Hay muchos intereses en el mundo de la música?
R.–Como en todos sitios. Esto se empieza por devoción, porque te gusta, pero cuando empieza uno ya a vivir de lo que te gusta, ya es un negocio. Hay que ser inteligente y saber mover ficha.
P.–Pero el flamenco hay que mamarlo, ¿no?
R.–Si no lo has mamao es complicado.
P.–¿Da igual el origen?
R.–Es vocacional y educacional. Hay quien desde siempre escucha flamenco, lo llevan dentro, no hace falta tener un apellido. Se nace con eso.
P.–¿Cómo se lleva la responsabilidad de saber que es artífice de un estilo pionero?
R.–Me siento muy orgulloso porque me he encontrado con muchas puertas cerradas. Han sido muchísimos años de decir, “yo creo en esto, a mí me gusta” y la gente no me quería apoyar, ni los medios. Pero me decía a mí mismo que iba a seguir porque confío. Es aplicable a todo en la vida, si tú crees en ti mismo, al final todo llega con trabajo, con esfuerzo y sin desesperarse. No ha sido un camino de rosas. Ha sido complicado, y si volviera atrás, no sé si lo volvería a hacer, porque cuando uno tiene familia y responsabilidades, hace falta dinero y hay veces que las cosas no han ido tan bien, pero aun así yo me mantenía siempre fiel a lo que hago y, al final, todo tiene recompensa.
P.–La música es su mundo pero el cine se ha metido en su vida.
R.–Sí (risas). La verdad es que ha sido siempre algo que me ha llamado mucho pero que no se me había dado la oportunidad o yo estaba más en lo mío. Ahora se me ha presentado una muy buena, me han dado un papel en una peli que se graba en Sevilla en 2025 y me ha picado el gusanillo. Se me ha cruzado en el camino y a mí no me gusta decir que no a los retos. Soy un paquetón, pero creo que puedo mejorar.
P.–¿Es compatible el artisteo con la paternidad?
R.–Creo que sí. Es cuestión de horarios, ahora me tengo que buscar la vida de otra forma. Buscar otras horas. Tengo obligaciones, pero para mí es una estabilidad muy importante, mis niños son lo principal. Es verdad que hay muchas veces que te frustras en la música, y más cuando eres compositor, porque hay días que no sale nada, pero los niños son una vía de escape.
P.–¿Siente que la música sea hoy tan efímera?
R.–Vamos demasiado acelerados. Ahora las plataformas digitales son unas devoradoras de temas insaciables. Sacas un tema y te están pidiendo otro enseguida. Ahora es impensable que dure, te extingues como los dinosaurios. Hay que sacar música cada mes y medio o dos meses porque si no, no existes como artista.
P.–Eso provoca menos calidad en los temas...
R.–No es calidad, es que antes te centrabas en tres temas de diez y hoy tienes que sacar singles. Ahora hay muchos artistas, encima hay muchos que se graban en casa. Saca un tema y ya es un artista. Para mí eso no es un artista. Todo ha cambiado muchísimo. Hay mucho producto. Aunque las redes son herramientas necesarias porque te dan visibilidad, para mí está poniendo en sitios a personas que no son artistas.
P.–¿Cómo valora las redes?
R.–Cada vez me dan más pereza. Hoy en día lo que se hace viral es distinto a lo que suele valer. Se está perdiendo la magia de la música. Se le da más valor a cosas que no tienen ningún tipo de sentido. Me da mucho coraje. Lo compruebo con las mías. Subo grabando en mi estudio y lo que se viraliza es si salgo con mis hijos en cualquier sitio. La gente está desubicada.
P.–¿Hay mucha diferencia de la música que se hace hoy día a la de hace 15 años?
R.–Muchísima. Antes para hacer un tema tenías que irte de estudio, hoy con unos colegas te grabas y da igual la calidad. Hay temas que están saliendo que son pésimos.
P.–Ha sido muy crítico con los Latin Grammy.
R.–Eso es una pantomima. De fiesta de la música tiene poquísimo. En Sevilla hubo más influencers que músicos de la tierra. No tiene ningún tipo de sentido, no hay por donde cogerlo. Otra cosa es que fuera la fiesta de los influencers. Lo veo una falta de respeto para muchos músicos que no son invitados. Es algo fatídico, o sea, una organización pésima, y lo diré y lo seguiré diciendo siempre.
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