"Tuve un profesor que pasaba de las cuentas y los dictados a Chopin"
Jacobo Cortines, poeta, editor y traductor
La casa de Jacobo Cortines es un museo familiar de retratos de familiares por Juan Cordero, Hohenleiter o Cabral Bejarano. Prepara la segunda toma de sus Memorias y dirige la colección Vandalia de Poesía.
-En su Lebrija equidistante, ¿qué descubrió antes, Sevilla o la playa?
-De niño, Sevilla. Y antes que Sevilla Itálica. Mi padre era muy aficionado a la arqueología. Fue una víctima más de la Guerra Civil. Pintaba, estudiaba Filosofía y Derecho, estalla la guerra civil y se va al frente. Vuelve y se tiene que hacer cargo del campo.
-¿Es un modelo su paisano Nebrija?
-Es la piedra angular del Renacimiento. Lo que Petrarca significó para el humanismo en Italia. Nebrija no es sólo gramático, es arqueólogo, es cosmógrafo, es escriturista bíblico.
-¿Un Google personal?
-Es el que destierra la barbarie. El develador de la barbarie, le llama el profesor Rico.
-¿Cómo vería el autor de la Gramática el deterioro del lenguaje?
-En buena parte se debe a la deformación del lenguaje fomentada por los políticos. Esas tonterías de andaluces y andaluzas, españoles y españolas contra la norma de economía del lenguaje del lingüista Martinet.
-En su antología Itálica Famosa insinúa que los esplendores sólo le interesan a la literatura cuando se convierten en ruinas...
-Eso era así porque iba íntimamente ligado al tema del amor, de su finitud. En el Barroco el tema amoroso pasa a un segundo plano y aparece la ruina como fábula del tiempo.
-Incluye en esa antología a Agustín de Foxá. No es políticamente correcto...
-Su poema a la Venus de Itálica es una obra maestra. Cuando vino a verla Félix de Azúa al Museo Arqueológico, le pareció superior a la Venus de Milo.
-¿La poesía es rural o urbana?
-Yo creo que toda poesía es urbana. El paisaje del campo está muy vinculado a mi vida: la infancia y juventud, cuando te distancias y lo echas de menos. Pero la idealización del paisaje, y no hablo del costumbrismo campero, surge en la urbe. Quien más magnifica la vida retirada es Fray Luis de León, que estaba metido hasta las cejas en todas las intrigas y el mundanal ruido de Salamanca.
-¿A la generación del 98 le faltó un fusilado para igualar en reputación al 27?
-El caso de Lorca es el más universal después de Cervantes. Es el poeta mejor dotado del 27, no digo que fuera el más trascendente. En cuanto a los autores del 98, Unamuno siempre temió que se lo cargaran los hunos, como lo escribía él, o los otros. Valle-Inclán muere en enero de 1936 y defendía públicamente a Lenin y a Mussolini.
-¿Conoció a esos poetas?
-Bergamín nos contó la cogida de Sánchez Mejías. A Alberti lo descubrí al tercer encuentro. Guardo una edición dedicada de Jorge Guillén y a Dámaso Alonso lo conocí en Nueva York. Manuel Halcón empeñó el alfiler de su corbata para pagar el primer número de la revista Mediodía. Juan Sierra es el príncipe de los poetas sevillanos como Verlaine fue de los de París. Romero Murube murió cuando yo empecé la carrera. Villalón vivió aquí al lado, le dedicó a mi abuelo un poema de Andalucía la Baja.
-Tiene un piano en casa...
-La música ha sido mi pasión. En Lebrija tenía un profesor que pasaba de los dictados y las cuentas a tocarnos Chopin al piano.
-¿A qué fue a Nueva York?
-De profesor. Un programa de intercambio que dirigía Olga Kattan, una palestina de Belén criada en Guatemala que tenía un apartamento en la Quinta Avenida. Allí conocí a Philip Silver, el especialista en Cernuda, y a Francisco Ayala, a Márquez Villanueva.
-Como Adriano y Trajano, ¿fue de Itálica a Italia?
-Estudié en Perugia, tuve una beca en Florencia y voy al festival de Rossini en Pésaro que dirige Alberto Zedda. Debo mucho a ciudades como Viena o Londres, donde fui lector de español el curso 1967-1968.
-El apogeo de los Beatles.
-No me interesaban nada. Londres lo asocio a la música de Brahms y Schubert.
-¿Es Jacobo jacobino?
-Yo sí. Soy un profundo admirador de Voltaire. Si los hombres de la Ilustración hubieran tenido los medios de que dispone la humanidad, no permitirían la vergüenza del hambre y el cólera en Somalia, de las guerras de Iraq o de Libia. Al mundo le hace falta una Ilustración, fe en el hombre, en la inteligencia y en la justicia para contrarrestar los engaños de los banqueros, no me refiero sólo a los norteamericanos, no hay que irse tan lejos, los que aquí al lado, con tantas necesidades, van a construir una torre de 180 pisos que nadie necesita.
-¿A los vándalos les gusta la poesía?
-Vandalia era el nombre poético de Andalucía.
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