"Ningún político sevillano ni andaluz ha defendido el arte sacro"

Francisco Carrera Iglesias | Bordador

Paquili en su taller de bordados. / Antonio Pizarro

Excelencia y sensibilidad son las dos palabras más nombradas por Francisco Carrera Iglesias, Paquili, durante esta entrevista. Con una trayectoria de 40 años en el mundo del bordado, preside la Asociación Gremial de Arte Sacro de Sevilla que persigue acabar con los problemas a los que se enfrentan los artesanos y promocionar y engrandecer unas disciplinas con seis siglos de historia que son muy apreciadas en el exterior.

Lo primero es darle la enhorabuena por la Medalla de Sevilla que va a recibir este lunes. ¿Qué supone este reconocimiento para un artesano?

Tengo que decir que no me lo esperaba. Me causó una gran sorpresa cuando me llamó el alcalde. De hecho yo pensaba que me llamaba porque desde la asociación hemos pedido que se le ponga una calle a don Juan José Asenjo y se le diera la medalla de la ciudad. En el momento que me lo dijo no supe reaccionar. Le di las gracias pero me quedé petrificado. Luego lo he ido asimilando. Estoy abrumado y enormemente agradecido. Me ha llamado mucha gente de corazón. Me ha sorprendido la cantidad de hermandades que han puesto en sus redes sociales su felicitación y, sobre todo, gente antigua del Cerro del Águila. Me han llamado algunos incluso llorando. Yo lo comparto con todos los artistas de Sevilla.

Recientemente ha participado en Venecia en la 'Homo Faber', la gran muestra internacional de artesanía. ¿Qué ha significado?

En primer lugar, darle visibilidad a Sevilla en el evento más importante que hay en el mundo sobre artesanía. Hace tres años, el director y presidente de la fundación Michelangelo, que tiene la sede en Ginebra, visitó mi taller. En aquel momento me dijo que contaba conmigo para que estuviera en Venecia. Para mí ha sido un orgullo tremendo. Después hay algo de lo que quizás no somos conscientes. Es la primera vez que algo que se elabora para el arte sacro se ejecuta por sí solo y tiene una dimensión propia. Teníamos que reinterpretar una loseta de la plaza de San Mauro. Ha tenido una acogida tremenda. Todos se quedaron alucinados de ver piezas que fuera de Sevilla tienen un contexto diferente.

¿Qué les ha interesado más del arte sacro sevillano?

Lo que más les sorprende es que todo esté hecho a mano. Y cuando digo todo es todo. Yo sigo haciendo el dibujo a mano. Sorprende que se sigan utilizando las mismas técnicas que hace seis siglos. Yo digo que hacemos un arte que es igual que hace seis siglos pero que es innovador porque lo ponemos de actualidad en el siglo XXI. Eso llama mucho la atención.

¿Cree que el arte sacro está lo suficientemente reconocido?

No como arte. Tenemos un problema. Sevilla es la capital del mundo de la Semana Santa. Eso no es discutible. Por consiguiente, es la capital del mundo del arte sacro. De hecho, el gran patrimonio cofradiero y artístico de todas las provincias de Andalucía y España salió de aquí. Sevilla es la madre artista. Entonces, como forma parte de nuestra historia no le damos quizás la importancia que tiene. No tenemos ninguna estructura por parte del Gobierno. Es una barbaridad que pertenezcamos al ministerio de Industria. Nosotros somos artistas y lo que hacemos es una creación artística de primer nivel. No tenemos ningún epígrafe, ninguna catalogación. No se ha hecho nunca por parte de ningún político sevillano ni andaluz una defensa del arte sacro para reglarlo y para que tenga una protección. Afortunadamente estamos cambiando la mentalidad de los políticos porque ya hablan de arte sacro. Pero nos queda mucho por andar.

