“El pastoreo debería resurgir hoy en día como una opción de futuro”

Mari Carmen García Moreno | Veterinaria y fotógrafa rural

Mari Carmen García Moreno.
Mari Carmen García Moreno. / DS
Andrés Cárdenas

24 de octubre 2023 - 05:00

Mari Carmen García Moreno (Pozo Alcón, Jaén) es veterinaria de campo, fotógrafa y, sobre todo, una defensora del papel de los pastores en la gestión del territorio. En muchas ocasiones ha demostrado su compromiso de la profesión veterinaria con la ganadería extensiva y el desarrollo sostenible. Ha sido directora del Parque Natural de la Sierra de Castril y de la Oficina Comarcal Agraria de Baza. Su gran pasión es la gestión del territorio y la defensa de las razas autóctonas. Y su gran preocupación el cambio tan feroz de los usos del suelo porque están acabando con la agricultura ancestral y sostenible. Hasta final de octubre hay una exposición de sus fotos sobre ovejas y pastores en la Caja Rural de Granada.

–¿Qué placer tiene fotografiar ovejas?

–Cuando fotografío ovejas, siento que lo hago a uno de los animales más beneficioso para nuestro medio ambiente. Lo he podido comprobar a lo largo de mi vida como veterinaria de campo. En nuestros campos y nuestras sierras donde hay ovejas, hay vida. Las ovejas son tan beneficiosas para nuestros suelos como las abejas para nuestros cielos.

–¿Desde cuándo esta afición?

–Yo trabajaba de veterinaria de campo y cuando les contaba a mis amigos lo que hacía para llegar a ciertas explotaciones, no se lo creían. Por eso empecé con la fotografía, para poder mostrárselo gráficamente. También me hizo mucho bien en una época de mi vida que fue dolorosa. Me hacía respirar.

–¿Es más fotogénico el campo que la ciudad?

–Cuando voy a una ciudad no me llevo la cámara. Tengo pocas cosas que contar de una ciudad. Sin embargo, cuando voy al campo, se me ocurren millones de historias para después contarle a la gente que vive en las ciudades y que tomen conciencia. Se me desgarra el alma cuando un pastor se va de un monte. Con él se pierde el conocimiento de generaciones.

–La exposición que tiene ahora en Granada se llama ‘Cuidando la piel de la tierra’. ¿Qué mensaje quiere dar?

–A lo largo de mi vida me he ido dado cuenta de la labor que realizan los pastores. Una labor callada que frecuentemente pasa desapercibida y que, en algunos casos, hasta es denostada. Día tras día, los pastores se dejan su propia piel intentando cuidar la piel de todos, que es la piel de la tierra. Esa piel alberga más del 25% de la biodiversidad de nuestro planeta y solo conocemos el uno por ciento de los microorganismos que la habitan.

–Trashumancia, pastores… ¿No es algo que suena a pasado?

–Me da pena que el oficio de pastor y la trashumancia suene a pasado. Normalmente han ido desapareciendo oficios que no tenían continuidad porque no se demandaban, pero nuestros montes y la gestión sostenible de nuestro medio ambiente necesita de la labor de los pastores que se convierten ahora y más que nunca, en imprescindibles ante el reto de cambio climático. Un pastor mantiene puntos de agua donde viven el sapo partero o la salamandra. Un pastor gestiona los pastos para que no se conviertan en llamas. Un pastor alimentar a las aves necrófagas como el quebrantahuesos. Un pastor ha pasado de ser productor a protector. Y eso no puede ser algo del pasado.

–¿Desde cuándo existe la trashumancia?

–La trashumancia ha constituido una parte importante de la historia de España. Como hechos históricos importantes te diré que la trashumancia se remonta probablemente a las migraciones de los herbívoros salvajes, antes de la domesticación neolítica, pero tiene su reconocimiento legal cuando Alfonso X en 1273 creó el Honrado Concejo de la Mesta donde se regulaba la anchura legal de las vías pecuarias.

–¿Cuáles son los destinos más importantes en Andalucía de los rebaños trashumantes?

–El norte de la provincia de Jaén sigue siendo uno de los más importantes destinos de la Península Ibérica de los rebaños trashumantes para el aprovechamiento de los pastos de invierno. Las dehesas más frecuentadas hoy son las pertenecientes a los municipios de Baños de la Encina, La Carolina, Linares, Vilches, Arquillos, Navas de San Juan, Aldeaquemada y Santisteban del Puerto.

–Pero algún día se acabará la trashumancia porque cada vez hay menos pastores y menos ovejas. ¿No?

–La pregunta es: ¿qué puede hacer la sociedad para que eso no ocurra? Muchas veces la solución a los problemas los ponemos en manos de otros y todos nosotros debemos actuar, en este caso comprando de forma inteligente. Entiendo que lo sostenible es saludable.

–¿Hay alguna forma de recuperar el pastoreo? Hoy ningún joven sueña con ser pastor.

–Aproximadamente el 90% tienen más de 55 años y el relevo generacional es casi inexistente. Soy del pensamiento que nuestras sierras sin pastores no son sierras conservadas, son sierras abandonadas. Un joven no puede soñar con problemas y ahora la ganadería extensiva tiene muchos problemas que entre todos debemos solucionar: la burocracia, la diferenciación de su producto, el reconocimiento social a la labor que realizan…

–Existe, según creo, una Escuela de Pastores.

–Para mí será bienvenido todo lo que vaya dirigido y pensado para los pastores. El pastoreo debería resurgir hoy en día como una opción de futuro que permita conjugar la conservación de espacios naturales de alto valor ecológico con una actividad productiva sostenible y económicamente rentable. Para ello es fundamental aunar la experiencia y sabiduría que durante años se ha ido trasmitiendo de padres a hijos con una formación acorde a los nuevos tiempos, garantizando así un relevo generacional altamente cualificado. Si eso se consigue desde la Escuela de Pastores, será todo un éxito.

–¿De qué manera influye la ganadería extensiva en el patrimonio cultural de un sitio?

–Gestiona nuestro territorio a coste cero para la sociedad. Hay una frase que dice: “Lo visible construye la forma, pero lo invisible le otorga el valor”. La ganadería extensiva y la trashumancia son bellas en imágenes, pero lo son aún más, en todo lo invisible que nos ofrecen. Nunca hay que olvidar que nuestros pastores son esenciales y que velan, mantienen y protegen la piel de la tierra.

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