"El móvil es el nuevo papel para nuestras noticias"
Eduardo Arriagada | Decano Fac. Comunicaciones de la Universidad Católica de Chile
Consultor y columnista, Eduardo Arriagada es referencia en la relación tecnología y periodismo. La Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile que lidera se ha consolidado en el top 50 de las mejores universidades, y primera de habla hispana, de estudios de Comunicación del mundo, según el estudio QS World University Rankings de 2018.
Aprovechamos sus raíces familiares gaditanas y sus días de vacaciones en El Puerto para tratar la relación entre el periodismo, los medios y los móviles.
-Después de los años más duros de la crisis, ¿en qué situación se encuentra actualmente la profesión periodística?
-La diferencia más importante es que tenemos algunos casos modélicos de diarios y revistas relevantes que ya están dando luces de rentabilidad, signos de que han podido superar la etapa más dura de la transición digital. Y lo mejor, con números donde dependen más de lo digital que de lo impreso.
-¿Las noticias falsas y la perversión de las redes son una de las grandes posibilidades para la reinvención de la profesión? El periodista en el papel de filtro y verificador, ante la cantidad de información recibida...
-El escándalo de Cambridge Analytica y Facebook ha sido clave, como consolidación de un proceso que comenzó con la era Trump, el Brexit, Colombia… Distintos casos en que posturas populistas muy movidas por algunas de las características del periodismo digital se impusieron a lo que se podía llamar el sentido común de los medios de comunicación. Esto ha provocado una crisis de ética. 2018 será importante porque se perdió la inocencia. Estábamos embelesados con las maravillas de plataformas como Google, Facebook…, pero nos habían comprado con bastante falta de sentido crítico. Y nos damos cuenta de que muchas de las características de estas empresas entran en conflicto con nuestra razón de ser social. Y esa toma de conciencia de esa falta del periodismo digital le da un nuevo sentido al trabajo periodístico. Hay una oportunidad de volver a lo de siempre, de ser los garantes de lo que hay que saber. Los periodistas son especialmente necesarios en este momento y pueden lograr un nuevo contrato social con sus lectores.
-Entonces, ¿cómo se debe de posicionar el periodismo ante estas grandes plataformas?
-Los periodistas tenemos que ser críticos con todo y, por supuesto, con las plataformas que tienen tanto poder. Pero hay que asumir ese espacio digital y social porque nosotros no somos capaces de montar otro Facebook, otro Google... Son grandes plataformas, pero también son grandes medios de comunicación. La ventaja que tenemos nosotros es un saber hacer. Una capacidad de trabajo en equipo, un músculo informativo que está asociado a una marca y a una forma de presentar la información, que es lo que tiene que distinguirnos. Por eso, le tengo mucha fe al proyecto del Post por la relación que tienen con Amazon como empresa experta en el proyecto de digitalización de lo impreso.
-¿Y qué es lo que más destaca del Post, como medio tradicional, en su apuesta digital?
-Algo que me contó Emilio García-Ruiz, su managing editor. Me decía que el Post siempre fue un diario que andaba buscando el fin de la crisis, antes de llegar Jeff Bezos, como la salida del túnel con una linterna. Y el jefe de Amazon les enfocó, y pasaron de una linterna a tener un láser. Y la respuesta de Bezos fue responder si cualquier cambio que se acometiera servía o no para el móvil. Estamos hablando de 2015, no de 2018. Les dijo, ustedes, cualquier cosa que hagan, deben de hacerlo pensando primero en el móvil. No en el papel. Y esa mirada del móvil es la diferencia con lo que es todavía el internet noventero de muchas redacciones, que siguen mirando a través del ordenador creyendo que ahí es donde la gente consume los contenidos. El móvil es el nuevo papel para nuestras noticias.
-¿Por qué la gente está dispuesta a pagar por contenidos de calidad en el ámbito del entretenimiento, como con el cine, las series o la música, y no con la información?
-En parte porque lo regalamos. La audiencia la puedes construir a golpe de efectos, escándalos, de manera barata. Pero si quieres construir una audiencia a través de la investigación periodística, ese camino requiere cobrar, y el cobro requiere un producto de calidad, distinto, más útil y más necesario para la audiencia. Ya es hasta suicida no considerar el cobro.
-¿Dónde pone el foco su universidad para estar siempre tan bien posicionada en el ámbito de la Comunicación?
-Nuestra seña de identidad es la práctica. Tenemos talleres de 15 personas, y esa interacción es la gran característica. Enfocamos toda la universidad en torno a lo que llamamos laboratorios prácticos que se hacen con empresas y alianzas con terceros. El sector privado nos trae la calle, la audiencia. Aprender el hacer. Y el alumno sabe que lo que hace al menos tiene repercusión. Es algo real. Esa relación con el lector es la que nos da las empresas externas. Y los alumnos, en lugar de mostrar su trabajo a los profesores, lo muestran en este espacio para la gente. En definitiva, vendemos productos que lucen el trabajo de nuestros estudiantes.
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