“En esta profesión es muy importante saber escuchar”

Belén Bautista Sánchez | Jinete de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez

Belén Bautista, durante la entrevista.
Belén Bautista, durante la entrevista. / Pascual
Arantxa Cala

03 de agosto 2020 - 05:00

Jerez/–Usted es la única mujer en la plantilla de jinetes de la Real Escuela. ¿Cómo lo lleva?

–Somos 14 jinetes y yo soy la única mujer. Antes, en mi época, entraba una o ninguna, hoy ya es otra cosa, está la cosa más igualada. Me gustaría que hubiera alguna chica más profesional, pero bueno, para mí es un orgullo, ya no como mujer, sino estar en la Escuela y representar nuestro caballo español y a la Escuela a nivel nacional e internacional. Además de hacer lo que más me gusta en una ciudad como Jerez. ¿Qué más puedo pedir?

–¿Desde niña ya quería trabajar allí?

–Sí. La afición me viene por mi padre y mis tíos, que siempre se han dedicado al mundo del caballo. Empecé a montar a los cuatro años y un día, tendría unos 9, vi el espectáculo ‘Cómo bailan los caballos andaluces’ en la tele y le dije a mi madre que quería estar en ese sitio para poder aprender. A la Escuela llegué con 16 años y aprobé las pruebas de acceso, y al poco ya estaba en el espectáculo. Tras la formación me llamaron para cubrir una excedencia y así se inició mi relación laboral con la Escuela, donde soy fija en la plantilla de jinetes desde 2007. Y aquí hago lo que más me gusta como domar caballos jóvenes, actuar en el espectáculo, sacar caballos a competir y la formación de los alumnos. Aquí nos dedicamos a la alta escuela, a la doma vaquera y enganches.

–¿Jinete o amazona?

–Amazona para mí es la mujer que va sentada de lado. Prefiero que me digan jinete.

–¿Cuáles son sus principales cualidades?

–Soy muy constante (ríe) y, para mí, personalmente, como para los alumnos, es muy importante la humildad y saber escuchar. Hay que seguir aprendiendo siempre, no estancarse ni quedarse en una zona de confort.

–¿En qué aspectos tiene que estar renovándose continuamente en esta profesión?

–Sobre todo, en la técnica, en conocer nuevos sistemas de trabajo, en la gimnasia con los caballos, cómo mejorar su físico, que esté más centrado o tener mejor feeling con ellos. Que todo sea más fácil entre el jinete y el caballo. No todos los caballos son iguales y es necesario aplicar la técnica con cada uno de ellos y no quedarse con cuatro cosas.

"Al principio, por el hecho de ser mujer, la costumbre era hacer números en solitario; eso ha cambiado”

–¿Cómo se mantiene físicamente cada día? ¿Sólo monta?

–Monto todo el día, pero es bueno realizar otro tipo de ejercicio para no acumular tanta tensión, porque a veces puede pasar. Suelo hacer cardio, abdominales, estiramientos... Trato de hacerlo porque a la larga puedes tener problemas de aductores o caderas, por ejemplo, que me ha pasado por no estirar o calentar. Pero es cierto que en el mundo de las equitación la gente no está muy acostumbrada a ello.

–¿Ha tenido que aguantar censuras por el hecho de ser la única mujer jinete?

–Lo único que puedo decir es que al principio el papel de la mujer se limitaba a hacer sólo un número, es decir, no a participar en un carrusel o en un paso de cuatro con otros compañeros. Sólo se hacían las fantasías porque salías sola. Eso ha ido cambiando con el paso del tiempo. Por suerte, ya no hay esas limitaciones. Todo evoluciona y la Escuela también. Somos igual de válidas que los otros compañeros y el trabajo es el mismo. Nunca me dijeron que no, sólo que era la costumbre y eso ha cambiado, se ha igualado.

–Tras más de 20 años actuando en el espectáculo ‘Cómo bailan los caballos andaluces’, ¿se sigue poniendo nerviosa?

–Algunas veces, depende del espectáculo, de si es una gala, si estás fuera o si el caballo te transmite más o menos seguridad, pues quizás tienes más nervios antes de entrar. Pero una vez que entras, ya después de tantos años, te domina más la calma. Los caballos al final eso lo notan y es necesario controlar ese estado de ánimo, sobre todo, cuando son caballos más jóvenes para que no aprendan cosas que no deben.

–¿Su meta es trabajar toda la vida en la Escuela?

–(Risas). Bueno, mi meta es seguir dedicándome a esto, que es lo que me gusta, estar en la Escuela y representar a España en unas olimpiadas o mundial, y con un caballo nuestro español. Es difícil pero de ilusiones se vive.

–Su dedicación se sale de horarios.

–Aquí estamos de 7 a 14 horas, de lunes a viernes, pero también vengo por las tardes porque tengo mis caballos propios, eso ya es algo mío personal.

Quien la sigue sí que la consigue

Nacida en Sanlúcar de Barrameda en 1982, es la pequeña de gemelas y de las tres hermanas. Recuerda bien la primera vez que por fin su padre, después de perseguirlo llorando a todas horas, le dejó montar a caballo, con cuatro años. Es vocacional desde la cuna. Del caballo español le apasionan, sobre todo, su nobleza y el carácter. Pero también deja hueco para otras aficiones como el pádel, hacer surf, esquiar, el cine, la música..., y lo mejor es que siempre saca tiempo para todo. Y tiene un perro, Tony.

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