"La productividad de España es la última de la OCDE"
Inocencio Arias | Diplomático
Inocencio Arias visitó el Ilustre Colegio Notarial de Sevilla, donde pronunció la conferencia "España, su imagen y la política exterior de la democracia”.
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Inocencio Arias, diplomático y autor, entre otros libros, de Con pajarita y sin tapujos o Yo siempre creí que los diplomáticos eran unos mamones, se caracteriza por una excepcional trayectoria profesional y por una carismática personalidad. Portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores –con la UCD, el PSOE y el PP-, representante de España en la ONU, director general del Real Madrid en los años noventa, Inocencio Arias acudió a la sede del Colegio de Notarios en Sevilla, donde impartió la conferencia titulada “España, su imagen y la política exterior de la democracia”. Minutos antes atendió a este periódico, respondiendo a nuestras preguntas con agilidad y con agudeza. Sobre Pedro Sánchez, el independentismo o los conflictos en Ucrania y en Gaza.
-¿Cómo nos ven en la comunidad internacional?
En estos momentos diría que de una manera normalita tirando a mediocre. Hemos perdido posiciones de imagen. Por diversas razones. Una de ellas es que en este Gobierno hay comunistas, y eso en países como EE.UU. no se lleva. Hay otras. La segunda es que los índices de España en casi todos los terrenos son flojos, por no decir de farolillos rojos. Recientemente ha salido que la productividad de España es la última de la OCDE. En abandono escolar somos los penúltimos. En deuda los terceros, junto con Italia. En déficit estamos entre los cuatro o cinco últimos de los veintisiete países de la UE. En paro no digamos –creo que con Malta los más altos de Europa-. Y la tercera razón, la más importante en mi opinión, es el cáncer del separatismo.
-¿Europa compra el relato independentista?
No, no lo ha comprado todavía. Prácticamente ningún país de la Unión Europea. Si me apuras, incluso ningún Gobierno del mundo. Pero al ritmo que vamos, y dadas las cesiones de nuestro Gobierno, este ahora tendrá que dar instrucciones a los embajadores para que vendan lo contrario que vendían hace meses. Este hecho provocará un cambio de opinión en políticos europeos. No tengo la menor duda.
El Gobierno es el caballo de Troya de los independentistas en estos momentos. Aunque yo no creo que quiera serlo. Yo no creo que Sánchez quiera romper España. No lo creo. Ahora bien, hace cosas que provocan que el traje se deshilache. Por ejemplo, con las embajadas catalanas. Yo, que he vivido en el extranjero, he visto cómo operan. ¿Qué hacen en realidad? ¿A qué se dedican? ¿Se dedican a fortalecer la economía de Cataluña? Eso es el 30% de su actividad. El 70% es denigrar a España. Decir que España les roba, les oprime culturalmente, que no es democrática.
-Se dedican a tergiversan nuestra realidad política y nuestra historia.
Las embajadas catalanas –que no son embajadas, porque nadie las reconoce- pintan una historia de España inexistente. Diciendo que en Cataluña siempre han sido independientes, que ellos se levantaron en 1713… Lo cual es mentira. Ellos se levantaron para poner en el trono de España a un rey diferente al que se puso. Pero Cataluña luchaba por el futuro rey de España, por el archiduque Carlos de Austria.
-¿Cree que el Gobierno aceptará un referéndum de autodeterminación en Cataluña?
Este Gobierno hará lo que ha hecho con la amnistía. Es decir, consultará primero con el Tribunal Constitucional. Si el Tribunal Constitucional admite que, camuflado con otro nombre, se puede pasar un referéndum de autodeterminación, el Gobierno lo llevaría a cabo. Pero lo grave no es que el Gobierno deje ya pasar todo. O esté dispuesto a dejarlo pasar. No. Lo grave es que los votantes socialistas tragan lo que sea. Los votantes socialistas son ahora mismo el silencio de los borregos. Con tal de que no suba la derecha al poder, los votantes socialistas tragan lo que sea.
-¿Hay un deterioro institucional grave en nuestra democracia?
Lo hay. Ya lo creo que lo hay. El Gobierno, tras opacar al rey, va a por el poder judicial. Ahí está el lawfare. ¿Pero eso cómo es posible en España? Los jueces son independientes.
-¿Ha estado Europa a la altura en la guerra en Ucrania?
Hasta ahora, sí. Pero me temo que de aquí a un tiempo no siga siendo así. Empieza a haber un cansancio general. De hecho, ya hay países que exigen una solución urgente. Pero no es fácil. Putin no sólo quiere conservar Crimea, sino hacerse con la mayoría del país.
Este cansancio que le digo se va a recrudecer en los países que se están gastando los cuartos en la guerra –como Alemania-. En España nos cansaremos más tarde. Su ayuda es ínfima. Ridícula. Otro aspecto que en el extranjero no gusta. Luego Sánchez dice que España está liderando en la guerra en Ucrania. No es cierto. En un estudio que hizo una organización alemana muy prestigiosa, el instituto Kiel, se indica que estamos el 25 de los 31 países que ayudan a Ucrania.
-Otro conflicto: ¿cómo valora la respuesta de Israel a los ataques de Hamás, del 7 de octubre?
La respuesta de las primeras semanas fue proporcionada. Lamentando, claro está, la muerte de centenares de Palestinos. Pero claro, la prolongación que Israel está haciendo provoca que pierda imagen en el mundo. Por otra parte, pensemos que si Israel pierde la batalla con Hamás, con Irán o con Hezbolá, desaparece del mapa. Por tanto, no puede replicar con demasiado remilgo. Pero sí: Israel ha perdido la batalla de su imagen.
-¿Qué contexto internacional nos espera a lo largo de esta década del siglo XXI?
El mundo será menos bipolar. No tendrá dos grandes cabezas –Rusia y EE.UU.-. Rusia se quedará atrás. China tomará su relevo. Luego, otras potencias llegarán, como la India, Sudáfrica, Brasil o Indonesia. Países que ya no aceptan la hegemonía de los grandes. El poder estará más diluido. Aunque Estados Unidos seguirá siendo la gran potencia.
-¿Y China?
Económicamente ha pasado a Estados Unidos. Y se está armando hasta los dientes. Es un régimen comunista con una libertad económica en tanto en cuanto no se quebranten los mandamientos del poder. Pienso que si no tuvieran la bomba atómica, Estados Unidos ya hubiese entrado en guerra con Rusia o con China. Si no ha ocurrido una guerra grande desde 1945 no es por la ONU, sino por la bomba atómica.
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