Desde la asociación que usted preside están luchando para conseguir una bajada del IVA

No tiene ningún sentido. Para que se rebajara el IVA de los mantos buscamos un resquicio legal porque nos dijeron que no. Pudimos hacer una comparativa legal y fotográfica de que los mantos se guardan como los tapices, que sí están sujetos al 10%. Por eso es sólo los mantos. Ahora hemos presentado un recurso legal para que todas las disciplinas tengan esa cobertura a nivel jurídico y fiscal. También tenemos que ser conscientes de que tiene que haber una disposición por parte de los políticos. Yo apelo mucho a su sensibilidad. La ministra de Hacienda es sevillana y disfruta mucho viendo los pasos, pero se debería preocupar también por el problema que tenemos. Le hemos pedido por escrito reunirnos con ella hasta en tres ocasiones. Pero nunca tiene tiempo para recibirnos. Por eso reclamo sensibilidad a los políticos andaluces. Hace siete años, la comunidad Valenciana consiguió que por el hecho diferencial, los artistas falleros estuvieran sujetos a un IVA del 10%. Lo lograron los políticos porque eran conscientes de su diferencia a nivel artístico y por una sensibilidad especial. Tenemos ese precedente. ¿Por qué los políticos andaluces y sevillanos no hacen lo mismo? Nadie nos puede discutir que lo que hacemos no es arte y forma parte de la historia de Andalucía y de su esencia. Los políticos están al servicio de la sociedad y tienen que defender sus intereses. No tenemos ni epígrafe. El mío es de zurcidor de medias. ¡Eso donde se ha visto! Es un desagravio para algo que es historia de Andalucía. Yo soy bordador. El orfebre figura como empresa metalúrgica.

Uno de los proyectos en los que estaban trabajando era la digitalización...

Es fundamental que todos utilicemos las redes sociales y que estemos digitalizados. Es una forma de abrir un mercado nuevo. Queremos internacionalizar nuestro producto porque queremos posicionar a Sevilla y Andalucía como una de las mayores potencias artísticas del mundo. Es una realidad. No digo ninguna fantasía. Contribuimos a engrandecer la comunidad.

¿Es necesario que se cree un sello de calidad para reconocer estas artesanías?

Afortunadamente y después de tres años se va a entregar de aquí a un mes el distintivo de calidad específico del arte sacro. Tiene una regulación para su entrega. Los que lo obtengan trabajan por la excelencia. Ese distintivo es ya una marca de que cumple con los requisitos legales y de que el taller ofrece la máxima calidad.

Los artesanos lo han pasado muy mal durante la pandemia, ¿cómo está la situación ahora?

Hemos pasado una situación muy difícil porque como sector no hemos podido recibir ninguna ayuda porque no existimos. Lo que se ha aprobado ahora por parte de la consejería de Cultura, que me parece estupendo, a nosotros no nos llega. Ya se lo hemos dicho por escrito a la consejera, que es sensible a estos temas. Tienen que ser personas tituladas en restauración. Por lo general en los talleres no hay titulación porque los oficios se aprenden ahí. ¿Qué titulación tenemos? Tenemos un problema docente. Las escuelas somos los talleres y como no hay escuelas no tenemos ningún reconocimiento. Ahí estamos trabajando con la administración para que reconozca a aquellos talleres que tienen una excelencia la capacidad de otorgar una titulación a las personas que trabajan con nosotros. También nos sentimos discriminados. Se da mucha más puntuación si el taller lo regenta una mujer. Pedimos una igualdad en todos los sentidos. Yo siempre he luchado por ello y en este caso nos encontramos ante una desigualdad.

Usted fue pionero en trabajar para otros sectores, como la moda, para sortear la crisis...

Yo empecé a trabajar en la moda con Victorio y Luchino hace 40 años. Me surgió la gran apuesta internacional de la mano de Loewe. Nos hemos llevado casi 40 años trabajando con ellos. Hemos sido el taller de referencia de la firma internacional del Pozo. Ahora mismo hemos trabajado con una firma de arquitectura para hacer 200 cuadros a mano para unos hoteles. Hemos firmado con una empresa francesa para hacer unos bordados para la ópera de París. El otro día estuvieron en el taller los de Dior... En el caso concreto del bordado o la orfebrería, los diseñadores cada vez apuestan más por la excelencia artística artesanal porque le da un plus a sus piezas. En París eso está desapareciendo. Chanel ha comprado todos los talleres de bordados. Nosotros con la cantidad de talleres que tenemos en Sevilla y Andalucía podemos suplir esa carencia. Con el Brexit muchos talleres de alta costura franceses tenían una empresa que los ponían en contacto con la India a través de Londres que es donde se hacían la mayoría de los bordados artesanales para la moda. Ahora hay que pagar un canon especial. ¿Por qué no posicionamos a Sevilla que no tiene que pagar el canon y tiene artistas de primer nivel? Pero tiene que haber un compromiso por parte de los políticos. Nos queda un camino largo pero estamos en el sendero.

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