"Para escribir una novela hace falta tiempo y soledad y yo no los tengo"

Marina Bernal| Periodista

"Para escribir una novela hace falta tiempo y soledad y yo no los tengo"
"Para escribir una novela hace falta tiempo y soledad y yo no los tengo" / José Ángel García
Francisco Correal

30 de mayo 2019 - 05:00

Anónimos Infinitos (Sevillapress Ediciones) es el primer libro de Marina Bernal (Sevilla, 1968). Esta periodista se ha convertido en una de las sorpresas del panorama literario. Visita colegios, la entrevistan en diarios y emisoras. Firmará el 15 de junio en la Feria del Libro de Madrid. Hija de Alberto y Antoñita, sevillano del Cerro del Águila, tiene una hermana, Laura. Mañana presenta su libro en la Feria del Libro de Sevilla a cargo de los periodistas Pedro Preciado y Charo Padilla, que ha sido la primera mujer en pregonar la Semana Santa de Sevilla.

-¿Qué le llevó a escribir un libro?

-¡Es que yo no he escrito ningún libro! Soy muy activa en las redes sociales; me gusta porque la respuesta es inmediata. Así fue como surgió Anónimos Infinitos.

-Ese no-libro se ha convertido en uno de los libros de la primavera. ¿Qué ha visto el lector?

-Me dicen que les aporta alegría, energía, que les lleva a replantearse las cosas. Está llegando a públicos de todas las edades.

-¿Se le fue de las manos?

-Literalmente. Un profesor lo está utilizando para el aprendizaje de español de alumnos extranjeros. Está sirviendo para fomentar la lectura en los colegios.

-¿Lo primero que leyó?

-Una obra de teatro, Yerma, de García Lorca. Mis padres eran socios del Círculo de Lectores; nuestra siesta es sagrada, pero a mí no me gustaba dormir, era una niña activa y la única forma de frenarme eran los libros. Empecé con Los Cinco de Enid Blyton, Agatha Christie, Julio Verne, y con doce años cogí Yerma y después La Casa de Bernarda Alba. Así llegué a Carmen Laforet o Blasco Ibáñez. Me embrujaban las palabras, aunque no entendiera el significado.

-Hay dos relatos que dedica a sus padres.

-Faro a mi padre. Era profesor, se gastó la voz de tanto usarla. No podía con la injusticia. Un amigo le llamó quijote de la vida. Mi madre era la calma, la serenidad, jamás levantó la voz. A ella le dedico el relato Ojos Verdes, los más bonitos que he visto en mi vida, el reflejo de su alma.

-En estos tiempos de Instagram, más que Amores Infinitos, la gente busca el Minuto de Gloria...

-El protagonismo efímero. En la vida hay que pensar, hablar y escribir como se es. Si no dices lo que piensas, si no piensas lo que dice, eso genera desequilibrio y angustia. A los niños les digo que lean mucho y que escriban. Les ayuda a pensar y ordenar la vida.

-¿Vocación de periodista?

-Sin antecedentes. Lo primero que aprendí a decir fue por qué. En mi familia todos eran profesores. Fui la primera hija, la primera nieta, la primera sobrina. Antes de llegar ya era muy querida. Empecé a hablar con nueve meses, no tenía ni dientes. Era contadora de historias. De pequeña me las inventaba. Después empecé a contar lo que estaba pasando.

-¿Se siente cómoda en el mundo de escritores?

-En una cena literaria me confundieron con Marta Robles. A muchos los he entrevistado. A Elvira Lindo. He presentado novelas de Víctor del Árbol y Reyes Monforte. Con Pilar del Río nos intercambiamos los libros, el mío por uno de Saramago. Salió perdiendo.

-¿Su primera entrevista?

-A Rafael Alberti.

-Puro 27. Debutó como periodista con Alberti, como lectora con Lorca...

-Y la última a Nieves Herrero. Ha escrito Esos días azules, historia de Guiomar, el amor de Machado.

-¿Se llevan bien los famosos con la literatura?

-Los famosos son como los anónimos, hay de todo.

-¿Se habrá llevado algún libro Isabel Pantoja a Supervivientes?

-Cuando se tienen necesidades primarias... Mi primer reportaje del corazón fue en el aeropuerto cuando Isabel Pantoja iniciaba su gira en América después del luto de Paquirri. La vi el día de su boda en el coche de caballos cuando iba con mi madre y mi hermana.

-¿Hay héroes en el libro?

-Coral, la hija de una de mis primas, estuvo 104 días en la UCI al nacer y salió adelante.

-¿Está de turné?

-Voy a la Feria del Libro de Jerez, en la Cartuja...

-Donde estuvo Gala.

-A Antonio Gala lo entrevisté varias veces. He sido víctima de su fina ironía.

-Firmará ejemplares en la Feria del Libro de Madrid el último día de Manuela Carmena de alcaldesa...

-Me hace mucha ilusión ir a Madrid. Me encantaría ir a Barcelona. Le dedicó un relato, La puerta abierta. Mi familia tuvo que ir a trabajar a Barcelona. Sólo tienen recuerdos agradables. Las personas están por encima de las ideologías.

-¿Ha llegado su libro al infinito y más allá?

-Me ha llegado una foto desde Australia de una chica con mi libro y un canguro. Ha llegado a Alemania, a México y a las monjas que viven al lado del Vaticano.

-¿Su éxito será porque la gente está harta de pena?

-La pena existe, el dolor y el sufrimiento forman parte de la vida. El antídoto es el amor. Lo dice Víctor del Árbol en su novela sobre los niños-soldados de África. No podemos elegir no sufrir y ser felices, pero sí la actitud. No ser víctimas eternas. Admiro a la gente que ha sufrido y se levanta.

-¿Hay segundo libro?

-Me dicen que por qué no una novela. Hacen falta tiempo y soledad y yo no tengo ni tiempo ni soledad.

-¿Un salto a la fama, como el de la portada?

-Me la hizo Manolo Olmedo en Carmona, haciendo tiempo para entrevistar a Cayetano Martínez de Irujo. Me gusta llegar la primera e irme la última para enterarme de todo.

De Feria en Feria, la llaman de colegios y emisoras

(Sevillapress Ediciones) es el primer libro de Marina Bernal (Sevilla, 1968). Esta periodista se ha convertido en una de las sorpresas del panorama literario. Visita colegios, la entrevistan en diarios y emisoras. Firmará el 15 de junio en la Feria del Libro de Madrid. Hija de Francisco y Antoñita, sevillano del Cerro del Águila, tiene una hermana, Laura. Mañana presenta su libro en la Feria del Libro de Sevilla a cargo de los periodistas Pedro Preciado y Charo Padilla, que ha sido la primera mujer en pregonar la Semana Santa de Sevilla.

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