"La nueva docencia es salir del aula e intentar resolver los problemas de la sociedad"
Juan Pablo Mora | Profesor de Lingüística
Es un profesor implicado con la innovación educativa en la Universidad de Sevilla y con la comunidad sorda, "que está muy marginada en la enseñanza"
De Sevilla a Borneo
Juan Pablo Mora Gutiérrez (Sevilla, 1964), hiperenergético y motivador, es profesor de Lingüística General de la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla, entregado a su alumnado y docente de vocación. Ha sido investigador visitante en Estados Unidos, en varios países europeos y en Brunéi (isla de Borneo, Asia), donde conoció a su esposa cuando estaba de Erasmus +. Su hija pequeña habla el malayo como lengua materna (empezó a hablarlo fluidamente al cumplir los dos añitos, durante una estancia de siete meses en Brunéi), el inglés como segunda lengua y está empezando a adentrarse en el español. Aficionado al ajedrez y a la lectura, admite que su dedicación a la enseñanza lo ocupa casi todo. Es un profesor hiperconectado.
Está convencido de que los docentes de Humanidades van a ser los últimos sustituidos por los robots y la Inteligencia Artificial. Estudió el tema de la inteligencia artificial y las redes neuronales cuando estaba en sus orígenes en Estados Unidos, a principios de los 90. Entonces se veía muy lejano que las máquinas pudieran hacer lo que están haciendo ahora. "Pero los lingüistas en realidad somos muy escépticos con estos grandes programas de modelos de lenguaje natural a los que denominamos loros estocásticos", señala.
-¿Desde cuándo aplica la innovación docente en la Universidad de Sevilla?
-La preocupación por la innovación en la docencia tomó fuerza en la Universidad de Sevilla en 2013 y cada vez se va extendiendo más por las facultades, gracias al impulso del Rectorado. La US cuenta desde ese año con el Programa de Formación e Innovación Docente del Profesorado (FIDOP), que da acceso a la Red de Innovación Docente (REFID), y con un congreso anual (Innovarus) donde se presentan los proyectos de innovación docente de todas las facultades y escuelas. Yo me uní a la REFID a través del FIDOP en 2014 y significó mucho conectar con otras personas de la US con las mismas inquietudes. También acudo casi cada año desde 2012 al Encuentro Andaluz de Blogs Educativos (EABE).
-Su trabajo en red con otros profesores es fundamental....
-Todo lo que he logrado en innovación docente se lo debo a mi alumnado y a las redes de profesores en las que me he integrado. En los Encuentros Andaluces de Blogs de Educación conocí al profesor de Lengua Joaquín Martínez Sánchez, del IES Diamantino García Acosta, de quien he aprendido mucho, pues gracias a él y con él montamos el proyecto ndatiaku tu'un savi de revitalización de la lengua mixteca, el primer proyecto de investigación-acción participativa que planteé al alumnado hace diez años. Colaboro con Cristina Torres (del IES Ítaca), que fue alumna mía y es de las pocas personas en España que ha cursado el Máster de Lingüística aplicada a las lenguas de signos en la única universidad del mundo para personas sordas: la Universidad de Gallaudet, en Washington DC.
Asimismo, colaboro con Vicente Manzano, de Psicología, a quien le interesa el tema de la opresión lingüística y su importancia en la salud mental de las personas. Este año mi alumnado colaborará en sus proyectos con alumnado de la Universidad Politécnica de Hong Kong, con Renia López, una profesora que ha creado una asignatura de sociolingüística para hacer posible esta colaboración.
-¿Podría citar algunos de esos proyectos de innovación docente?
-El proyecto Jóvenes con investigadores (proyectos de investigación realizados por alumnado de Secundaria con la ayuda de investigadores universitarios), en el que he participado en cuatro ediciones apoyado por Joaquín, Cristina y Vicente. Este año, bajo la tutoría de Cristina, los alumnos realizan entrevistas semiestructuradas a personas saharauis oyentes y sordas.
Otro proyecto ha sido Pancronía, revista de Lingüística de divulgación científica estudiantil, creada por los alumnos que va para el segundo volumen. Asimismo, el proyecto RASDELE, de enseñanza de español (ELE) en Tindouf, creado por uno de mis alumnos de Lingüística Aplicada, se ha convertido en un proyecto de cooperación financiado por la US. Este año enviaremos allí a alumnas de MASELE a hacer sus prácticas oficiales con una estancia de 45 días enseñando español y formando a maestras de español en los campamentos de refugiados saharauis. Nos gustaría presentarlo al Ayuntamiento de Sevilla para que nos dé también financiación. Por último, me gustaría destacar la colaboración de mi alumnado en la comunidad de aprendizaje creada por Joaquín en sus clases en el IES de difícil desempeño Diamantino García Acosta.
-¿Cómo aprende mejor un alumno?
La nueva docencia no es quedarnos en las aulas, sino salir e intentar resolver los problemas de la sociedad. El aprendizaje se produce en el diálogo (Sócrates) y a través de la experiencia vivida (Confucio y John Dewey) y la mente no es un contenedor que hay que llenar, sino que una llama que hay que encender (Plutarco). En mis clases aplico el aprendizaje basado en retos, con metodologías activas como ECO o el Aprendizaje Servicio, donde el alumnado trabaja para alguna ONG, organización o entidad y tiene que detectar un reto y resolver las necesidades de algún colectivo para el que resulta útil el conocimiento que ese alumnado aprende en la Universidad. Animo a mi alumnado a participar en eventos y en experiencias, a crear productos originales, a diseñar sus proyectos, a tener en cuenta los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El único requisito que pongo a los equipos que se forman en mis clases es que haya alumnado español y extranjero. El trabajo en equipos heterogéneos fomenta los vínculos de amistad.
-Las lenguas de signos y la realidad de las personas sordas es uno de sus grandes temas de interés, ¿por qué?
-En mi tesis doctoral abordé tangencialmente la comunicación no verbal, lo que me llevó a interesarme por las lenguas de signos de las personas sordas. Me di cuenta de que, desde el punto de vista sociolingüístico, la comunidad sorda está muy marginada en la enseñanza, porque hay una corriente que prefiere que la persona sorda se adapte al mundo oyente y aprenda a hablar lo que pueda, cuando debería ser al revés: su entorno debería aprender lengua de signos.
A partir de entonces, empecé a organizar numerosos cursos sobre esta lengua de signos española (LSE) en la Universidad de Sevilla, como un Máster propio de enseñanza para formar a profesores en esta lengua, ya que solo se enseñaba en Secundaria (FP) para formar intérpretes de LSE. A partir de 2014, Europa circunscribió esta formación de intérpretes a la Universidad, con lo que se eliminó de la FP.
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